Categoría: Reflexiones
Escrito el día 06-marzo-2014 por Juan Toral
La situación parece insostenible. Desde hace más de un mes, la incidencia de pacientes en Urgencias ha aumentado de manera exponencial. Son muchos, pero también muy malos los que cada día llenan y sobrepasan la capacidad del Servicio de Urgencias. Quizás sea el precio del aumento de esperanza de vida, la pluripatología típica de los pacientes añosos, el frío y la humedad del invierno…el caso es que no hay carritos ni camillas para todos los pacientes que se agolpan a la espera de un ingreso en planta que se demora por la saturación hospitalaria.
Quizás hagan falta situaciones de emergencia como las de estas semanas para replantear algo tan básico como la educación sanitaria que puede ser raíz de un programa que hace que un Servicio dinámico como Urgencias pierda fluidez debido a la saturación que dificulta la atención que necesitan los pacientes realmente enfermos. Al usuario (en otros tiempos llamado pacientes), se le ha dado desde la administración total libertad para gestionar sus dolencias, pero esta libertad en ocasiones es un caramelo envenenado. Se ha invertido el flujo natural de las derivaciones y en muchas ocasiones, no se realiza la valoración inicial por su Centro de Salud, por el Médico de Cabecera que lo conoce mejor que nadie y que con buen criterio decide una valoración, analítica o prueba diagnóstica de Urgencia para un proceso agudo.
Los pacientes pueden desconocer el circuito, ignorarlo o cortocircuitarlo por decisión propia. Pero la realidad es que muchos son los que tiran de excusas baladís como “llevo pagando la Seguridad Social e Impuestos desde hace…para una vez que vengo…de aquí no me voy sin que me vea tal especialista o me hagan tal prueba diagnóstica…” mientras no aceptan y se ofenden ante las indicaciones de que Urgencias no es el sitio indicado para la valoración inicial por la que acuden. A veces es una lesión dérmica, un simple resfriado, un estreñimiento, un ataque asmático o una simple dolencia que bien podría solucionarse en las Consultas no demorables de los Centros de Salud. A mi me pasó hace unos años, cuando decidí de madrugada, tras volver a casa de fiesta, acudir a que valoraran un hematoma que tenía en una uña del pie tras jugar al fútbol por la tarde; esa noche el médico me miró con cara de incrédulo y me contestó de manera seca, y yo salí de las Urgencias pensando lo borde que había sido, que era su deber atenderme y que me había topado con un mal profesional, o alguien con un mal despertar.
Y es que mientras sigamos convencidos de que yo soy yo y mis circunstancias, seguiremos siendo partícipes de unas Urgencias saturadas que hacen dilatar los tiempos para ser valorados, donde personal sanitario acabará quemado en el infierno en el que se convierte cada turno de trabajo, pero sobre todo, donde los que más perderán son los pacientes realmente enfermos sobre los que se dispondrá de menos tiempo y menos dedicación para ser tratados como su situación merece, porque está científicamente demostrado, que a más sobrecarga asistencial, mayores errores diagnósticos y terapéuticos.
Si eres paciente, por favor, se responsable y haz un buen uso de los Servicios Sanitarios; no hablo de copagos, sino de responsabilidad, de un poco de educación sanitario y de hacer un buen uso de los recursos que cada vez son más limitados. Y es que no puede ser que sean motivos de consulta (son casos reales), algunos como los siguientes: vengo porque me he asustado al sonar el timbre de la casa, me duelen las rodillas tras correr la Transgrancanaria, me duele la rodilla desde hace 7 meses, no puedo dormir (a las 18:00h), tengo miedo tras ver una película de terror….
Pero todos tenemos nuestra responsabilidad en este problema. Tanto los médicos como la Administración, una Administración que grita a los cuatro vientos las bondades del sistema mientras calla las miserias y las costuras de un sistema que se sostiene en parte por la implicación de unos profesionales que trabajan por encima del 100% en muchos periodos. Hay que agilizar las derivaciones, pero sobre todo, hay que hacer más dinámico las valoraciones en Atención Primaria, ya que no puede ser pedir cita con tu Médico de Cabecera y que te den para dentro de 3 días.
Pero como decía, los sanitarios también somos partes del programa. No tiraré piedras contra mi propia tejado ya que yo soy Médico de Atención Primaria de formación, pero existe mucho irresponsable o talibán sanitario que parece derivar cual patata calienta a pacientes a Urgencias. Se agradece una derivación bien indicada, explicada, argumentada y con criterio que demuestra conocimiento del paciente e implicación. Pero hay otras ocasiones en las que te planteas incluso si han sido valorados inicialmente, si están actualizados o si es que simplemente han diferido su responsabilidad como sanitario derivándolo al Hospital. Porque en ocasiones, los pacientes van a Urgencias tras ser valorados en su CS donde el médico les promete que vayan a Urgencias que le harán una ECO por el dolor de barriga de largo tiempo de evolución, que le verá tal especialista sin tener que esperar las listas de espera. Porque en los últimos meses he visto derivaciones tan descabelladas como el paciente que de madrugada tuvo que conducir una hora por una carretera llena de curvas para quitarle una lentilla que no tenía en el ojo; o las derivaciones que les que reflejan un pie que precisa amputación pero que a la hora de la verdad es una simple infección en la uña; o unos simples sabañones que se disfrazan como una incipiente enfermedad reumatológica que tiene que ser vista por el especialista, o el médico que deriva por “presentar desde hace una semana dolor en el ojo del culo”, o los pacientes que llegan al Centro de Salud y son derivados al Hospital en menos de 5 minutos. Creo que cobrar en consonancia a los méritos personales realizados en vez de los ajustados por la Unidad de Gestión Clínica sería una buena solución para que aquellos que se dejan llevar por la marea empiecen a nadar enfrentándose a la corriente.
Pero como es tiempo de educación sanitaria y de asumir responsabilidades, el personal de Urgencias también tiene parte de culpa. Minimizar síntomas, infravalorar dolencias, falta de atención o implicación que te hace dar algún alta antes de tiempo o acortar los tiempos hospitalarios.
Si estos días has ido por Urgencias habrás visto que esta entrada no es una rabieta por llevar un mes con la lengua fuera y la cabeza exprimida, sino una súplica para que cada uno asuma su parte de responsabilidad, que seamos educados (al menos sanitariamente hablando) y que miramos por el buen común, del que todos nos terminaremos beneficiando a la larga. Y es que tu dolor para nada urgente, puede estar privando de la atención que realmente necesite otro familiar que verá disminuida la calidad en la asistencia por el mal uso de un recurso, que por limitado, agoniza en meses donde las visitas a Urgencias se desbordan como Enero, Febrero o Marzo.
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