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Escrito el día 28-marzo-2019 por Juan Toral
Los seres humanos comenzamos a socializarnos a través de la boca, que en ocasiones es la entrada de los sentidos a nuestro mundo interior: a través de ella comemos, hablamos, nos besamos, sentimos y sonreímos. Si la cara es el espejo del alma, la sonrisa es la cara amable de nuestro alma. Quizás por ello, muchas personas desean tener una sonrisa de anuncio, llena de vida, reluciente donde el blanco de los ojos que suele perderse con el paso de los años, recobre la vitalidad perdida.
Y es que el paso de los años hace que la sonrisa no solo pierda brillo, sino que puede sufrir imperfecciones: roturas o separaciones de dientes, cambios en el color…Quizás para algunos sea una simple cuestión de estética, pero en ciertas ocasiones puede terminar en un problema de autoestima que se traduce en miedo a sonreír.
La Ciencia ha ido evolucionando para solucionar los problemas que van surgiendo y a nivel dental existe un remedio para recuperar la sonrisa, siendo las carillas dentales una buena solución para resolver este problema estético que suele ser un tratamiento satisfactorio e indoloro (no duele). Las carillas dentales se ponen en una clínica dental, así que elegir una especializada en el tema es el primer paso para obtener los resultados deseados.
Para las carillas, lo que hacen es pegar una sustancia en forma de lámina milimétrica sobre la cara externa del diente (la que se ve), camuflando de esta forma los cambios de color o imperfecciones en los dientes. De esta manera se consiguen los resultados estéticos deseados y una sonrisa más bonita.
Sin ser una técnica nueva, lo cierto es que cada vez va ganando más adeptos ya que por un lado no duele, por otro hace que la dentadura no pierda su naturalizada y además mejora la resistencia de nuestra dentadura, protegiendo la superficie de nuestros dientes de daños, ya que el esmalte de estas láminas que se pegan hacen el efecto de un escudo.
La composición de las carillas dentales puede variar de material, lo que hará también que los precios puedan oscilar según se use la porcelana o el composite, al igual que el número de carillas que se va a poner modificará el presupuesto final. Las de porcelana son más caras que las de composite y los precios pueden oscilar (dependiendo de la clínica) entre los 150 y los 600 €.
Las carillas de porcelana suelen durar de 10 a 15 años mientras que las de composite duran de 5 a 10 años. Los tiempos varían en función de la calidad de la clínica dental que te las ponga y del cuidado que tú les des.
Como has leído, las carillas dentales es un tratamiento estético que no duele, cosa que sí suele pasar con el blanqueamiento dental que puede provocar una hipersensibilidad muy molesta en los días posteriores a su realización.
Normalmente harán falta dos sesiones para completar el tratamiento. En la inicial valorarán y estudiarán el estado de tu dentadura, los deseos de la persona y con esto entregarán un presupuesto. En la segunda visita se procede a la colocación de las carillas dentales. Para ello, primero se lima con suavidad la superficie del diente para que luego la lámina pegue bien. Tras esto se fija la lámina y se endurece el material que pega mediante luz ultravioleta. Tras finalizar el proceso se vuelve a dar un ligero limado para que la superficie quede totalmente lisa.
En el caso de decantarnos por las carillas de porcelana el proceso puede alargarse una sesión más ya que tienen que mandar a hacerlas a un laboratorio y además hay que tomar moldes y fotografías, ya que es un proceso más artesanal.
Si te decantas por este remedio estético, tienes que saber que para que sus efectos sean más duraderos en el tiempo, es importante que realices una serie de cuidados:
– Mantener una buena higiene de la boca. Hay que lavarse los dientes tres veces al día, después de cada comida para evitar la aparición de la temida placa bacteriana. El hilo dental es un buen complemento.
– Se aconseja una limpieza bucal al año a cargo de un/a dentista.
– Hay que evitar alimentos y/o bebidas que pueden dañar o decolorar las carillas como por ejemplo el vino o el café, y alimentos duros como los frutos secos con cáscara.
– El tabaco ensucia la superficie de nuestros dientes. Por lo tanto, evita fumar.
– No usar los dientes para abrir ni romper nada.
– Si sueles tener bruxismo (personas que aprietan mucho la mandíbula mientras duermen), las carillas no es una técnica aconsejable ya que pueden terminar despegándose o rompiéndose.
– Hay que evitar los deportes de contacto.
Esta información te será de ayuda si estás contemplando recuperar la estética de tu sonrisa. Mientras tanto y como diría Isabel Pantoja: dientes, dientes, que eso es lo que les jode.
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