Categoría: Enfermedades
Escrito el día 20-julio-2018 por Juan Toral
Decía un despistado celebrity aquello de que la noche le confundía. Como si de un maleficio se tratase, parece que es caer la noche y avanzar sigilosamente hacia la madrugada, tiempo “perfecto” para que las consultas de Urgencias vean cómo crece la demanda por ciertas patologías recurrentes. Quizás merezca un estudio estadístico más profundo, pero lo cierto es que tengo la percepción personal que durante la madrugada el dolor suele ser un motivo de consulta bastante frecuente, y entre toda la escala y localizaciones posibles del dolor, el de muelas (conocido como odontalgia) parece brillar con luz propia.
En parte es algo lógico entender que sea el dolor lo que te haga salir de casa y en ocasiones hasta de la cama. De noche no solo los gatos son pardos, sino que el no poder dormir contribuye a un círculo vicioso donde el nerviosismo y el dolor se retroalimentan para hacerse más fuertes.
Pero ¿es cierto que las muelas duelen más por las noches o es una simple perfección equivocada que tengo yo tras muchos años atendiendo urgencias en esa franja horaria? Me ha tocado rebuscar en la bibliografía para dar con la respuesta y saber si de verdad, la noche es propicia para que las muelas duelan de una manera especial.
Parece que no es la noche en sí lo que hace que el dolor aumente, sino más bien, lo que parece condicionar el aumento del dolor es el acostarnos. Y es que en esta posición (conocida como supino) aumenta la presión sanguínea al llegar por el propio efecto de la posición y la gravedad mayor flujo de sangre. Esto hace que las terminaciones nerviosas y las estructuras del diente/muela que están dañadas intensifiquen su actividad por lo que el dolor aumenta hasta llegar a desesperar, cambiarse el pijama por algo de ropa, lavarse malamente la cara e ir buscando un servicio de Urgencias donde le pinchen algo para calmar el dolor y poder conciliar el sueño.
Dicen que prevenir es mejor que curar y en esto del dolor también es así. Está más que demostrado que una correcta higiene dental es una garantía para evitar disgustos. Un correcto cepillado, el uso del hilo dental para evitar los molestos pa`luegos y enjuagues con antisépticos son garantía de éxito. También evitar ingerir productos que destrocen nuestros dientes como el café, el tabaco o los productos ricos en azúcar que dan lugar a las temidas caries.
Lo aconsejable es acudir cada seis meses al dentista para una revisión y una vez al año hacerse una limpieza bucal.
Ante un dolor de muelas es aconsejable que te valore tu médico. Suele ser necesario que luego te revise el Dentista pero en ocasiones y si va a realizar alguna técnica, hará falta antes tomar antibiótico para bajar la inflamación y eliminar la infección.
De cara a aliviar el dolor podemos optar por varias medidas. Lo tradicional sería tomar algún calmante como por ejemplo el Metamizol ya sea en cápsula o en la forma bebible en ampolla. Los antiinflamatorios tipo Ibuprofeno o Dexketoprofeno también suelen ser buenos aliados para disminuir el dolor.
Existe otro remedio local que sería poner hielo o una gasa fría cerca de la zona dolorosa, aunque no se recomienda ponerla de entrada directamente sobre la muela dolorosa ya que la zona estará especialmente sensible. El frío disminuye la inflamación al hacer como efecto una vasoconstricción que disminuye la llegada de sangre al lugar por lo que se disminuirá el estímulo doloroso. No olvides que el hielo no se debe poner directamente sobre la zona lesionada sino que hay que envolverlo bien para evitar quemaduras.
Algo más rudimentario pero que también puede aliviar el molesto dolor sería el de enjuagarse la boca con agua templada y sal.
Si sientes dolor, evita comer alimentos duros como podría ser el caso de frutas que obliguen a una masticación intensa.
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