Categoría: Enfermedades
Escrito el día 30-julio-2015 por Juan Toral
En verano no solo la temperatura asciende sino que también el riesgo de las picaduras se incrementa. Mosquitos, medusas, hormigas, abejas, avispas, reptiles y otros animales acuáticos son más activos en estos meses de verano ya que es cuando proliferan.
Las picaduras se definen como la introducción en la piel de un apéndice animal. Suelen ser accidentales y raramente se producen por una verdadera agresión del animal. Cuando sufrimos una picadura se pueden producir síntomas locales y generales.
– Reacciones locales:
o Reacciones locales leves:aparece en el lugar de la picadura en forma de lesión eritematosas que puede producir picor y dolor. Suelen ser leves aunque en ocasiones se extienden y cursan como una celulitis.
o Reacciones locales extensas: mediadas por la inmunología (IgE). Casi siempre son autolimitadas y pocas veces crean problemas serios. Generalmente aumentan de tamaño de 24 a 48 horas, pueden llegar a medir más de 10 cm de diámetro y suelen tardan de 5 a 10 días en resolverse.
– Reacciones generales: pueden ser alérgicas, tóxicas o tardías. De gravedad variable, pueden manifestarse desde erupciones leves, urticaria o en casos extremos anafilaxia, shock e incluso la muerte.
o Reacciones alérgicas sistémicas:son más frecuentes en personas atópicas. Cursan con un cuadro generalizado de urticaria y puede haber síntomas respiratorios como disnea o sibilancias y cardiovasculares (palpitaciones, hipotensión y shock), lo que agravaría el pronóstico.
o Reacciones tóxicas:son consecuencia de múltiples picaduras y desencadenan un cuadro de náuseas, vómitos, diarrea, cefalea, fiebre, vértigo, hipotensión, desvanecimiento y/o convulsiones. Son más graves en niños.
o Reacciones tardías: aparecen días o semanas después de la picadura. Afortunadamente son poco frecuentes.
En esto de las picaduras, es clave identificar el animal responsable ya que orienta el diagnóstico y el tratamiento.
A continuación haremos una descripción de las picaduras más frecuentes
Mosquitos:
Insectos dípteros de la familia de los culícidos.
Para conseguir la extracción de la sangre de sus víctimas con mayor facilidad, los mosquitos tienen una proteína anticoagulante muy potente en su saliva que introducen en nuestra sangre al picarnos. Gracias a este mecanismo impiden que nuestras plaquetas cumplan su objetivo de formar un coágulo, logrando que la sangre fluya sin cesar mientras ellos la ingieren. Dado que nuestro sistema inmune reconoce las proteínas de la saliva del mosquito como extrañas, libera histamina, y la zona que rodea la picadura se inflama, se enrojece y se genera calor y picazón. Hay que destacar que son los mosquitos de género femenino las que pican ya que son ellas las que necesitan las proteínas para poder completar la maduración de sus huevos.
Los mosquitos pueden picar a muchas especies, pero tienen predisposición por los mamíferos, y dentro de estos, por nosotros, debido a que nuestra piel más fina que la de cualquier otro animal siendo nuestras venas mucho más asequibles.
Varios son los condicionantes para ser más atractivos para los mosquitos. Éstos eligen a sus “comensales” en función de la cantidad de dióxido de carbono que emitimos al respirar. Los mosquitos detectan una corriente con pulsaciones de CO2, de la que deducen que detrás hay «sangre fresca» para chupar.
El ácido láctico que emitimos al respirar o a través del sudor también atrae a los mosquitos. Las personas más altas y las mujeres embarazadas emiten más ácido láctico y CO2, por lo que suelen ser víctimas propicias para la picadura. Las personas que acaban de hacer ejercicio físico intenso también resultan muy atractivas para estos insectos.
Otra conclusión respecto a las preferencias de los mosquitos es el grupo sanguíneo. Se ha demostrado que el Rh tipo A resulta más atractivo para estos insectos.
