Categoría: Reflexiones
Escrito el día 02-julio-2014 por Juan Toral
No hay mejor día que hoy para esta reflexión vomitada antes del almuerzo y es que hoy he desayunado con la esperanzadora noticia de que el paro bajaba en 122.684 personas en Junio. Un buen dato en una lectura general que hay que estudiarla meticulosamente para que no se escape la letra pequeña. El verano enriquece el factor servicios, que sube el ánimo del desempleo y las próximas elecciones se aproximan y maquillar las cifras del paro sería un respaldo para intentar distraer la memoria del personal que lleva unos años sufriendo la devastadora realidad del levantarse con la incertidumbre e impotencia del buscar en el desierto de las salidas laborales.
Pero hoy no puedo ser optimista por mucho que lo intenten o me lo trituren desde una prensa sectaria y parcial. Y es que mi realidad vivida en primera persona es bien diferente ya que es el primer día en el que mi cuñado ya no está en España en un nuevo ejemplo más de la sangría constante de fuga de cerebros que hacen las maletas para poder desarrollar su potencial lejos de nuestra tierra. Hijo de padres españoles que hace décadas tuvieron que hacer las maletas para abrirse camino en Suiza; dominador de alemán e inglés; brillante licenciado en Biología en Oviedo donde las matrículas de honor fueron la norma y un meritorio cum laudem en su doctorado de Microbiología tras años de investigación. Méritos insuficientes para encontrar el pan para un hijo que vino al mundo hace 3 meses y del que se separará hasta que dentro de unos meses su mujer se traslade junto al pequeño Carlos a Brasil sin las vacunas completadas en ese nuevo calendario vacunal inmunodeprimido por los recortes sanitarios.
Porque el buen dato de la bajada de las cifras del paro no puede borrar la cruel realidad de un país que no invierte en futuro, que abandona a su mortuoria suerte a la I+D, que recorta en sanidad mientras la población enferma. Que asfixia a profesores siendo el caldo de cultivo para una juventud sin motivación ni formación que se convierte en un dócil e inculto rebaño, mucho más fácil de ser domado por el camino de la ignorancia.
Mi cuñado está feliz ya que tras un año de incertidumbre sin encontrar trabajo por fin podrá investigar en un prestigioso instituto en el que desarrollar su potencial y progresar como se merece. Pero yo no encuentro motivos de celebración en el hasta pronto que se firmó con un apretón de manos hace unos días. Y es que proseguimos avanzando hacia el abismo en ese camino equivocado que gobiernos y políticos parecen tomar, saliendo siempre por la tangente mientras edificamos el maquillaje de mejores datos con la España caní de Pajares y Esteso del turismo de suecas, bronceados y chiringuitos.
Que te vaya bien Roberto; ojalá que más pronto que tarde puedas desempeñar tu trabajo en España, sería señal de que los tiempos han cambiado. Nos vemos en São Carlos
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