Minusvalía y Seguros Médicos

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Escrito el día 02-mayo-2022 por Juan Toral

Dice Jim Abbott que “la discapacidad no te define; te define cómo haces frente a los desafíos que la discapacidad te presenta”. Por desgracia, en ocasiones hacemos cierto el refrán de que no valoramos lo que tenemos hasta que lo perdemos y no hay bien más valioso que el de gozar de buena salud. En otros países, la aparición de una enfermedad o la presencia de una minusvalía, supone además de los problemas sanitarios, una catarsis en la economía familiar debido a los altos costes médicos que precisan estas personas. En España, disponemos de una red de salud pública que por desgracia lleva lustros debilitándose, lo que está dejando en los extremos a las personas más vulnerables, que precisamente son las más necesitadas de una atención personalizada, de calidad y acorde en tiempos a sus necesidades.

De aquí radica el planteamiento de reforzar las garantías en la asistencia, tratamientos y diagnósticos, en forma de la búsqueda de seguros de vida para personas con minusvalías. Y es que el nacer o adquirir una minusvalía a lo largo de la vida, hace que las necesidades sean diferentes a las de otras personas sanas o con alguna enfermedad orgánica, puntual o crónica, pero que no condiciones una discapacidad o minusvalía. Por eso es importante tener cubiertas las garantías en torno a sus necesidades físicas-motrices-mentales. Paradójicamente, en ocasiones, las compañías de seguro o no dan la cadencia o cobertura total a una persona con un diagnóstico complejo como puede ser una minusvalía o discapacidad, o le marcan unas tarifas elevadas debido al coste que se presupone el seguimiento de estos casos. Por eso, para evitar decepciones y frustraciones, puede resultar oportuno decantarse por aquellos seguros que dispongan de pólizas o personal experto en el abordaje de este tipo de patologías, conocer los trámites, los papeleos, las demandas más frecuentes, las necesidades que suelen tener estas personas, para, en definitiva, simplificar lo máximo posible tanto el proceso de contratación como el uso que se haga de los recursos sanitarios. 

Y es que, a la hora de contratar un seguro, el proceso puede ser muy tedioso y desesperante a la hora burocrática en torno a la presentación de documentación, informes y pruebas complementarias. Es importante un servicio que simplifique todo el tema de contratación, para que el paciente no sienta esto como una carga moral, añadida a su patología de base. 

También es importante intentar descentralizar todo lo posible lo relacionado con estos seguros, evitando traslados innecesarios, algo que este tipo de personas (con discapacidad o minusvalía) agradecen debido a su vulnerabilidad motora. La pandemia de la COVID19 ha servido para poner en valor lo remoto, pero es importante perfeccionar y mejorar el servicio que se pueda dar mediante recursos online. Y es que no podemos darle de espalda a las nuevas tecnologías, que tienen su valor e importancia, como por ejemplo, acercar a las personas con minusvalía o discapacidad a derechos que antes no tenían o les eran negados.

Dijo Scott Hamilton que la única discapacidad en la vida es una mala actitud. Así que es labor de todos (gobiernos, sanitarios, aseguradoras y pacientes) intentar cambiar las malas actitudes por buenas.

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