Categoría: Humor
Escrito el día 23-junio-2015 por Juan Toral
Si alguna vez has trabajado en Urgencias o desgraciadamente has pasado más tiempo del deseado en ese servicio al ir como paciente o acompañante, es probable que hayas comprobado el ecosistema propio que rige los biorritmos de un servicio caótico que deja situaciones incómodas pero a la vez desternillantes.
En ocasiones me he llegado a plantear las personalidades tan variopintas que suelen darse cita en un Hospital que mantiene la jerarquía y el volumen de las ciudades. Está la que manda, las que obedecen, las rebeldes, las sumisas, las que cocinan, las que limpian, las trabajadoras, las menos hacendosas para sus actividades, la pilla, la metódica, la de la mente brillante (todas las anteriores están en femenino porque cada vez la presencia XY es más común en los hospitales) y también como pacientes se verán todos los perfiles posibles: los responsables, los temerarios, los hipocondriacos, los duros, los maleducados, los agradecidos, los intoxicados, los castos, los agresivos, los de problemática social que acuden al hospital (o son derivados) en busca de ayuda más caritativa que médica.
Trabajar en un hospital mola (como diría Camilo Sexto), es cool (como dirían los modernos). Es un sitio activo, vivo pese a que la muerte coquetea con todas las personas que en él trabajan, que ven como hay gente que entra pero no sale. La adrenalina suele impregnar el ambiente que las películas y series se encargan de ambientar con frases célebres como “tenemos una parada” que pueden hacer pensar que el personal sanitario esté todo el día corriendo cual runner del siglo XXI que tan de moda está. Y en parte, es verdad: trabajar en un hospital suele gustar, suele dar identidad y orgullo si el trabajo se hace de la manera correcta y se presta ayuda al prójimo.
Pero trabajar en ciertos servicios es duro. Me imagino al personal de laboratorio todo el día mirando a través del microscopio, o al de farmacia ajustando y revisando fármacos y dosis que en ocasiones se miden en microgramos, o al anatomopatólogo o a los forenses con la soledad y nula conversación de su día a día. Y llegamos al punto de las Urgencias, trabajar en ese servicio puede llegar a ser muy gratificante (para mí lo es; actualmente es el medio más digno que pudiera tener para ganarme la vida), pero sobretodo es estresante: quizás sea por la carga de pacientes, por el mal uso que hacen los mismos del servicio, por la falta de personal…Lo cierto es que las condiciones no ayudan: la administración lleva años maltratando a sus empleados con la excusa de la crisis a través de la cual encuentran la coartada perfecta para vaciar las arcas públicas para llenarse los bolsillos propios; los servicios suelen estar abandonados por la desidia del paso de los años con paredes sombrías que piden a gritos una mano de pintura o una remodelación arquitectónica de los mismas que los adapte a los nuevos tiempos y haga que el que trabaja día a día llegue a sentir que está en la república independiente de su casa y no en un lugar inhóspito que encima suele estar en plantas bajas donde la luz natural brilla por su ausencia. Si a todo eso le sumamos la carga laboral, el estrés del personal que tiene que lidiar con los problemas que surgen en el trabajo, con una población cada vez más impaciente y resultadista y con los problemas que uno arrastra de la casa, hace de la Medicina de Urgencias, una medicina de trincheras, de sótano, de salvar la guardia y hasta la próxima.
Pero pese al caldo de cultivo, en más de una ocasión uno llega a pasárselo bien durante la jornada laboral. Cuando médico-paciente conectan el ambiente suele ser distendido y las tensiones quedan aparcadas durante el tiempo que se tarda para realizar la anamnesis y exploración. Sin ir más lejos, yo cada día aprendo desde lecciones de la vida, a expresiones populares, llegando a escuchar palabras que la RAE no recoge en su doctrina como el mítico hueso cuqui, la paletilla o la mítica fatiga que va desde el hambre a un infarto, pasando por todo el prisma cromático del arcoíris de la dialéctica (mareos, nauseas, inestabilidad…).
