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Latigazo Cervical

Categoría: Enfermedades

Escrito el día 29-septiembre-2015 por Juan Toral

Conocido también como el cuponazo cervical, el latigazo o esguince cervical se ha convertido por méritos propios en unas de las patologías con más adeptos.

Los accidentes de tráfico son uno de los campos de batalla a los que la sociedad nos tenemos que enfrentar. Cada vez disponemos de mejores máquinas que nos hacen tener la sensación de más seguridad y al mismo tiempo de mayor potencia, pero en ocasiones el estado de las carreteras o las distracciones personales hacen que los accidentes sean un motivo demasiado consultado en los servicios médicos. Pero es que a la vez tienen importantes repercusiones como la pérdida del bienestar pero también a nivel social, económico y laboral.

El esguince cervical es sin duda uno de los síntomas estrella de este tipo de accidentes (sobre todo en las colisiones traseras entre turismos) constituyendo una patología dolorosa cada vez más frecuente en la vida diaria debido a la siniestralidad-comorbilidad en nuestras carreteras.

Pese a ser un diagnóstico muy recurrente, esta patología tiene más sombras que luces y es que en ocasiones, tanto el diagnóstico como la evolución o el tratamiento pueden ser algo complejo ya que hay datos objetivos que no son del todo medibles, a lo que hay que añadir la presión de mutuas y trabajos para la inserción de los trabajadores.

Dentro del esguince cervical podemos encontrar una gran variedad de síntomas clínicos que se puede tender a infravalorar. Uno de los problemas del latigazo cervical es que los métodos diagnósticos tradicionales (radiológicos, neuroradiológicos y/o electrofisiológicos) no son del todo específicos, por lo que suele ser una exhaustiva anamnesis y exploración física la que nos lleve a su diagnóstico.

A continuación, haremos un recorrido sobre esta patología:

DEFINICIÓN

El latigazo cervical se define como una transferencia de energía al cuello resultado de una aceleración-desaceleración, que puede provenir de un impacto desde atrás o desde un lado, predominantemente por accidentes de vehículos a motor, pero puede producirse también en accidentes de inmersión en el agua o en otros tipos de accidentes. La energía transferida puede causar lesiones óseas o de los tejidos blandos, las cuales a su vez pueden llevar a una amplia variedad de manifestaciones clínicas.

Según estimaciones, en España se calcula que en el 15% de los accidentes se desarrolla un síndrome del latigazo cervical, suponiendo una incidencia de 60 casos/100000 habitantes, lo que le lleva a ser un motivo de consulta muy demandado tanto en Urgencias, como en Atención Primaria como en tribunales médicos de discapacidad.

Según la gravedad se llegan a distinguir cinco grados que van desde el 0 (sin síntomas de dolor cervical) al 4 (síntomas en cuello y fractura/luxación cervical)

CAUSAS

El principal causante de esta patología suele ser una hiperextensión aguda de la columna cervical por una aceleración brusca que
suele deberse a un choque posterior o lateral, seguido de una hiperflexión.

También puede originar este síndrome aunque en menor proporción un mecanismo flexor, consecuencia de la menor fuerza y mayor resistencia de las estructuras, ya que la cabeza posee un tope en la barbilla.

En función del mecanismo lesional, hay unos riesgos asociados.

·       Extensión (suele ser peor si en el momento del impacto la cabeza está rotada, ya que anatómicamente es más susceptible de lesión

o   Lesiones de partes blandas (lo más frecuente): edema muscular o hemorragia intramuscular

o   Lesiones primarias de columna cervical: como aplastamientos discales, subluxaciones, compresión de raíces nerviosas y arterias vertebrales…

o   Lesiones secundarias: degeneraciones de los discos y articulaciones intervertebrales, formación de osteofitos que predisponen a la artrosis…

·       Flexión: aún siendo un mecanismo lesional menos frecuente, también tiene sus riesgos asociados como sería la rotura del ligamento interespinoso y/o de las apófisis articulares, rotura de las apófisis espinosas, rotura de la parte posterior del anillo fibroso o luxaciones y fracturas de la columna cervical baja (C5-C7).

CLÍNICA

El latigazo cervical puede asociarse con una florida sintomatología entre la que se pueden dar alguno de los siguientes síntomas:

Dolor cervical: es el más frecuente. Se caracteriza por dolor sordo asociado a contractura y limitación de la movilidad y que se incrementa con los movimientos, e irradia a región occipital, parte superior de los hombros, extremidades superiores y zona interescapular. Lo habitual es que se desencadene entre las 6-72 horas después del accidente.

Contractura muscular: muy frecuente durante la fase aguda. Produce espasmo muscular y limitación de la movilidad de cuello
Parestesias: conocidas como hormigueo y/o entumecimiento en las manos, sobre todo en el borde cubital de los dedos. Si además de este síntoma hay debilidad muscular, alteración de los reflejos o anomalías en la sensibilidad, requiere un estudio más detallado por sospecha de compresión nerviosa.

