Categoría: Curiosidades
Escrito el día 08-mayo-2017 por Juan Toral
La gente le tiene mucha fe a los antibióticos. Su irrupción tras el descubrimiento de Alexander Fleming en 1928 ha servido como uno de los mayores avances de la historia de la medicina ya que consiguieron hacer frente a procesos infecciosos que hasta principios del siglo XX ponían en riesgo la vida de las personas. Pero en torno a los antibióticos hay también una aureola de mitos y creencias que hay que aclarar. Una de ellas es que ante cualquier caso de fiebre hay que tomar antibiótico, cosa que es falsa ya que no tienen acción frente a los virus y un mal uso puede hacer que nuestro organismo desarrolle resistencias. Otro mito existente es que si se toma alcohol mientras se está en tratamiento con antibiótico estos dejen de actuar.
Seguro que lo habrás escuchado en más de una ocasión: si estás tomando antibióticos no puedes beber alcohol. Esta frase, casi tan escuchada como la del Paracetamol y mucho agua está asentada en la sabiduría popular. ¿Pero es esto cierto? ¿Qué pasa cuando mezclamos antibióticos y alcohol?
Pues no, el alcohol no desactiva a los antibióticos. Aunque puede ser algo imprudente, en principio y generalmente no es peligroso aunque ahora explicaré algo al respecto ya que el alcohol hace que el hígado trabaje a más revoluciones por lo que al beber, los niveles de antibióticos en sangre pueden disminuir al igual que su eficacia para actuar contra la infección existente.
El mito de los peligros del alcohol y los antibióticos fue un bulo creado en la Segunda Guerra Mundial donde hubo un repunte de las enfermedades de transmisión sexual. Como se creía que al beber las personas se desinhibían y el riesgo de tener relaciones sexuales aumentaba se lanzó el mensaje de evitar tomar alcohol con antibióticos, para intentar frenar en parte la avalancha de las enfermedades venéreas.
Pero como has leído un poco más arriba, es cierto que no es aconsejable beber alcohol cuando se toma antibióticos ya que tanto el alcohol como los antibióticos se procesan en el hígado y si se toman conjuntos ambos “compiten” al mismo tiempo por lo que el antibiótico se procesará más lentamente: no es que deje de actuar pero sí lo hace de manera más lenta por lo que en ciertas situaciones, ante infecciones serias es muy aconsejable no beber para que el antibiótico actúe en su máxima expresión.
Sin entrar en muchos detalles para no marearte, son varias las familias de antibióticos que existen. Cada una tiene su vía de absorción, metabolización y eliminación por lo que no siempre se dará la misma relación entre alcohol y antibióticos. Y es que por ejemplo, en los antibióticos del grupo de los betalactámicos o el metronidazol puede desencadenar una serie de síntomas conocidos como antabús y en la persona que bebe mientras toma estos tratamientos pueden aparecer enrojecimiento de la cara, ansiedad, nauseas, taquicardias e incluso dificultad respiratoria.
Así que recuerda, lo más importante es no automedicarte, seguir las indicaciones de un profesional sanitario, leer los prospectos de los medicamentos y en caso de duda, preguntarlo.
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