Pero hay ciertas situaciones que llegan a exasperar al médico que trabaja en Urgencias. Ciertos pacientes, ciertas expresiones, ciertas situaciones que al escucharlas o vivirlas hacen que a servidor, se le abran las carnes. Y es que si trabajas o has trabajado en Urgencias, seguro que te has enfrentado a alguna de las siguientes situaciones que iremos desarrollando en el #Topicomecum Urgencias
{youtube}1UyH-Yq-26o{/youtube}
ØSoy de la casa
Suelen ser los pacientes “estrella”, todo un clásico en el mundo sanitario. Llamas al paciente y acude acompañado por alguien con una bata o una tarjeta acreditativa del Servicio de Salud de turno que antes de que puedas presentarte al paciente ya se han adelantando dejando claro aquello de “soy de la casa”. Aunque en la mayoría de las ocasiones ni te da tiempo a llamar al paciente; suelen interrumpir la consulta, aunque estés viendo a otro paciente para presentarse y decir que eres el médico de su familiar mientras te indica con la coletilla melódica del “soy de la casa” como pidiéndote que dejes lo que tengas entre manos para dedicarte a su persona. A lo mejor durante 3 días trabajaron en la Administración del hospital, o como auxiliares en una remota planta con la que nunca has tenido trato, o pertenece al servicio de limpieza de un lejano Centro de Salud, o tiene nociones de homeopatía y tiene una consulta privada pero en su día coqueteó con la Medicina. Suelen estar desubicados, perdidos en un servicio que no conocen pero del que adaptan las formas para hacer creer lo contrario. Suelen buscar alguna cara con la que hayan coincidido alguna vez para encontrar más argumentos y visibilidad al hecho de “ser de la casa”
¿Pero de qué casa somos? ¿Llevamos tiempo viviendo juntos? ¿Compartimos acaso apellidos y no me he dado cuenta en estos 31 años? ¿Hemos comido alguna vez juntos?
Suelen darse situaciones incómodas porque indirectamente se intenta condicionar el trabajo de uno, alejarse de los protocolos para buscar el interés personal. Prefiero mil veces a un paciente realmente malo que a una persona “de la casa” con patología banal que acude a Urgencias con un fin
ØMe duele la rodilla desde hace 4 meses
Un clásico de las Urgencias, el/la paciente que acude refiriendo una dolencia que viene arrastrando desde hace meses. ¿Lo sabe tu médico de cabecera? ¿Estás pendiente de alguna prueba o de valoración por algún especialista?
Perdone pero no le he escuchado bien. ¿Le duele la rodilla desde hace 5 meses y viene a Urgencias a las 5:00h de la madrugada?
Sus razones tendrán, pero los más sinceros llegan a reconocer que a esas horas hay menos gente y que quizás le adelanten la cita
ØMe tenían que haber hecho una RMN hace 2 años
Estas suelen ser personas cabreadas con el sistema (y en la mayoría de las veces con razón). Pacientes que llevan meses a la espera de una prueba diagnóstica o de una intervención quirúrgica, o valoración por el especialista para que le de respuesta a sus problemas pero que acuden a la jornada de puertas abiertas de Urgencias “exigiendo” desesperadamente solución. Un mal uso de las Urgencias, del que no se puede responsabilizar del todo al paciente, sino también a la ineficacia del sistema sobre el que muchos niegan a admitir las dilatadas listas de espera con estadísticas que intentan maquillar gente con bata pero nula empatía que incluso jamás se puso delante de un paciente y que no sabe lo duro y corrosivo que es negar o explicarle a una persona que salvo aliviarle el dolor, poco más puedes hacer por ayudarle en Urgencias
ØVengo para que me vea el especialista
Conocido como el paciente boomerang. En la mayoría de los casos son pacientes que vienen derivados por su Médico de Atención Primaria (admirados y queridos, que conste en acta que para eso yo soy uno de ellos) que le indica que vaya por Urgencias que le atenderá tal especialista. Por ejemplo el viejito con restos de sangre en orina no anemizante que es derivado con la expectativa infundada de que el Urólogo le atenderá. O los restos de sangre en heces que se derivan para que el Digestivo le haga de urgencia una colonoscopia cuando no hay motivos suficientes para saltarse el protocolo acordado por los servicios. En la mayoría de los casos, el paciente sigue las indicaciones de su médico, pero en otras, intentan buscar un resquicio en el que colarse, como hace el agua ante cualquier agujero, por pequeño que sea. Y en otras ocasiones, su Médico lo deriva porque sospecha una patología grave para intentar desesperadamente que las listas de espera no empeoren los pronósticos de vida.
