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Escrito el día 28-noviembre-2019 por Juan Toral
Te sorprenderías de la importancia de una sana sonrisa. Y es que este acto (en ocasiones reflejo) puede resultar terapéutico. Por un lado, a nivel mental y emocional, pero también a nivel de salud. Y es que muchas de las enfermedades o síntomas que padecemos, puede tener su origen en un mal estado de nuestra boca y dientes.
En este artículo pretendo concienciar de la importancia de una buena higiene bucal y para ello compartiré información sobre irrigadores dentales, un complemento a tener en cuenta.
Hay gente familiarizada con los cepillos tradicionales de dientes, los eléctricos y el hilo dental que no conocen más allá de estas opciones. El irrigador dental es otra buena alternativa. Este aparato, bastante común en nuestras visitas al dentista, es más desconocido en el ámbito personal. Los irrigadores son aparatos que usan la fuerza que ejerce la salida pulsátil de agua a presión para eliminar restos de comida e impurezas, obteniendo de esta manera una mejor higiene.
El mecanismo interno es bastante sencillo ya que consta de un depósito de agua, una bomba a presión y una boquilla por la cual sale dicha agua. Con este método, se llega a conseguir un nivel de limpieza de la boca, dientes y encías superior al que podemos conseguir con el tradicional cepillado y el paso de la seda dental.
Existen tres grupos de personas que se benefician mucho de esta alternativa. Por un lado la gente con ortodoncia. El mero hecho de tener brackets dificulta la higiene de los dientes por lo que el uso de un irrigador garantiza mejores niveles de limpieza. Los irrigadores dentales también se recomiendan en personas que tengan gingivitis o periodontitis, una patología que predispone a la inflamación crónica de las encías. El otro grupo que se beneficia especialmente de este tipo de lavado son las personas con implantes ya que permite limpiar adecuadamente el espacio que puede existir entre el implante y la base de la prótesis.
A la hora de elegir un buen irrigador, hay una amplia gama de posibilidades y precios. Lo ideal es que lo consultes con tu dentista ya que existen diferentes marcas, número y tipos de boquillas, si es portátil o fijo, si tienen incorporado o no cepillo o el tamaño, si hacen o no ruido…
Los irrigadores dentales no sólo son beneficiosos para potenciar la higiene de nuestros dientes, sino que tienen también otros beneficios: ayuda a combatir la aparición de caries o la descalcificación de la superficie del esmalta. También ayudan a evitar el mal aliento (conocido como halitosis) y contribuye a reducir el sangrado e inflamación de las encías.
Ahora bien, hay que tener muy presente que la irrigación no sustituye al cepillado tradicional, sino que lo complementa. Primero nos cepillamos bien los dientes y/o nos pasamos el hilo dental. Hay que escoger bien una boquilla que se adapte a nuestros dientes. Lo aconsejable es pasar el irrigador una vez al día. Puedes mejorar la sensación de frescor añadiendo un poco de colutorio al agua.
Para terminar, toca recordar que existe una relación entre la salud bucodental y la salud del organismo. Existen enfermedades que pueden empezar a dar síntomas manifestándose en la cavidad bucal. Por lo tanto, nuestra boca puede reflejar indicios o síntomas de salud y de enfermedad por lo que conviene estar muy atentos ante la aparición de cualquier lesión.
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