Categoría: Reflexiones
Escrito el día 15-agosto-2018 por Juan Toral
“Urgencias es todo aquello que el usuario considere urgente”. Esto debió pesar la mujer de 51 años que las otras noches debido a la tardanza para ser atendida prendía con su mechero una bombona de oxígeno para pegar fuego a las Urgencias del Hospital de La Candelaria en Tenerife. Seguro que en los telediarios has visto las imágenes de las evacuaciones de pacientes, en procesión con las camillas huyendo del horror de las llamas que en pocos minutos devoraban las entrañas del hospital.
¡Ya está bien!No se trata de un hecho aislado, ni de una pirómana con deseos de protagonismo. En los últimos años con el deterioro de la Sanidad Pública (hasta no hace mucho considerada como una de las mejores del mundo) ha hecho que las Urgencias que son el embudo estrecho que filtra todo lo que le llega, se vean colapsadas, siendo el saco que colocan las administraciones para que el usuario pague las frustraciones de los recortes, las listas de espera, los retrasos en el parte de quirófanos o el cierre de plantas. Simplemente hace falta echar un vistazo a las estadísticas donde las agresiones a los sanitarios son cada vez más frecuentes.
No trabajo en La Candelaria pero me veo con capacidad de opinar sobre lo ocurrido. Durante cuatro años fui Adjunto de las Urgencias del Hospital Dr. Negrín que se encuentra en la vecina Isla de Gran Canaria. Es cierto que los tiempos para ser atendidos son mejorables, pero lo que la gente no sabe es que cuando entras a la guardia a las 20:00h, puedes recibir una herencia de 15 pacientes pendientes de resultados y otros 15 por ver. La gente en ocasiones es incapaz de levantar la vista de su reloj y darse cuenta que son las 2:00h de la madrugada cuando el médico se ausenta 10 minutos para comerse un sándwich frío. ¿Tienen la culpa de la demora los profesionales que se limitan a salvar un turno de trabajo? Ya va siendo hora de dejar claro que no; quizás no todos los que trabajemos en Urgencias demos el 120% que se necesita para salvar el desastre que es trabajar muy por encima de tus posibilidades. Pero no se puede seguir mirando para un lado y hay que pedir responsabilidades: las Administraciones nos colocan allí, con nuestros pijamas coloridos para que se nos distinga bien, en un número muy por debajo del que se necesita para cubrir la media de consultas que llegan a diario. Nos dejan en inferioridad numérica, cerrando el grifo al personal mientras anuncian por megafonía que la asistencia está garantizadae invitan al usuario a encontrar una solución a cuando intentan pedir una cita con su médico de cabecera y se la dan para dentro de 6 días, o cuando llevan esperando meses para ser vistos por el especialista o ni se acuerdan del tiempo que llevan esperando a ser citados para realizarse un preoperatorio.
Pero al final al que da la cara es al que se la parten. Mientras los políticos y gestores se encuentran en los despachos, el personal: administrativos, auxiliares, celadores, limpiadores, técnicos de rayos y laboratorio, enfermeros y médicos se queman a diario en su puesto de trabajo. Pero es que lo de quemarse, por desgracia ha dejado de ser una expresión para convertirse en una realidad por culpa de esa insensata que ha atentado contra algo que debería ser sagrado, el respeto hacia la salud de los demás.
Lo que esta paciente impaciente no sabe es que es una afortunada. SI esperas en Urgencias es por un motivo principal: a la llegada al hospital se realiza un triaje que etiqueta a los pacientes con un número o un color en función de la gravedad. Por lo tanto, el que esperes a que te llamen es señal de que tu vida no corre peligro…y si tu vida no corre peligro, quizás no sea Urgencias el lugar donde acudir para realizar esa consulta. Esas “urgencias” evitables son en parte las que colapsan un servicio que debe caracterizarse por dar una respuesta inmediata ante situaciones de emergencia aunque en ocasiones, es tal el colapso por el alto número de usuarios que lo de la prioridad se espesa hasta dar la percepción de no moverse.
Estoy cansado de escuchar a usuarios quejarse en dirección contraria, que exigen que les atiendan pronto. Algunos incluso amenazan: “o me ven pronto o me voy”. Otros optan por la coletilla “Tienes que verme pronto porque yo pago tu sueldo”. La gente tiene una doble vara para medir la paciencia: se puede esperar estoicamente a la cola del banco para ingresar o sacar dinero, o esperar a que te sirvan la primera copa en un cotillón en año nuevo, pero cuando uno va a un Hospital o a un Centro de Salud parece que se pierde la educación y salen a flotes solamente los derechos. Afortunadamente esto no siempre es así y la mayoría de las personas que van a Urgencias esperan su turno y saben agradecer la labor de un personal que trabaja siempre bajo mínimos…pero cada vez son más las ovejas negras que hacen del infierno de las Urgencias un callejón sin salida.
Se empieza exigiendo al médico para que te haga un informe injustificado, o levantándole la voz y perdiendo las formas, o escribiendo por WhatsApp mientras te atienden, o amenazando al profesional de turno. Se continúa agrediendo ya no sólo verbalmente sino físicamente a los médicos o enfermeros y se termina quemando las Urgencias de un hospital sin importar los pacientes, ancianos y niños que allí se encuentran ingresados,.
No se si será posible, pero deseo que la terrorista de este atentado contra la salud pública, reciba el castigo que se merece que no es otro que la cárcel y ver cómo le retiran su derecho a la Sanidad Pública a la que tanto daño ha hecho. Ya lo dije en otro anterior alegato sobre el maltrato continuado que sufren los servicio de Urgencias de nuestro país (leer “Urgencias y el caos”):
“El problema de lo público es que el ciudadano piensa que es gratis y los políticos que es suyo”
Mucho ánimo a los compañeros que vivieron en primera persona el infierno de esta guardia; y a los pacientes que se vieron envueltos por el humo y el caos; y a los acompañantes que se encargaban de dar apoyo moral ante la incertidumbre de un resultado que en ocasiones es como lanzar una moneda al aire. Pero ¡Basta ya!. Exijamos que las cosas mejoren, pero hagámoslo donde tenemos que hacerlo: denunciando los recortes ante la prensa, poniendo reclamaciones y haciendo que los que juegan con el dinero público lo paguen en las urnas.
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el problema es que está señora no fue a urgencias . la llevo la policía porque estaba borracha y los nuevos protocolos exigen que se les lleve allí en vez de a u. calabozo como so hacia antes hadta que se le pasará el colocon. los médicos están sobrepasados y no deberían de tener que lidiar con estas personas que no necesitan atención médica dijo ayuda de los servicios sociales para salir de su adicción
Genial comentario y cuanta razón llevas …los culpables son los políticos, no ustedes