Categoría: Curiosidades
Escrito el día 06-agosto-2020 por Juan Toral
La varicela, esa característica enfermedad que suele “decorar” nuestro cuerpo con esas pequeñas lesiones en forma de costra que pican mucho. La varicela es una patología bastante contagiosa, provocada por el virus Varicela Zoster. La infección puede transmitirse por el aire (por ejemplo, cuando se estornuda) y por el contacto directo con alguien que tenga ya las típicas lesiones de varicela, e incluso en gente que está incubando la infección (se puede estar contagiado y no dar la cara hasta una semana después).
Normalmente, y sobre todo en niños, la varicela es una enfermedad más molesta que grave; dicho de otra manera, es una enfermedad LEVE. Aunque por desgracia, en ocasiones puede complicarse y evolucionar en forma de infecciones más graves como una neumonía o una encefalitis al pasar el virus al sistema nervioso. Entre las personas que tienen más papeletas para que la varicela pueda complicarse estarían los bebés de menos de un año, las embarazadas, las personas que tengan su sistema inmunitario bajo y en adultos, donde el virus suele atizar con más fuerza.
Aparece una erupción en la piel con pequeñas lesiones o ampollitas que pican mucho. Si nos rascamos mucho, se pueden sobreinfectar y dar una costra recubierta “como en miel”. Además, una persona con varicela puede tener dolor de cabeza, cansancio, pérdida de apetito y algo de fiebre.
Gracias a la vacunación, los casos de varicela (y sus complicaciones) disminuyeron de manera espectacular y es que conviene recordar que cuando no había vacuna, más del 90% de las/os niñas/os padecían varicela en los primeros años de vida.
La respuesta es que sí, y es muy importante recordar la forma: ¡VACUNÁNDONOS! Ahora que el ruido de los antivacunas es grande, conviene recordar la importancia de hacerlo.
La vacuna de la varicela consiste en la inoculación de virus atenuados. Esta mínima dosis es incapaz de producir la enfermedad, pero hace que nuestro sistema inmunitario estimule las defensas y se creen los anticuerpos para protegernos contra una infección por el virus de la varicela zóster.
La vacuna de la varicela es muy efectiva ya que, gracias a ella, se evitan el 95-100% de las varicelas graves y en torno al 80-85% de las leves. Y también es muy segura: pueden aparecer molestias locales como dolor y enrojecimiento en la zona del pinchado y en ocasiones (en torno a 1 de cada 10 personas), algo de fiebre, pero nada que no termine desapareciendo en unos días.
Ahora bien…vamos a responder a la pregunta del millón
Como has leído más arriba, puede ocurrir, aunque no es lo habitual. La vacuna evita en torno al 85% de las varicelas leves, pero por lo tanto, en torno al 15% de los/as niños/as vacunados pueden desarrollar síntomas de varicela, pero con mucha más levedad: con pocas lesiones, a veces sin fiebre, sin decaimiento ni malestar y durante menos días, por lo que hasta se puede tener un brote de varicela sin darnos cuenta del todo.
Conviene hacer hincapié en que una de las razones para vacunarnos, más que para evitar desarrollar la enfermedad, es prevenir sus posibles complicaciones y frente a los casos graves, sí tiene una eficacia del 100%. Por lo que al vacunar a nuestros hijos nos estamos asegurando que no va a ocurrir nada grave en el futuro.
Vivimos en un país desarrollado donde, aunque pasamos ciertas penurias (la crisis económica por desgracia nos afecta a todos), no pasamos penurias. Tenemos un Sistema de Salud Público y un calendario vacunacional que ha sido un éxito de cara a prevenir enfermedades infecciosas. En ocasiones menospreciamos los avances conseguidos por la Ciencia y confabulamos teorías de la conspiración…Pero miren más allá de nuestras fronteras: vayan a África, al tercer mundo, donde los niños mueren por enfermedades evitables que aquí son mera anécdota. No seamos incautos, no pongamos en riesgo la salud de nuestros hijos ni la de los hijos de las personas que nos rodean. Vacuna a las personas que más quieres.
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