Categoría: Reflexiones
Escrito el día 05-febrero-2015 por Juan Toral
Como embriagados por el rodaje en Sevilla de parte de la quinta temporada de la famosa serie televisiva «Juego de Tronos», el SAS ha llevado a cabo un nuevo giro de tuerca en su maquiavélico sistema, derramándose más sangre y lágrimas que en algunos de sus impactantes y sanguinarios capítulos.
Y es que el mismo día que la candidata al sillón que heredó de su antecesor que también se lo encontró por la renuncia ensombrecida por el foco de los EREs anunciara el adelanto electoral en Andalucía (que hay que aprovechar la descomposición de IU, el escaso poder mediático de la dormida derecha andaluza y los iniciales pasos de un Podemos que aún se encuentra en pañales en el feudo andaluz), el tablón de Facebook de algunos de los maltratados sanitarios andaluces anunciaban mensajes de la firma exprés de contratos de un año de duración (eso sí, recortados al 75%). La cantinela de que no había dinero, de seguir congelando y debiendo las pagas extras de los últimos años parecía caer en saco roto ya que quizás el elegir la papeleta para la urna pudiera ser una patata caliente en manos de un electorado al que o bien con subvenciones agrícolas o con este tipo de contratos, parecen embaucar con sus cantos de sirena.
Pero la casposa Andalucía, la tierra que amamos y de la que muchos tuvimos que salir para encontrar estabilidad, no tardaba en volver a dar la nota. Y es que como si de un dardo envenenado, los anuncios de contrataciones se volvían como un boomerang ante la situación de caos vivida por muchos profesionales, que de la noche a la mañana, sin mediar palabra y sin previo aviso, vieron cortados sus contratos un 31 de Enero con la posdata de «no venga a trabajar usted mañana».
Anunciar a bombo y platillo que el 1 de Marzo los eventuales con contrato (ilegal) al 75% pasarían al 100% y venderlo como un logro social tras privarles del derecho cortado años atrás a 21 días de las elecciones. Teoría nada práctica ya que la realidad es una serie de despidos exprés y reubicaciones sin previo aviso, que se ha traducido en incertidumbre entre los miles de eventuales que de la noche a la mañana se han visto fuera tras aprender a vivir en el alambre. Llamadas a través de una bolsa de trabajo que algunos consideran injusta y anárquica, y todos poco actualizada. Y es que sin terciar palabra, de la noche a la mañana, con nocturnidad y alevosía, la Administración ha ofertado plazas diferentes en lugar e incluso en comunidad a profesionales que llevaban años renovando su puesto incluso mes a mes, con el consecuente riesgo de la penalización por rechazar el nuevo puesto ofertado, que parece que la gente no tiene derecho a tener familia ni estabilidad social.
Al caos de los Hospitales y Centros de Salud que algunos achacan a la gripe, otros al envejecimiento poblacional, otros a la simple mala suerte o la consejera a la ineficacia de la Atención Primaria se ha sumado el desbarajuste de estos días: hay sitios que llaman por bolsa, otros por perfil, otros por lista interna…Servicios mal”okupados” por profesionales desde hace años que de un día a otro han visto bajar el número cubierto y con gente nueva que se ha visto obligada a dejar su tradicional puesto de trabajo.
Y es que las/os profesionales que son el alma del Sistema Andaluz de Salud y que velan por salvaguardar la salud de los andaluces, parecen enfermar con el Síndrome de Estocolmo. Dan los mejores años de su vida, su entrega y absoluta dedicación para un sistema que no le respeta, que no premia su fidelidad (recortes sanitarios, contratos humillantes de días e incluso horas, de tener por casa el coche para poder cambiar de destino, de Hospital o Centro de Salud como el que va a una tienda y entra en los probadores a probarse una blusa nueva) que mantiene la inagotable capacidad de sorprender a propios y extraños como en lo sucedido en las últimas horas en la Comunidad que dejé atrás hace ya casi dos años y que difícilmente podrás leer en cierta prensa escrita ni televisada sesgada por intereses patrocinados como las humillantes campanadas de este año. Sin cuidar o al menos respetar a sus trabajadores, es imposible que se produzca una asistencia sanitaria de calidad; imposible mejorar, de avanzar.
Esta es una historia de nombres propios. De sanitarios con apellidos y familias a su cargo que de un día para otro han visto como su futuro inmediato ha virado hacia el caos absoluto. Pero esta historia también tiene el nombre de los pacientes, por ejemplo mi madre, que se encuentra en seguimiento en el Hospital San Juan de la Cruz de Úbeda, en estudio para una intervención quirúrgica que deberá realizarse en las próximas semanas, que de buenas a primeras se ha visto sin su especialista de referencia que durante un mes la ha estudiado con una profesionalidad digna de alabanza por la que mi madre, y por lo tanto yo le estaremos eternamente agradecidos, pero que de un día para otro, tuvo que dejar su consulta y recoger las escasas pertenencias del que está de paso y no puede echar raíces en ningún sitio. Con el pan de nuestra familia y con la salud no se juega, aunque en Andalucía, algunos parecen más preocupados por los escaños de un Parlamento sin alma que por el bienestar de unos andaluces, que o mucho me temo, o seguiremos alienados en el antojo prematuro de las elecciones del 22M
#CorrupcionSAS A efectos prácticos yo voto en Canarias, pero lo tengo claro #novoteSASusana
Nota de prensa SAS:
http://www.juntadeandalucia.es/salud/sites/csalud/contenidos/Noticias/2015/02/dia03/Noticia27613
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