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Escrito el día 21-diciembre-2018 por Juan Toral
Hay mujeres que anhelan ser madres pero que no pueden concebir de manera natural; parejas que quieren sumar miembros a la familia pero que no pueden: mujer y hombre o mujer y mujer.
La Ciencia que avanza en paralelo a las necesidades de las personas ha evolucionado mucho en el campo de la fertilidad y en la actualidad existen varias técnicas disponibles para aquellas mujeres que no pueden quedarse embarazadas de manera natural. La fecundación in vitro es una de las opciones que en la actualidad tienen mayor protagonismo debido a sus alentadores resultados que hacen que los sueños de muchas personas se lleven a cabo.
Estoy seguro de que habrás escuchado hablar sobre la fecundación in vitro, pero ¿sabrías exactamente en qué consiste?
De manera muy simplista, esta técnica consiste en hacer en un medio artificial externo, lo que en condiciones normales ocurre cuando la mujer queda embarazada. Personal entrenado supervisa el proceso en el que se toman ovocitos (sería la fase anterior al óvulo) de la mujer para ser fecundados en el laboratorio con los espermatozoides de la pareja o el donante según el caso. Una vez que se produce la unión y se forman los embriones obtenidos mediante la fertilización se transfieren al útero de la paciente donde el embarazo sigue su cauce para que el feto vaya desarrollándose y creciendo hasta el alumbramiento.
El procedimiento de fecundación es más natural de lo que se puede pensar al hacerse en un medio de cultivo.
En el laboratorio se pueden «jugar» con cuatro alternativas según sea el origen de los problemas de la fertilidad: la Fecundación in vitro (FIV) con óvulos propios y semen de la pareja, la FIV con óvulos propios y semen de donante, la FIV con óvulos de donante y semen de la pareja y la FIV con óvulos de donante y semen de donante.
La fecundación in vitro tiene 5 fases:
Antes de comenzar el proceso, se estimula la ovulación de la mujer mediante tratamiento hormonal. Se irá controlando este crecimiento a través de controles ecográficos.
Sería una pequeña cirugía ambulatoria que no demora más de 15-20 minutos. Mediante control por ecografía se extraen los ovocitos que han madurado en los ovarios de la mujer gracias a la estimulación hormonal a la que se ha sometido previamente y se realiza una punción para su extracción. Se realiza con sedación para evitar las molestias de la punción.
Tras obtener los ovocitos toca fecundarlos en el laboratorio. Este proceso a su vez consta de 3 fases:
3.1 Selección de espermatozoides:a través de técnicas moleculares se seleccionan los espermatozoides óptimos cuya capacidad de fecundación es mayor
3.2 Fecundación del óvulo:a este nivel se han producido grandes avances gracias a la microinyección. Antes se ponían en torno a 25.000 espermatozoides en contacto con cada ovocito para esperar que el más rápido fecundara pero en la actualidad y gracias a la microinyección, la persona que supervisa la técnica introduce un único espermatozoide dentro del óvulo
3.3 Cultivo embrionario:se produce la incubación en el laboratorio bajo unas condiciones ambientales ideales.
A través de una cánula muy fina y sin hacer daño, se transfieren dentro del útero los embriones que se han obtenido anteriormente en el laboratorio.
Los embriones que se han visto de buena calidad y no se han usado se pueden conservar con temperaturas muy frías (crioconservación), gracias a la preservación con nitrógeno líquido, que podrían ser utilizados en el futuro en caso de ser necesario.
Existen una serie de casos donde esta técnica ha demostrado ser de utilidad:
– causa masculina de esterilidad
– alteraciones en el endometrio de la mujer, como por ejemplo una endometriosis
– mujeres mayores de 40 años
– intentos de inseminización artificial previos sin resultado
Aunque es una técnica que realiza personal entrenado y en unos medios de higiene y asepsia, la técnica no está exenta de que puedan surgir contraindicaciones. Las más frecuentes serían:
– Embarazo múltiple:normalmente se transfieren al útero de la mujer más de dos embriones fecundados para aumentar las posibilidades de embarazo, por lo que en condiciones óptimas puede ocurrir que varios de estos embriones salgan hacia delante y terminen en un nuevo ser
– Síndrome de hiperestimulación ovárica: debido a los tratamientos hormonales que reciben las mujeres, puede producirse un exceso de folículos que pueden terminar desarrollando una acumulación de líquido en la cavidad abdominal, que de manera secundaria puede hacer que la tensión arterial de la mujer disminuya
– Complicaciones por la punción:al pinchar para la fecundación se pueden originar pequeñas lesiones en los órganos de la zona como por ejemplo el uréter o la vejiga.
– Embarazo ectópico:que el embarazo crezca fuera del útero. La probabilidad de que esto ocurra es mayor en embarazos por fecundación in vitro que en las mujeres que consiguen quedarse embarazadas de manera natural.
Gracias a los avances de la fecundación in vitro y sobre todo a la microinyección, las tasas de éxito y de contratiempos como los embarazos múltiples ha disminuido. La vida en ocasiones pone la zancadilla pero la ciencia avanza para dar respuesta a esas mujeres que ven imposible tener hijos por procedimientos naturales.
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