ØSi fuera tu madre ya le buscarías hueco
Aunque es cierto que en ocasiones se cumple el dicho de en casa de herrero, cuchillo de palo, es inevitable que en caso de amistad o de lazos familiares, uno siempre intentará en la medida de lo posible acelerar el laberíntico proceso de la burocracia a través del favor personal con algún colega. Aunque algunos vean lo contrario y aunque suene algo egoísta, yo lo veo normal. Empatizar con los pacientes es innegociable, pero no podemos saltarnos las “reglas del juego” con cada persona a la que atendamos. Pero bueno, quizás por eso esté trabajando a más de 1500 kms de distancia, para que nadie me pueda achacar que si fuera un familiar mío ya le hubiera buscado una solución…aunque si le preguntan a mi madre, seguro que ella les diría que no le hago ni caso…nunca llueve a gusto de todos
Ø¡Yo pago tu sueldo!
Y se quedan tan panchos cuando te espetan a la cara aquel recurso tan banal y equivocado de que con sus impuestos te están pagando, al mismo tiempo que te pueden estar exigiendo que le firmes una baja no del todo justificada. ¡Qué atrevida es la ignorancia! A todas estas personas que tienen interiorizado en su ser que gracias a ellos yo cobro (y una fortuna, pensarán en la mayoría de las ocasiones) decirles que Hacienda somos todos, que a mí también me retienen todos los meses en torno a un 30% para que su cobertura sanitaria esté asegurada, para que un médico sea la hora o el motivo que sea le atienda, para que si falta al trabajo por una enfermedad le cubran parte del sueldo. Llevo 6 años trabajando y no he faltado ni un día a mi puesto pero sí he pagado religiosamente mis obligaciones tributarias, así que a todo aquel que se atreva a decirme de malas maneras aquello de que me está pagando el sueldo que se lo piense.
El hematólogo me ha dicho que siempre que me pase algo venga por Urgencias
Suele darse sobre todo en pacientes con alguna enfermedad renal, oncológica o sanguínea ya que suelen ser personas a los que Hematología, Oncología y Nefrología gusta seguir meticulosamente. Con toda la razón del mundo le indican que ante cualquier hallazgo o la más mínima duda vayan por Urgencias. Pero en ocasiones, puede ser un simple moco o un dolor inespecífico y el paciente está allí a la espera de que su terapeuta de referencia (que seguramente no esté de guardia) se manifieste
ØMe quedaría más tranquilo con una Rx
Da lo mismo que hayas estudiado 6 años, que hayas aprobado unas oposiciones, que lleves años trabajando casi diariamente viendo patologías similares, que si la persona va a Urgencias con la idea de hacerse una radiografía, difícilmente podrás persuadirla por mucho que le expliques que su artrosis no precisa de una nueva placa, que el abuso de las radiaciones es peligroso, que no hay indicación. “Es que mi vecina tenía lo mismo y le hicieron una radiografía y yo la verdad me quedaría más tranquila”, “yo no he estudiado pero con una placa saldríamos de dudas”. Una guerrilla en la batalla del día a día en Urgencias
ØNo tengo enfermedades ni tomo medicinas…sorpresa, sorpresa
Suele pasar y mucho. Le preguntas al/la paciente si tiene alguna enfermedad o si toma algún tipo de medicación y te contestan sin dudarlo un segundo que no. Te parece raro que con 70 años no tome nada, indagas en el ordenador y ves que tiene múltiples factores de riesgo cardiovasculares y que está tratada para todos ellos… “Bueno sí, tomo la pastilla del colesterol y la del azúcar, pero vamos, nada fuera de lo normal
ØLa pastilla pequeña y azul
¿Que toma para la tensión? No sé como se llama doctor que con los nombres me lío. Pero estoy seguro que es la pastilla chiquitilla amarilla. Y por las noches media de la azul. Y para el dolor la cápsula roja. Al alta voy a pintar un arcoíris a modo de tratamiento