Otros síntomas:hay un cajón de sastre que sedenomina desórdenes asociados al síndrome del latigazo cervical, que se caracterizan por ser el conjunto de signos y síntomas que presenta el paciente tras el accidente y durante el tratamiento de la lesión. Se presentan en el 16 a 44% de los casos y los más frecuentes son cefalea, vértigo, mareo, disfagia, dolor en mandíbula, hombro o dorso

·       Cefaleas:después del dolor cervical, es el síntoma más común. De intensidad variable, se localiza preferentemente en región occipital (nuca), aunque puede irradiarse. Suelen ser diarias, prolongadas, respetando el descanso nocturno y persistir durante meses después del accidente.

·       Debilidad y falta de fuerza:suele referirse como sensación de debilidad, pesadez y/o fatiga en la zona del cuello y en las extremidades superiores.

·       Vértigo:presencia de sensación de desequilibrio o vértigo, a menudo en asociación con otros síntomas auditivos, vestibulares o vasculares.

·       Alteraciones visuales:como diplopía (visión doble) o visión borrosa.

·       Disfunción de la articulación temporo-mandibular:la hiperextensión determina la apertura rápida de la boca que puede causar espasmo muscular, esguince de la articulación o incluso luxación.

·       Disfagia y disfonía:debe sugerir edema o hematoma retrofaríngeo, afectación traqueal o compromiso de nervios por lesión directa o por edema de estructuras colindantes.

·       Dolor lumbar: debido a que la pelvis permanece fija por el cinturón de seguridad mientras el tronco se mueve libremente.

·       Síndrome de estrés postraumático:síndrome de aparición tardía, con vivencias continuadas de la situación traumática con angustia y terror, irritabilidad, dificultad de concentración, insomnio, sensación de tener la cabeza vacía, trastornos en la concentración y la memoria o fobia a la conducción, que puede abocar a cuadros ansiosos y depresivos

·       Síndrome del desfiladero torácico: dolor en hombros, fatigabilidad, parestesia en cuartos y quintos dedos, edemas en miembros o manos, frialdad y palidez acra.

·       Síndrome postcontusión cerebral:cuadro de ansiedad, irritabilidad, falta de concentración, insomnio y depresión. Puede ocurrir por el choque de la cabeza con alguna parte del automóvil o por contusión del cerebro dentro del cráneo.

·       Cuadros de paraplejia o tetraplejia: por lesión medular directa o a consecuencia de lesión de la arteria espinal anterior.

DIAGNÓSTICO

Como dijimos en el encabezado, el diagnóstico suele ser más clínico que de imagen debido a lo inespecífico de este síndrome, por lo que una buena historia clínica y una exploración minuciosa son su base. A continuación explicaremos la actitud más coherente a la hora de abordar esta patología
Anamnesis: hay que hacer un abordaje integral del paciente con datos incluso de la ocupación, patología previa de la columna cervical, incluidos otros accidentes similares, historia previa de alteraciones psicológicas, síntomas actuales, tiempo de presentación de los síntomas, circunstancias del accidente, posición de la persona en el momento del impacto y uso de dispositivos de seguridad. Es importante saber si el paciente era conductor o pasajero, ya que el conductor puede percatarse del impacto y agarrarse al volante minimizando el daño.

Exploración física: debe realizarse con cuidado para evitar el agravamiento de las lesiones. La exploración debe incluir un examen general, y específicamente la palpación de puntos dolorosos, exploración de la movilidad de la columna cervical y un examen neurológico completo.

Exploraciones complementarias:las pruebas complementarias son normales en la mayor parte de los pacientes atendidos por un esguince cervical no complicado. Sin embargo, la tendencia a la cronicidad de algunos pacientes hace que se multiplique la realización de estudios complementarios que suelen ser innecesarios en muchos de los casos:

RX columna cervical: la exploración básica incluirá la proyección anteroposterior, lateral en flexión y extensión, y adicionalmente podrán solicitarse la proyección transoral (boca abierta), si se sospecha fractura o luxación de la articulación atloaxioidea, y las proyecciones oblicuas en caso de cervicobraquialgia. En la gran mayoría de los pacientes las radiografías se interpretan como normales, resultando no solo difícil el diagnóstico de las lesiones de partes blandas, sino también el de determinadas fracturas óseas, pasando desapercibidas la mayoría de las fracturas de los macizos articulares o de las articulaciones interapofisarias. Entre las alteraciones, la más común son los cambios degenerativos artrosicos preexistentes, y ocasionalmente se puede observar la pérdida de la lordosis cervical fisiológica, indicador de la contractura muscular causada por el dolor. Se ha descartado la relación entre la rectificación de la columna cervical y el diagnóstico o severidad del latigazo cervical pero se calcula que casi el 40% de las personas sin traumatismo cervical previo presentan esta alteración radiográfica.

