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Escrito el día 07-febrero-2023 por Juan Toral
El cuerpo humano está lleno de curiosidades que desconocemos. ¿Sabías que la piel es el órgano más grande que tenemos? Piel, uñas, pelo y las glándulas del sudor y la grasa (sebáceas), forman el conocido como sistema tegumentario.
Sabías que…
En edad adulta, nuestra piel suele tener una superficie de 2 metros cuadrados y puede llegar a pesar hasta 5 kilos.
El crecimiento de las uñas es algo que también me fascina, desde el mismo momento que nacemos. Y es que me resulta muy curioso como en los primeros días de vida, cuando el bebé se afana por encontrar la leche materna, sus uñas crecen de manera significativa.
El pelo, tan de moda, y puesto en el mapa desde la irrupción en el panorama internacional de Turquía, es otra parte de nuestro cuerpo a tener en cuenta: los hay de diferentes colores, de texturas variadas, liso, rizado u ondulado, graso o seco, fino o más grueso, poblado o en vías de extinción. Pero nuestro cabello y el vello corporal, no sirven simplemente como un complemento estético, sino que tienen su misión dentro de nuestro organismo: una de sus funciones es la de conservar la temperatura corporal, y en localizaciones como la nariz, las orejas o alrededor de los ojos, cumplirá una misión defensiva para evitar que sustancias externas que puedan ser perjudiciales para nuestra salud, entren en nuestro organismo.
Por lo tanto, parece importante saber cómo llevar a cabo el cuidado de estas estructuras, existiendo suplementos para el cuidado de pelo, piel y uñas. Antes de nada, tienes que tener en cuenta, que la buena o mala salud de ellos dependerá en gran medida de nosotros: de lo protegido que estemos cuando nos expongamos al sol (evitar las horas centrales del mediodía y usar protector solar), evitar el humo del tabaco y otros productos químicos, mantener una buena hidratación, un sueño reparador, una alimentación equilibrada y variada…detalles que harán que a la larga nuestra piel, pelo y uñas gocen de una buena salud. Y es que no solo hablamos de estética, nos referimos a salud.
Con las uñas ocurre la particularidad que son muy sensibles a cómo nos portemos con ellas, ya que solemos dañarlas sin ser conscientes de ello, al estar de forma repetitiva en contacto con agua caliente y jabonosa, detergentes, disolventes o sustancias alcalinas como algunas de las que se usan con la manicura.
Nuestro cabello puede sufrir ante ciertas patologías como alteraciones en el tiroides, pero también cuando hay anemia, trastornos alimentarios y/o déficits de algún nutriente esencial como serían las vitaminas A, B y C, además de minerales como el zinc, el yodo o el hierro, o proteínas de origen animal que normalmente ingerimos de los huevos, el pollo o el pescado. Ante estas situaciones carenciales, el pelo se pone fino, débil, pierde brillo y se cae con facilidad.
Lo mismo ocurre con las uñas que ante estas situaciones mantenidas en el tiempo, se aplanan, pierden grosor, le pueden salir manchas blancas y se vuelven quebradizas, incluso llegándose a partir en dos.
Por lo tanto, si tu pelo, uñas o piel han perdido su brío habitual, repasa si puede estar ocurriendo algo en tu día a día que pueda estar detrás de ello. Y debes saber como ya has leído más arriba, que existen complementos nutricionales y vitamínicos que pueden ser de ayuda, debido a la optimización de los niveles de vitaminas como la biotina, minerales como el hierro, la sílice o el zinc, aminoácidos como la cisteína o la metionina, antioxidantes como las vitaminas A, C o E, selenio o carotenoides, que harán que los intentos para fortalecer estas estructuras sean más satisfactorios.
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