ØMírelo en el ordenador: usted sabrá
En relación a lo anterior, uno se sorprende al comprobar la cantidad de gente que no tiene ni idea del tratamiento que toma. Ya hayas tenido un infarto, o un ataque de gota, o sufras migrañas…te podrás encontrar con gente que no sabe el nombre de lo que toma (ahora principio activo). Saben que con el desayuno se toman tres, que al mediodía le tocan dos y que por la noche se toma otras tres, pero si les pides el nombre te remiten al ordenador. “Mírelo en la pantalla, que ahí tiene que estar todo registrado” al mismo modo que suspiran ante tu torpeza o pocas ganas de rebuscar en su historia digital
ØPoyaque…
El “poyaque…” otro clásico. Personas que venían a acompañar a un familiar o que pasaban cerca del hospital. Pues ya que estoy aquí voy a consultar, a pedir una segunda opinión que me quedo más tranquila. ¿Ha pasado antes por su Médico de Atención Primaria? Suelen necesitar varios segundos en buscar una excusa, algunas son brillantes y en otras te dicen es que la lista de espera para su médico es de una semana (que de ser verdad demuestra el fracaso del Sistema Nacional de Salud)
ØO me atienden ya o me voy
Aunque parezca increíble, están los que amenazan con esto. O me atiende ya o me marcho, que llevo esperando una hora para que me valoren este lunar ¡qué vergüenza de seguridad social! Lo digo y lo diré siempre, prefiero a un persona que de verdad está enferma: suelen ser prudentes, agradecidos y hacer honor a su condición de pacientes y además suponen un reto para abordarlos de la mejor manera posible.
A continuación, expondremos otros tópicos aportados por la blogosfera sanitaria para aumentar el #TopicoMecum
ØVengo a ingresar (por @MartaEsteban42k)
No ha pasado ni una vez, ni dos, es algo relativamente. Llamas a un/a paciente y ves como su acompañante viene con una bolsa en la mano.
– Buenas días. ¿Me podría decir por qué viene a Urgencias?
– Venimos a ingresar
Después de esto es difícil mantener la compostura y sacar una buena anamnesis hacia delante, porque el derechazo inicial ha ido directamente a la mandíbula. Tantos años de carrera para ser un escribano de ingresos voluntarios
Ø¿Pero no me vas a hacer ninguna prueba? Mire usted que venimos de muy lejos (por Alicia Sáez)
Parece que la batería de pruebas diagnósticas se tendría que medir en función del kilometraje que separa la dirección del paciente del servicio de Urgencias consultado. Mire Doctor, que hemos conducido 40 minutos hasta venir aquí, ¿no le va a hacer ni siquiera una radiografía? Ya puede ser un simple catarro, pero parece que la distancia debiera cambiar el plan de actuación del profesional. Ojo a l@s médicos que derivan a pacientes con patologías banales a Urgencias desde aldeas y territorios lejanos. Las carreteas las carga el diablo
ØEl paciente indeciso (por Germán Sánchez Peña)
No es un chiste, hay personas que no están muy al tanto de su salud y delegan esa tarea en la persona de su pareja. Y es que hay situaciones que pueden rozar el subrealismo, pero son reales como la vida misma
– Disculpe caballero, ¿con qué ojo ve mejor?
– Ah no se, eso lo sabe mi mujer
ØEl acompañante que lo sabe todo sobre el paciente (por Ana Ramírez)
En ocasiones al ser preguntados por antecedentes o medicación te remiten al ordenador “que todo lo sabe”. Pero en ocasiones, el paciente puede venir acompañado por un ser querido que se encarga de aclarar desde el principio la necesidad de estar junto al paciente en la sala de espera de Urgencias bajo el estribillo “tengo que entrar con él porque no sabe las pastillas que se toma…”. La espera, con una amena conversación es más llevadera
ØEl paciente que no es de tener fiebre alta (por Aurora BD y @sergiue)
– ¿Ha tenido fiebre el paciente?
