Claves para una correcta protección solar

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Escrito el día 05-febrero-2022 por Juan Toral

Muchas veces tenemos la falsa sensación de seguridad de que sólo en los calurosos y soleados días de verano destinados a una jornada en la playa, es cuando hay que protegernos de los rayos de sol. Pero esta falsa sensación de tranquilidad puede jugarnos malas pasadas en forma de quemaduras y lesiones de la piel, pudiendo las más graves desencadenar en un melanoma. Es por eso, que no solo en verano tenemos que protegernos, sino también por ejemplo en personas que por su trabajo o actividad pasan muchas horas en la calle como podría ser el caso de comerciales, agricultores o taxistas, que tienen que poner sobre todo atención en su brazo izquierdo que suele ir desprotegido durante muchas horas. Vivimos en un país con muchas horas de sol al año, una nación rodeada de agua (el agua refleja los rayos ultravioletas) y también que se puebla de nieve en invierno, nieve que hace un efecto pantalla en relación a los rayos solares. Si a las condiciones ambientales le sumamos el estado de la capa de ozono que en teoría es el escudo natural que tiene nuestro planeta para defenderse, estamos generando que enfrentarnos al sol se haya convertido en una acción de riesgo. 

Para hacer frente, tenemos un gran aliado en los protectores solares de farmacia, que debemos usar no sólo en verano y cuando vayamos a ir a la playa o a una piscina, sino que deben formar parte de nuestro día a día, sin descuidar sobre todo las zonas más expuestas al sol: cuello, escote, cara o cuero cabelludo.

Y es que estamos ante un grave problema de salud pública. En la última década se ha duplicado la incidencia del melanoma, sobre todo entre personas de mediana edad, suponiendo un riesgo potencial de vida, pero también en la calidad de estas personas. Y no debemos de olvidarnos de los niños: tenemos que extremar la protección a estas edades, ya que la piel tiene memoria, perdona la quemadura, pero no la olvida. 

En la actualidad son múltiples las opciones de protectores existentes: en crema, en aerosol, en spray; más líquido o más pastoso; de diferentes números de protección solar. Y también se ha ampliado el número de laboratorios que se han especializado en esta línea de tratamiento preventivo, siendo claro ejemplo de ello, los productos de Heliocare. 

Este artículo es una gran oportunidad para dar una serie de recomendaciones que forman parte de lo que debe considerarse un bronceado inteligente:

• Decántate por cremas solares que protejan frente a los rayos UVA y los UVB
• No compres cremas que estén expuestas en un escaparate. Está más que demostrado que al exponer el producto a temperaturas altas mantenidas en el tiempo, la crema pierde parte de sus propiedades
• No esperes a empezar a quemarte para echarte crema. Al menos se aconseja ponernos la crema 30 minutos antes de empezar a tomar el sol. 
• Si te bañas en la playa o en la piscina, lo aconsejable es aplicar una nueva loción. En el caso de que no te bañes, lo aconsejable es reforzar la aplicación de la crema cada 2 horas. 
• Lo aconsejable es ir acostumbrando poco a poco a nuestro cuerpo a las condiciones climáticas adversas. Lo ideal es dejar que la piel vaya adaptándose para tener más mecanismos de defensa naturales frente a la radiación solar
• No infravalores al sol. No solo nos exponemos a él en un día soleado. Recuerda que superficies como el agua, la nieve o la arena pueden reflejar también los rayos solares. Y en un día nublado, también recibidos radiación solar
• Las horas más dañinas son entre las 12:00h y las 16:00h, ya que el sol, al estar en la posición más alta, tiene más fuerza
• Intenta cubrir con prendas las zonas del cuerpo más expuestas: cabeza, cuello, orejas
• Mucho ojo con los niños. A estas edades decántate por protectores solares con un mayor índice de protección y renueva la crema con más frecuencia

Resulta prácticamente imposible evitar la exposición solar, así que lo más responsable que podemos hacer es seguir las pautas anteriores para una protección inteligente y decantarnos por productos de calidad, que debemos de mantener en zonas con temperaturas agradables para garantizar sus propiedades químicas. 

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