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Escrito el día 24-marzo-2022 por Juan Toral
Vivimos en una sociedad tecnológica donde lo 2.0 ya incluso ha quedado obsoleto. Las modas envejecen tan rápido que lo nuevo deja de ser novedad con una velocidad pasmosa. Las redes sociales se han convertido en una de las principales vías para relacionarnos y comunicarnos, tanto, que incluso, se están descuidando las relaciones personales más allá de una pantalla.
El mundo de la telefonía ha sufrido su particular revolución paradójica y es que hemos pasado de aquellos teléfonos móviles tamaño ladrillo, con tapadera y antena incorporada, a versiones reducidas con terminales diminutos que han vuelto a dar lugar a terminales más grandes, donde la pantalla ha recobrado una importancia capital, y es que contra la lógica ilógica, en la actualidad, los teléfonos sirven para todo, bueno, casi para todo, porque a algunas personas, hablar por el teléfono les parece secundario y en ocasiones, hasta un incordio. Nos comunicamos, nos expresamos, hacemos las gestiones del banco, enviamos dinero, consumimos información…Se nos presupone que en una sociedad donde los nativos digitales son legión, todo el mundo tuviera que estar obligatoriamente actualizado en la digitalización, pero cometemos el pecado de ignorar las demandas de ancianos o de personas con necesidades sensoriales, lo que hace de suma importancia que existan teléfonos móviles para personas mayores o para personas con sordera, o con problemas de visión.
Y es que los Smartphone actuales suelen tener mucha pantalla, una calidad de imagen y sonido altas, pero, sin embargo, una navegación y en la mayoría de los casos, ausencia de teclas que dificulta que una persona entrada en años pueda navegar y operar con facilidad con los nuevos terminales. El paso de los años puede asociarse con un aumento de la incidencia de presbicia, la famosa y conocida como vista cansada, o cataratas, o diabetes avanzada que condiciona retinopatía diabética, o degeneración macular…un sin fin de desequilibrios que condicionan el sentido de la visión, pero no solo esto, sino que problemas demenciales o de Parkinsonismo, puede dificultar la manipulación de los teléfonos que tanto se anuncian y se venden como si de un best seller se tratase.
En pleno 2.022, tener un teléfono móvil es imprescindible. Las cabinas telefónicas son pasado y cada vez se hacen más extraños los teléfonos fijos. Pero hace falta una buena coordinación sensitiva, motora y conocimientos tecnológicos para usar los terminales actuales. A ciertas edades, prima lo esencial, usar el teléfono para hacer llamadas, y para ellos, dos aspectos son claves: la interfaz y su experiencia de uso. Los mejores teléfonos para las personas mayores son aquellos donde se simplifican al máximo las funciones claves que debe desempeñar un teléfono, con iconos claramente identificables y una tipografía de un tamaño fácilmente interpretable incluso para casos en los que la agudeza visual está resentida. La existencia de accesos rápidos, facilita mucho la funcionabilidad.
A la hora de elegir un terminal para ancianos, lo ideal sería decantarse por un teléfono donde los botones, más que memorizar o recordar, se identifiquen con facilidad. A continuación expongo los 3 puntos clave para decantarnos por un modelo u otro:
Aunque cuando pensamos en comprar un teléfono siempre pensamos en lo más moderno o en las marcas con mayor nombre, en la actualidad existe un amplio mercado para adaptarse al target de las personas mayores. Si tú o algún ser querido necesitáis uno de estos teléfonos, te animo a que estudies las opciones que hay y que te decantes por el que mejor se adapte a las necesidades personales.
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