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Escrito el día 24-agosto-2019 por Juan Toral
Comenzamos con un dato curioso: una persona que llega a los 75 años, habrá pasado cerca de 20 años acostada. Parece lógico pensar, por lo tanto, en la importancia que tiene un buen descanso. Y para ello resulta esencial tener un colchón y almohadas que sean saludables no solo para nuestro descanso sino también para nuestro cuerpo.
A lo largo del día a día y del paso de los años, la región cervical suele resentirse: aparece un poco de artrosis, los músculos de la zona se contracturan…Esto se traduce en dolores de cuello, mareos, hormigueo en los brazos, dificultad para concentrarnos…Sensaciones todas ellas bastante desagradables como para convivir de manera rutinaria. El calor, los masajes y ciertos medicamentos pueden ayudar al alivio, pero una parte importante de un correcto abordaje podría ser revisar nuestros hábitos del sueño, ya que mientras dormimos también podemos estar “actuando” y resolviendo problemas.
Y es que el sueño es una parte fundamental de nuestra vida ya que mientras descansamos, nuestro cuerpo se regenera y recuperar sus funciones. Un mal descanso puede terminar desembocando en problemas de salud que pueden cronificarse e incluso terminar en problemas serios como una depresión.
Una buena almohada cervical ayuda a mantener la columna vertebral bien posicionada y corregir posturas indeseadas, por lo que nos levantaremos con una sensación de haber tenido un descanso reparados, previniendo lesiones y dolores matutinos del cuello.
En la actualidad, existen almohadas ergonómicas que tienen en cuenta la postura corporal y las características fisiológicas y anatómicas de las personas para adaptarse a sus necesidades. Gracias a su diseño, reducen y alivian la tensión generada sobre la región cervical. Este tipo de almohadas mantienen la columna en una posición neutra y de esta manera contribuyen a disminuir la tensión y la contractura en la zona del cuello, hombros y espalda. La sensación de un sueño reparador y una mejoría de los síntomas de un mal descanso suelen notarse al poco tiempo de comenzar a usar una almohada ergonómica.
A la hora de elegir la almohada ergonómica que mejor se ajuste a tus necesidades, lo ideal es consultar con especialistas, como por ejemplo Theramart. Y es que hay que tener en cuenta diferentes factores como por ejemplo la postura en la que sueles dormir (por ejemplo, si lo haces recostado de lado), si roncas por la noche, si tienes dificultad para encontrar la posición correcta. Existen almohadas ergonómicas de diferentes formas para adaptarse mejor a la postura anatómica (cilíndricas, rectangulares, cuneiformes, en forma de U o en mariposa…). Por eso es importante encontrar la que mejor se adapta a uno mismo.
Gran parte de los dolores de cuello se explican por pequeños desgarros musculares o lesiones en ligamentos y tendones de la zona, que pueden producirse por las actividades y la carga de trabajo y responsabilidades del día a día. Un buen descanso ayuda a que el flujo de la sangre vaya mejor por la zona, lo que ayudaría a llevar los nutrientes y proteínas que estos tejidos lesionados necesitan para su recuperación.
Puesto que pasamos casi un tercio de nuestra vida descansando, parece que una buena inversión puede ser la de aportar por un colchón y una almohada que ayude a prevenir los problemas crónicos de cuello, espalda, ciática, ronquidos para ayudar al buen y reparador descanso, fenómeno con el que ganaremos calidad de vida y sensación de bienestar. Te cambiará hasta el humor y el estado del ánimo.
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