Respecto a factores predisponentes para las picaduras, también hay estudios curiosos que han demostrado:
– El riesgo de picadura aumenta tras la ingesta de cerveza
– Las mujeres embarazadas sufren el doble de picaduras que las que no lo están. La hipótesis de los investigadores están en que, dado que las mujeres en la última etapa del embarazo exhalan un 21% más de volumen, los mosquitos son más atraídos por la humedad y el dióxido de carbono en la respiración.
– Aumentan en personas que realizan ejercicio físico, ya que las respiración es mayor y se suda más, aumentando el riesgo de sufrir picaduras hasta en un 50%
– La vestimenta también influye. El negro resulta el color más atractivo para los mosquitos, seguido del rojo. El gris y el azul se consideran colores neutro para estos insectos, mientras que los menos agradables para ellos son el verde y el amarillo.
El hielo es el mejor remedio para este tipo de picaduras. Se recomienda limpiar la zona y aplicar frío local para reducir de esta manera la inflamación a través de la vasoconstricción. También pueden resultar útiles antihistamínicos, corticoides tópicos y analgésicos.
La mejor manera de no sufrir las picaduras de los mosquitos es intentar prevenirlas. Para ello, nos será útil el siguiente decálogo de consejos:
1. Evitar áreas donde los insectos tengan sus nidos o donde más asiduamente acuden, que son las zonas estancadas donde suele haber agua: cubos de basura, balsas con agua, comidas y dulces sin tapar, jardines…
2. No salir, en la medida de lo posible, entre el anochecer y el amanecer, ya que es el momento en el que los mosquitos pican habitualmente.
3. No utilizar colonias que desprendan olores dulces ni jabones con perfumes o aerosoles para el pelo.
4. Mantener una correcta higiene corporal, porque la sudoración y los olores fuertes incitan a los mosquitos.
5. Usar ropa que cubra la piel: manga larga, pantalones largos y calcetines, así como evitar los colores oscuros y brillantes, que atraen a los mosquitos. Usa ropa de color claro, ya que los mosquitos se sienten atraídos por el calor que absorbe la ropa más oscura. También puede ser recomendable el uso de sombreros.
6. Sacudir la ropa antes de usarla si la hemos tendido en el exterior.
7. Dejar la luz apagada si tenemos la ventana abierta, ya que los mosquitos acuden a la luz.
8. Emplear mosquiteras para la cama o cuna fijándolas bajo el colchón y asegurándonos de que no estén rotas, porque constituyen una barrera física de alta eficacia contra los insectos que atacan por la noche. También pueden colocarse en ventanas y puertas, y, para mejorar la protección, pueden impregnarse con permetrina o deltametrina. El aire acondicionado también impide su aparición.
9. Al usar los repelentes de mosquitos hay que seguir estrictamente las recomendaciones sobre el modo de aplicación y la frecuencia de empleo. Debe elegirse un producto que cuente entre sus principios activos con la dietiltoluamida (DEET), considerada el repelente más eficaz por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Respecto a este repelente hay que ser cuidadosos en su uso ya que puede ser dañino en grandes cantidades, especialmente si se inhala. No ingerir, y manténgalo alejado de los ojos y las heridas abiertas o áreas irritadas en la piel. Mujeres embarazadas o lactantes deben consultar con su médico antes de usar productos que contienen DEET.
10. Consulta con un sanitario para asesorarte acerca del tratamiento más adecuado para cada persona. Además, si vas a visitar un país en desarrollo, es recomendable acudir a un centro especializado en medicina del viajero o consultar con un médico antes de partir.
Abejas y avispas:
De la familia de los himenópteros. Suelen acercarse a comidas dulces y lugares con agua. Hay personas en las que se suele desencadenar una reacción alérgica.
Si nos pica una abeja, debemos quitar el aguijón para evitar que su veneno se extienda, al mismo tiempo que aplicamos frío local. De nuevo analgésicos y antihistamínicos podrían ser una opción.
Arañas:
Dependiendo del tipo de arácnido que nos ataque, la picadura puede adquirir distintas dimensiones o incluso colores llamativos. Lo más importante es desinfectar la herida antes de aplicar la correspondiente pomada.
