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Escrito el día 05-julio-2018 por Juan Toral
La adolescencia es un campo de minas que todas las personas tenemos que recorren en nuestro transitar por la vida. Son años donde las hormonas se descontrolan y con ellas se asocian estados anímicos oscilantes que varían como una montaña rusa. Son años donde las amistades son fundamentales y donde los padres deben supervisar desde cierta distancia el paso de sus niñas y niños que ya juegan a ser hombres y mujeres. Es una época de cambios corporales, de inseguridades y de buscar referentes externos para intentar ganar un estatus que a esas edades puede buscarse cueste lo que cueste.
Pero este juego de querer imitar y parecerse a tu ídolo de turno puede resultar peligroso ya que en ocasiones, las personas idolatradas no son las que llevan un estilo de vida muy saludable. En el mundo del estrellato suele haber un lado oscuro que crea adicción por ciertas sustancias que toman y además suelen ser personas muy delgadas que cuidan hasta en ocasiones lo enfermizo su físico ya que parece vinculada la idea de que para tener una persona de éxito en la vida hay que estar delgada.
Así que la adolescencia puede resultar un caldo de cultivo donde un problema sale a flote y puede convertirse en algo realmente serio. Y es que aunque esta patología puede ocurrir en cualquier momento de la vida, lo cierto es que la adolescencia es la época donde los trastornos alimentarios se dan con mayor frecuencia, debido en parte a la baja autoestima que se suele tener a estas edades, donde la personalidad aún está forjándose ¿Pero de que hablamos los sanitarios exactamente cuando nos referimos a un trastorno alimentario? ¿Es simplemente no comer los días previos a querer lucir un vestido o es un problema que va más allá?
¿QUÉ SON LOS TRASTORNOS ALIMENTARIOS EN LA ADOLESCENCIA?
Los trastornos alimentarios son un conjunto de síntomas y signos que giran en torno a un foco desmedido de cuidado en torno a los alimentos y el peso corporal, que condiciona un cambio a la hora de relacionarse con los demás y su manera de comer. Es una afección grave que repercute negativamente en la salud, las emociones y el desarrollo personal.
Hay que desterrar la idea de que es un trastorno exclusivo de niñas-mujeres ya que cada vez se dan más casos en hombres.
Supone un riesgo real para la salud de la persona que lo sufre que incluso puede poner en peligro su salud.
La adolescencia es una etapa de cambios y no es descabellado que durante esa época, el/la joven cambie su alimentación (por ejemplo se haga vegetariano). Ocasionalmente pueden saltarse una comida y esto sin ser patológico es una señal de aviso. Tenemos que estar atentos y observar con detenimiento el comportamiento y los patrones de alimentación de nuestros hijos. Aunque no siempre es fácil detectar esto, ya que en su obsesión por el peso y la figura, las personas con este tipo de trastorno suelen desarrollar comportamientos para intentar ocultar lo que están haciendo para así poder prolongarlo en el tiempo.
¿QUÉ SINTOMAS DEBEN HACER EMPEZAR A PREOCUPARNOS?
Existen una serie de señales de alerta que debemos de vigilar. Entre ellas hay que destacar:
– Poner excusas para no comer. O tendencia a comer a escondidas
– Excesiva preocupación por una alimentación saludable
– Quejas continuas de estar obeso y haber estudiado planes para bajar de peso
– Mirarse más de la cuenta al espejo y centrarse en los defectos a modo de supuestos excesos
– Tomar suplementos dietéticos o medicamentos como los diuréticos o los laxantes
– Hacer más ejercicio de lo normal
– Cambios en el carácter. Tendencia a la depresión, enojo o cambios de humor con sentimientos de culpa en torno a la comida.
¿SE PUEDEN PREVENIR?
Desgraciadamente la respuesta no puede ser un SÍ taxativo ya que pese a hacer las cosas bien siempre existe el riesgo. Pero lo cierto es que podemos hacer una serie de cosas que contribuirán a intentar frenar la aparición o el asentamiento del problema.
Lo primero será predicar con el ejemplo. A estar edades son esponjas y absorben todo lo que ven. No podemos decir una cosa pero nosotros hacer otra. Tenemos que cuidar una alimentación sana sin hacer excesos. En la familia hay que potenciar un estilo de vida saludable que nos haga sentir y estar sanos más allá de medir la felicidad en kilogramos.
Pero además de nuestro ejemplo también tendremos que trabajar con nuestros hijos:
– Analiza mensajes de películas o noticias de televisión al respecto
– Motiva a tu hija/o a que adquieran hábitos alimentarios saludables. Se aconseja fomentar el hábito de comer en familia.
– Desdramatiza el peso y promueve una imagen corporal saludable que es realmente lo que importa.
– Ayuda a que mejora la autoestima del/la adolescente: escucha cuando te hable, respeta sus logros, apóyalo en sus objetivos
– Habla sobre los efectos para la salud de las falsas dietas milagro
¿CUÁLES SON LOS TRASTORNOS ALIMENTARIOS MÁS FRECUENTES?
Serían tres. La anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno alimentario compulsivo.
Para ampliar más al respecto del trastorno alimentario en adolescentes te aconsejo consultar con tu médico o acudir a charlas informativas al respecto donde es importante un equipo multidisciplinar ya que no es una cosa de un único especialista: la familia y el paciente deben estar asesorados por psiquiatras, nutricionistas y psicólogos.
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