Otras pruebas de imagen: como la Resonancia magnética (RM) y Tomografía axial computarizada (TAC) de columna cervical. La RM y la TAC resultan innecesarias en los pacientes con radiografías normales y sin manifestaciones de déficit neurológico. La RM en la fase aguda del latigazo cervical tiene una baja sensibilidad. En todo caso podría estar indicada más adelante, en los pacientes con manifestaciones persistentes (dolor en la extremidad superior, déficit neurológico o signos de compresión de la raíz nerviosa), con el fin de diagnosticar una hernia discal que debiera ser intervenida quirúrgicamente.

PRONÓSTICO

En la mayoría de los pacientes (esguince o desgarro muscular) la clínica mejorará y desaparecerá en unas semanas. Sin embargo entre un 10% y un 50% de los pacientes evolucionan a la cronicidad por presentar lesiones en los discos, las articulaciones interapofisarias, ligamentos o combinaciones de estas lesiones. En estos pacientes que se cronifican, se ha descrito una mayor tasa de casos de depresión, miedo, irritabilidad y/o dificultad para concentrarse.

Según diversos estudios, hay unos condicionantes que pudieran predisponer a esta cronicidad como serían: una historia previa de cefaleas pretraumáticas y dolores cervicales previos al accidente, el sexo femenino, la edad avanzada, reclamaciones legales en curso, la existencia de indemnizaciones pendientes, el estar dado de baja laboral, los antecedentes de patología psiquiátrica, bajo nivel de educación, antecedentes de mayores niveles de somatización, trastornos del sueño, la intensidad del dolor, cervicoartrosis previa y que el accidente haya ocurrido en una autopista

TRATAMIENTO

Existen escasas evidencias sobre la eficacia y efectividad de los distintos tratamientos empleados así que aunque se comentarán, hay que tener muy en cuenta esto

Educación/Información: informar al paciente sobre su patología y la más que probable evolución de sus síntomas ayuda a una mejor recuperación.

Reposo y collarín blando: su uso resulta controvertido. Aunque se ha venido prescribiendo el uso de collarín por un tiempo medio de una semana, en los últimos años algunos estudios cuestionan su utilidad, llegando a la conclusión de que la movilización precoz era mucho más eficaz. Parece demostrado que un reposo prolongado puede llevar a situaciones de atrofia por desuso, contracturas y a aumentar la sensación de discapacidad.

Programas de ejercicio y movilidad: su objetivo será disminuir el dolor y la contractura muscular, recuperar la amplitud de la movilidad del cuello y evitar o eliminar la atrofia muscular. Los programas de ejercicio tienen objetivos específicos de ganancia de fuerza y resistencia, mientras que los programas de movilidad tienen como objetivo simplemente aumentar o mantener la movilidad. En una revisión sistemática de 26 ensayos clínicos se concluye que actividad física en el latigazo cervical agudo debe recomendarse lo más precozmente posible.

Enfoque biopsicosocial: el objetivo del tratamiento no debiera ser tan solo la atención del dolor, sino también la de las discapacidades en las actividades cotidianas y a la forma de enfrentar el dolor.

Tratamiento farmacológico: se debe pautar tratamiento farmacológico en pacientes con esguince cervical grado I o II. En esguinces grado III o ante otra patología cervical con braquialgia, cuadro clínico de compresión radicular que involucra el miotoma, dermatoma y reflejo osteoarticular o una complicación se debería remitir a Traumatología

El tratamiento farmacológico de primera elección parece sentarse en medidas tradicionales como AINES (tipo Ibuprofeno), analgésicos (como paracetamol) y relajantes musculares (como el diazepam).

Tratamientos alternativos: en las fases agudas y subagudas se pueden utilizar multitud de técnicas. En las primeras 48 horas es común la aplicación de crioterapia (hielo) con el fin de disminuir la inflamación; puede mantenerse durante el resto del tratamiento, combinarlo con la aplicación de calor o sustituirlo por este en los siguientes días. Más adelante, es común el uso de corrientes analgésicas tipo TENS (estimulación transcutánea) o interferenciales, la utilización de microondas y onda corta y ultrasonidos. Aunque hay alguna evidencia de que estos tratamientos disminuye la intensidad del dolor y aumenta la movilidad cervical a corto plazo, no se dispone de suficientes evidencias para apoyar el uso de estos tratamientos de forma generalizada.

BIBLIOGRAFÍA

–                                          Ortega Perez A. Revisión crítica sobre el síndrome del latigazo cervical (I): ¿de veras existe una lesión anatómica? Cuadernos de Medicina Forense Nº 34 – Octubre 2003

–                                          Guía Clínica Fisterra

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