– Si, 36,9º
– Señora eso no es fiebre
– Sí Doctor, es que mi marido no es de tener fiebre, y 36,9º es mucho para él
ØLos pacientes que no se quejan nunca (por Lourdes Pérez)
Muy malo tiene que estar mi padre para que venga a Urgencias ya que él nunca se queja. Si dice que le duele algo es que esta muy malo
ØNo puedo dormir (por @sophiereloaded y @dracinthiagep)
Un clásico de las madrugadas que suele darse sobre todo en las edades extremas. Desde niños pequeños que acuden porque llevan toda la noche llorando y sus padres sin pegar ojo pero con el tran-tran del coche se han quedado plácidamente como los angelitos que son hasta las personas de más edad a las que sus familiares salieron de madrugada al WC y se encontraron al mayor aún despierto viendo la Tv. Pero los hay también que rozan lo absurdo: una vez en Málaga se dio el caso de una muchacha que no podía dormir tras ver una película de miedo…Pues nada, bienvenidos al Hospitazolam
ØNo es urgente pero no había citas con mi médico de cabecera (por Eugenio Santa Bárbara)
En ocasiones, lejos de buscar excusas sobre el motivo por el que acuden a Urgencias pueden llegar a reconocer que su patología no es urgente, pero que su médico de cabecera no tenía hueco en la agenda hasta dentro de unos días y que no iba a esperar tanto. El deseo de la inmediatez y el resultadismo y la burocracia que tanto daño ha hecho a uno de los mayores logros de nuestra sanidad pública, la Atención Primaria
ØJoven, ¿cuándo viene el médico? (por Ana Rando)
Puede que le estés dando el alta. Que le hicieras la anmnesis, que lo exploraras, que le hicieras las pruebas, que le expliques el tratamiento y que incluso le estés dando el alta, que en ocasiones el paciente preguntará con incredulidad ¿pero cuándo me va a ver el médico? Se ve que en el mundo sanitario, la arruga es bella, o al menos sabia
ØLa paciente obesa…será el tiroides (por Antonio Garrido)
– Señora, debería perder peso; está demostrado que la obesidad es un factor de riesgo cardiovascular
– Lo sé doctor, pero no como nada. Debe ser el tiroides o el metabolismo, pero no como nada para como estoy
ØSeñorita se ha terminado el suero
Es terminar de pasar la última gota de suero y el familiar de turno ya está alarmando a todo el personal sanitario de guardia de que el suero ha terminado, que hay que cerrarlo urgentemente o que alguien debe supervisar el sistema, no vaya a ser que entre una burbuja de aire
Ø¿Aquí cuando se come?
Otro denominador común. Ya puedes acudir a Urgencias por vómitos que una de las primeras cosas que te preguntará el paciente es que si puede comer algo. Muy común que utilicen la coletilla “es que como tengo diabetes…”
ØEstá muy mal, tiene una hemorragia interna (por@DMarzal)
Cuánto daño han hecho series como Dr. House o Urgencias, donde los pacientes van sabiendo lo que tienen. Tantos años estudiando para al final aprenderlo todo en un capítulo de televisión
ØEl misterioso caso del abuelito que se demencia en unas horas (por Angela DiPino)
Digno de estudio para Iker Jiménez sería el de los ancianos que acuden remitidos junto a sus familiares anquilosados en una camilla, incluso con úlceras por presión y desconectados del medio. Conversación real:
– ¿Y como estaba antes de esto?
– Fenomenal doctor: caminaba, conducía, llevaba a los nietos al cole…
ØEl paciente que no quiere molestar (por Rafael Cuervo Pinto)
– ¿Me cuenta que lleva tres meses con este dolor y que no ha consultado con su Médico de Cabecera en todo este tiempo?
– Ya ve Dr, es que no me gusta molestar
Respuesta escuchada a las 3h de la madrugada
Y esto es todo, no es una amenaza, pero yo también me voy que me ha salido larga la lista de topicazos en Urgencias. Si se te viene en mente algún otro, contribuye a través de comentarios en esta entrada para crear el #TopicoMecum de las Urgencias
NOTA DEL AUTOR: espero no haber ofendido a nadie con estos ejemplos, cualquier parecido con la realidad es pura ficción. En contraposición, próximamente haré otra entrada donde desarrollaremos el tipo de personalidad de los diferentes médicos que existen
Consulta online
Deja un comentario en la web
Deja una respuesta