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Escrito el día 18-diciembre-2020 por Juan Toral
El paso de los años no solo nos otorga vivencias, experiencia y sabiduría sino que también se acompaña de achaques de salud que demuestran que nuestros años de juventud quedaron atrás. A nivel de nuestros ojos, el ir avanzando por las décadas, se acompaña de un desgaste progresivo que en algunas personas termina formando una patología conocida como cataratas, que una vez que se forman, tienen poco margen de mejora en cuento a tratamientos y la solución finalmente termina pasando por la operación de cataratas.
Pero antes de explicar en qué consiste exactamente la operación, quiero explicar qué son las cataratas.
La catarata es la pérdida de transparencia del cristalino, una estructura que está en nuestro ojo y que es la lente que tenemos, detrás de la pupila, y que es la encargada de realizar el enfoque, ya que a través del cristalino pasan los rayos de luz hasta la retina, donde se forma la imagen y envía la señal a nuestro cerebro para que se interprete.
Si el cristalino pierde la transparencia, se va volviendo opaco y por lo tanto la capacidad de la lente para acomodarse se pierde, perdiéndose nitidez a la hora de enfocar las cosas, lo que se traduce en una pérdida progresiva de la visión.
Hay que tener en cuenta que las cataratas con la primera causa de discapacidad visual en el mundo y se calcula que 17 millones de personas sufren ceguera evitable por catarata.
Cuando la catarata se va formando, la persona nota como va perdiendo nitidez a la hora de ver, siente fotofobia (molestias cuando te da la luz en los ojos) que va degenerando en una pérdida de la agudeza visual con cambios en la graduación.
Pues el motivo principal es la edad y es que a partir de los 45 años se va produciendo la pérdida de capacidad para enfocar del cristalino (presbicia) y de manera progresiva se produce también una pérdida de transparencia. Con el envejecimiento, los procesos oxidativos terminan afectando a nuestro organismo y a nivel del cristalino, se pierde elasticidad y transparencia. Lo normal es que una catarata aparezca a partir de los 65 años.
Ahora bien, parece demostrarse también la vinculación de ciertos factores que pueden acelerar su formación. Entre ellos hay que citar la exposición repetida a los rayos ultravioleta del sol, fumar, traumatismos en los ojos, el consumo crónico de corticoides, la obesidad o diabetes mal controlada.
Debido al aumento de la esperanza de vida y al envejecimiento de la población, los casos de cataratas van en aumento.
Pues el único tratamiento útil para eliminar las cataratas es la cirugía, por lo que si los síntomas son importantes, tocará pasar por quirófano. Todas las intervenciones quirúrgicas tienen sus riesgos, pero es cierto que la de cataratas, al ser una técnica en la que existe mucha experiencia, suele dar grandes resultados y un bajo número de complicaciones. En la operación (conocida como facoemulsificación) lo que se hace es deshacer la catarata y retirar el cristalino que está envejecido y opaco (ha perdido su transparencia) aspirándolo o a través de láser o ultrasonidos y se recambia por una lente artificial dentro del ojo.
Para la operación, basta con anestesia local, aplicando gotas y no suele durar más de 15-30 minutos. Es una intervención que no causa dolor y la recuperación suele ser bastante rápida, aunque dependerá también del estado previo del ojo ya que no es lo mismo tener solamente cataratas que si sobre ese ojo existiese alguna enfermedad ocular previa, que hará que la recuperación y los riesgos se modifiquen.
La catarata no se puede prevenir. Lo que sí podemos hacer es diagnosticarla de forma precoz cuando no es aún incapacitante para la vida de la persona.
Existe la creencia de que hay que esperar a que la catarata se termine de formar para operar, pero en realidad, lo ideal es lo contrario ya que cuando más envejecido y oscuro-denso-opaco esté el cristalino, mayor será la pérdida de calidad de visión de la persona y la intervención quirúrgica puede aumentar el nivel de complejidad. Por lo tanto, lo aconsejable es que se planteé la operación cuando la persona no va bien, la catarata ya esté formada y no haya ninguna patología en el ojo que justifique dicha pérdida de visión.
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