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Escrito el día 31-diciembre-2021 por Juan Toral
Si las fresas están de temporada de Febrero a Mayo, hay otras fresas, que no son frutas que se pusieron hace años de moda y siguen siendo muy útiles. Se tratan de las fresas para podología que cada vez tienen más cabida para el cuidado de los pies debido a los beneficios y la minimización de los posibles efectos secundarios que se asocian con su uso. Y es que el uso de fresas de cirugía se ha convertido en una técnica quirúrgica mínimamente invasiva, que se realiza a nivel percutáneo, con grandes resultados ya que se suele realizar de manera ambulatoria, gracias a que se realiza una microcirugía a través de pequeñas incisiones en la piel, con anestesia local, generando un traumatismo mínimo sobre los tejidos. Esto hace que el periodo de recuperación se acorte, y, de hecho, las personas suelen poder deambular de manera inmediata (con un zapato de suela rígida).
Se usa un instrumental monitorizado, que tienen una parte central con un control de velocidad que permite controlar las revoluciones por minuto que se necesitan dependiendo de la intervención que se vaya a llevar a cabo. Y sobre la unidad central monitorizada se acoplan las fresas, que serán las encargadas de controlar la velocidad del corte. Lo ideal sería que se usara la velocidad mínima con la que se consigue el resultado deseado, ya que si se excede en la velocidad se pueden producir lesiones óseas de necrosis. Por eso es muy importante que sea un/a podólogo/a con experiencia y conocimiento en este tipo de técnicas quién las lleve a cabo. Garantizar unas condiciones de asepsia es clave para evitar el riesgo de infecciones y posteriores complicaciones.
Existen diferentes tipos de fresas que se utilizan en la cirugía de los pies y se diferencian por el tamaño (longitud) y la disposición de sus aristas (formas), aunque quizás, las Shannon sean las más empleadas. Las fresas en podología suelen usarse para tratar patologías del antepie, del mediopie e incluso del espolón calcáneo, ya que con ellas se pueden realizar cortes, extracción de cuñas óseas, o rebajar superficies sobresalientes del hueso, como lo que ocurre en el hallux valgus, conocido popularmente como juanetes. Y esto lo consiguen a través de las siguientes técnicas: remodelado de superficies óseas, osteotomías de falanges o exostectomía de dedos entre otras. No todas las lesiones de los pies pueden ser tratadas con fresas a través de una cirugía mínimamente invasiva, ya que por ejemplo lesiones profundas o intraarticulares, no suelen responder bien a estas técnicas, pero sin duda, las intervenciones sobre el hueso son, indiscutiblemente, las más indicadas, como, por ejemplo, la eliminación de pequeñas exostosis. En estos últimos años y gracias a la sofisticación a la que se ha llegado con los instrumentos y el control radiológico que se realiza en tiempo real, ha dado lugar a osteotomías de gran eficacia, con un mínimo daño y pocas complicaciones.
El postoperatorio suele ser agradecido: la persona puede deambular, normalmente con zapato con suela rígida y a los días se le retira el vendaje.
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