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Avances en el cáncer genitourinario

Categoría: Te Interesa

Escrito el día 30-diciembre-2019 por Juan Toral

Hoy quiero hablar sobre el cáncer genitourinario, un tipo de tumores que pueden no tener tanta repercusión mediática como el de mama, pulmón o piel, pero que tiene unas cifras que nos obligan a estar pendiente de ellos ya que, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, 1 de cada 4 tumores en España tendrá su origen a nivel genitourinario.

¿Pero qué es exactamente el cáncer genitourinario? Sería el grupo de tumores que se asienta sobre alguna de las siguientes estructuras: riñones, vejiga, uréteres, uretra, próstata y genitales masculinos. Dentro de este grupo se excluirían los cánceres en genitales femeninos (como por ejemplo ovarios o útero) ya que estos formarían parte de la familia de tumores ginecológicos. 

Por un lado, tenemos la mala noticia de la alta prevalencia (el 25% de los tumores tendrá origen genitourinario). Pero la buena noticia es que se están produciendo grandes avances en el tratamiento de tumores genitourinarios (2019) lo que es una llamada a la esperanza.  En la actualidad se está produciendo una evolución constante tanto en la investigación con la que estamos llegando a diagnóstico precoces, lo que mejora los resultados, la calidad de vida y disminuye la tasa de metástasis y de supervivencia. Cada vez existen protocolos mejores definidos, métodos diagnósticos con mayor potencial y un arsenal de opciones de tratamiento que van más allá de la cirugía, la radioterapia y la quimio.

La investigación y el trabajo que realizan centros punteros en oncología como por (ejemplo IMOR) está suponiendo un rayo de esperanza para mejorar no solo las cifras de supervivencia de estos pacientes, sino algo también tan importante como la calidad de vida de los pacientes, algo que en ocasiones pasa por algo pero que tan importante es para el bienestar de la persona y su salud emocional. 

Los avances están haciendo que se tengan más conocimientos en campos emergentes como por ejemplo en la biología molecular, lo que está haciendo que se pueda ofertar un tratamiento cada vez más individualizado en función de los factores clínicos de cada paciente. El campo de la genética también está sufriendo grandes avances, conociéndose cada vez más oncogenes y alteraciones genéticas que pueden hacer que nos adelantemos al diagnóstico, al mismo tiempo que nos permite conocer mejor el origen de los tumores y nos da la posibilidad de predecir su evolución.

Como he dicho anteriormente, en la actualidad las opciones terapéuticas cada vez son mayores. En los últimos años se están desarrollando nuevos fármacos y moléculas con un gran potencial terapéutico, como por ejemplo los inhibidores de la angiogénesis conocidos como inhibidores de la tirosin-kinasa (frenan la cascada que hace que las células proliferen de manera descontrolada), o la inmunoterapia, o los tratamientos hormonales que tan efectivos han demostrado ser para los tumores de próstata.

Todo esto hace que tengamos mayor margen para obtener resultados satisfactorios, y sobre todo, poder individualizar el tratamiento óptico para cada caso. Para ello hay que seguir trabajando para identificar aún mejor los factores predictores, ya sea a nivel molecular como clínico, pero afinar los esfuerzos terapéuticos. 

A mejores métodos diagnósticos y un tratamiento personalizado para cada caso, las tasas de curación serán mayores y además se conseguirá disminuir el potencial de diseminación de estos tumores. Si evitamos las metástasis, la probabilidad de curación aumentará exponencialmente.

Pero además de curar, no podemos dar de lado a algo tan importante como mejorar también la calidad de vida de estos pacientes. Es importante evitar en la medida de lo posible secuelas como disfunción eréctil, pérdida en el control de la orina, dolores residuales en la zona, sangrados en la orina que puede condicionar problemas para la micción. Nuestros esfuerzos deben ir destinado a evitar estas complicaciones porque su aparición conlleva un desgaste emocional para el/la paciente que puede suponer un lastre emocional y físico con repercusión en su día a día. Y bastante complicado puede resultar el día a día de una persona con cáncer como para que además tenga que añadir a su mochila, un alto número de comorbilidades. 

Pero como has leído, hay noticias alentadoras. La cirugía, en el caso de necesitarse, es cada vez menos radical y agresiva, por lo que las secuelas son menores. Los tratamientos médicos son cada vez más orientados a nivel hormonal y molecular, lo que afinan más en la línea tumoral afectada. La idea (a groso modo) es evitar matar mosquitos a cañonazos y tener la efectividad de un francotirador. 

En caso de duda o de molestias genitourinarias (problemas para orinar, dificultad, sangrado, dolor…) consulta con tu médico, no minimices la importancia de las señales que manda nuestro cuerpo. Que el miedo no te coacciones. Cada vez disponemos de más y mejores tratamientos. En esta lucha, tanto pacientes como sanitarios vamos de la mano.

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