Categoría: Te Interesa
Escrito el día 22-octubre-2021 por Juan Toral
Por mucho que el título que ganas tras aprobar el último examen de en el mejor de los años, 6 años de carrera, uno puede ser licenciado en Medicina, que no es lo mismo que ser médico. Y es que tras adquirir una alta carga de contenidos teóricos que muchas veces se aprenden sin razonar y se responden en forma de tipo test, toca enfrentarse a la realidad, a los pacientes, a las historias y dramas en forma de casos clínicos, y ese bagaje que va poniendo insignias en la solapa de la bata conforme vas ganando experiencia, se adquiere mientras descubres el mundo real que trasciende más allá de los libros.
Hay un amplio abanico de especialidades de medicina a la que los recién licenciados estudiantes pueden optar y para optar a casi todas ellas, hay que pasar un famoso examen conocido como MIR en el que en 4 horas uno se juega la opción de elegir y por lo tanto, el futuro inmediato que marcará los próximos 4-5 años y quizás el resto de su vida. Alergología, Anatomía Patológica, Neumología, Endocrino, Ginecología, Cirugía, Vascular, Medicina Familiar y Comunitaria, Dermatología…En esta Medicina del siglo XXI donde la especialización prima sobre el conocimiento global, las opciones para formarse como especialista en una determinada área del conocimiento, hacen que la licenciatura de Medicina, una vez obtenida, se pueda fragmentar como los restos de metralla tras apretar el percutor de un revolver.
Recuerdo la alegría al comprobar el listado de la asignatura de sexto de carrera de Preventivo en el que aparecía como APROBADO y por lo tanto suponía haberme pasado el juego de la Licenciatura en Medicina. La vida son decisiones, donde el azar también pone de su parte. Cuando terminé la carrera tenía decidido que me iba a decantar por la medicina legal y forense. De hecho, estuve yendo el mes de Julio al Instituto Anatómico Forense de Granada para ver autopsias y empaparme de lo que creía iba a ser mi futuro. Pero aunque uno supone, la vida a veces predispone. La especialidad de Medicina Legal se rige por sus propias leyes y ese verano anunciaron que adelantaban la convocatoria de oposiciones para acceder a ella, así que en pleno del caluroso verano de Granada, me apunté a una residencia para prepararme el MIR y en Enero me examiné consiguiendo la plaza de Medicina Familiar y Comunitaria, una decisión que meses antes no habría sospechado pero que fue la antesala de mi felicidad, ya que gracias a este giro del destino, he podido disfrutar de todo este camino y conseguir pequeños grandes logros que a mi me llenan de energía y me siguen motivando para seguir creciendo.
Si estás leyendo este relato personal y estás en los últimos años de carrera o si te estás preparando el MIR, te invito a que descubras mucho más, que hables con residentes de hospitales, que visites los servicios a los que te gustaría poder acceder, que escuchas con atención pero que tengas una actitud reflexiva y que finalmente tomes tus propias decisiones. Por desgracia enfocamos tanto la carrera como el examen MIR como una competición en la que obtener la mejor puntuación para ser el número de asignación más alto y en esta vorágine competitiva, olvidamos valores como el compañerismo, pero lo más triste es que en ocasiones, no aprendemos Medicina pese a saber responder con brillantez una serie de cuestionarios. Si tomas tu decisión desde el conocimiento y no influenciado por los prejuicios o el vértigo que da el tener una buena nota, estoy seguro de que la decisión que tomes en relación a las diferentes especialidades médicas será todo un acierto. Y es que cuando mente y corazón se unen, todo es posible.
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