Medusas:
Es uno de las picaduras estrellas del verano. Son animales invertebrados gelatinosos, que pertenecen al orden de los celentéreos. Las medusas (también llamadas aguamalas, malaguas, aguavivas, aguacuajada o lágrimas de mar) son criaturas marinas que tienen un cuerpo casi transparente con estructuras parecidas a dedos llamadas tentáculos. Las células urticantes que se encuentran dentro de los tentáculos pueden causar daño en caso de entrar en contacto con ellas. Para desplazarse por el agua se impulsa por contracciones rítmicas de todo su cuerpo; toma agua, que se introduce en su cavidad gastrovascular y la expulsa, usándola como propulsor.
Las más frecuentemente implicadas en las costas españolas pertenecen al género Physalia. Contiene en su ectodermo (capa más externa) un conjunto de células que utilizan para captar alimento, que producen picazón, las cuales poseen un conjunto de pequeñas cápsulas denominadas nemotoristos, en cuyo interior poseen un líquido tóxico.
La presencia de medusas en nuestras costas se convierte en un hecho frecuente, sobre todo en verano. Los temporales de levante las acercan hasta la orilla. Este fenómeno natural no puede ser detenido, ya que no depende de la voluntad del hombre. Las medusas no atacan por placer. Presentan unas células urticantes, conteniendo en su interior un veneno. Cuando una medusa suelta su veneno, es para cazar o para defenderse de algún peligro. Por norma general, las picaduras de medusas no suelen ser graves, aunque siempre hay excepciones. Si hay algo que caracteriza a estas picaduras es la molestia y el ardor que presentan.
Los síntomas más comunes a las picaduras de medusas sin contar con que el paciente sea alérgico o tenga algún tipo de enfermedad que haga variar estos, son: dolor, ardor, inflamación, enrojecimiento o sangrado. Posteriormente pueden aparecer síntomas similares a los producidos por una quemadura. La distribución del veneno por todo el organismo puede conducir a una sensación de opresión torácica, calambres musculares e incluso dificultad respiratoria.
Aparece con cierta frecuencia un cuadro con angustia, agitación, pérdida de apetito, conjuntivitis y en ocasiones dolor de cabeza. Pero, en general, la clínica post-picadura suele ceder en pocas horas.
De manera más rara y en personas especialmente sensibles a estas picaduras, como lactantes, ancianos o personas con graves enfermedades generales, la sintomatología puede ser de mayor gravedad, y cursar con una depresión importante del sistema nerviso central (SNC), convulsiones y algún otro síntoma de importancia, si esto ocurriera se debe trasladar al afectado al hospital o centro de salud más cercano.
Por eso es clave prevenir este tipo de picaduras. Nunca debemos tocar ni coger con las manos uno de estos animales si no llevamos guantes protectores adecuados, por lo que tendríamos que limitarnos a observarlas desde lejos.
Primeros Auxilios ante una picadura de medusa
Cuando una medusa nos ha picado, el dolor y picor es inmediato.
-> Lo primero que hay que hacer es limpiar la zona afectada por la picadura.
-> Nunca deberemos usar agua dulce, ya que podrá romper las células urticantes, sufriendo otra picadura.
-> Para limpiar la zona, el suero fisiológico es perfecto.
-> En caso de no haber, el agua salada también podrá ser una solución.
-> Durante 15 minutos aproximadamente deberemos aplicar frío a la zona afectada, no aplicar el hielo directamente sobre la picadura, sino cubierto con algún paño o toalla. Si hay algún resto de tentáculo adherido a nuestra piel, debemos quitarlo, pero nunca con las manos. Utilizaremos unas pinzas.
-> También se administrará un antihistamínico, para la reacción y un analgésico para el dolor.
-> En mujeres embarazadas, se deberá prestar especial atención a la hora de administrar el antihistamínico.
->Si el dolor es muy intenso o el estado de la víctima empeora, deberá acudir a un centro médico de inmediato.
->No hay que frotarse ni con toallas, ni con arena, ni con nada que pueda lastimarnos más.
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