Categoría: Reflexiones
Escrito el día 01-febrero-2014 por Juan Toral
Este sábado a las 16:00h se cerrarán las puertas del aula: por delante 5 horas de tensión, concentración y dedicación; atrás quedaron los a priori interminables meses de estudio que parecían no tener final, reclutamiento, estudio y dedicación casi exclusiva preparándote el MIR. Meses interminables, eternos, casi angustiosos, que parecían estáticos ante la percepción de que el examen no llegaría jamás. Y ese día marcado en el calendario como el del juicio final, ya está aquí. Llegó la hora de demostrar que el camino recorrido ha merecido la pena, de dar todo lo que una/o lleva dentro, lo que ha ido tallando con cada golpe de cincel a medida que devorabas los manuales teóricos.
Sin saberlo, llevas toda la vida preparándote para enfrentarte a esta batalla con la mejor de las garantías. Seguramente tuviste buen comportamiento en preescolar, fuiste aplicada/o en Primaria, te desmarcaste en Secundaria, apretaste los dientes para tener una alta nota para poder acceder a la carrera de Medicina, en la cual te vaciaste a través de las asignaturas que diseccionan el cuerpo humano y el arte de la sanidad que desde Avicena se ha ido perfilando. Por delante 5 horas de un simulacro tan real que en principio marcará el rumbo de tus próximos 4-5 años.
Hace 5, yo estaba en esa banqueta, con tus mismos nervios, y también con idénticos miedos. Uno siempre teme a los cambios y esto del MIR marca uno. Dejarás de ser el/la eterno/a estudiante para descubrir el arte que no se enseña en las Facultades y descubrirás que el esfuerzo de todos estos años y la dedicación de estos meses ha merecido la pena. Queda poco para que te enamores de tu profesión, de tu elección y de los nuevos pasos que va a tomar tu vida. Un lustro es muy poco tiempo, porque parece que fue ayer cuando subía a la Facultad de Económicas de Granada para examinarme, pero suficiente para coger distancia, alejarte de la realidad del examen MIR y aconsejar que disfrutes del día, que intentes razonar todo la aprendido sin dejarte vencer por la tensión. Nada es definitivo en esta vida salvo la muerte, y a partir de ahora precisamente tu misión será dar calidad de vida a los años de los demás. No eres un número, no lo has sido nunca ni lo serás jamás.
Aunque a partir de mañana tu felicidad inmediata se medirá en cifras cuantitativas, cuando empieces a trabajar ya no habrá percentiles, ni campanas de Gaus, ni la codicia del que quiere acertar más preguntas para situarse mejor en la línea de salida. Si tu sueño es hacer X especialidad y sabes que ese es tu camino para tu felicidad vital, lucha por conseguirlo, por intentarlo hasta que las fuerzas creas perder. Lucha por tus sueños porque esa es la manera más fácil para sentirte bien y hallar la ansiada felicidad.
Pero también quiero informarte que cuando uno aprieta el botón en el Ministerio de Madrid y eliges tu plaza y tu ciudad, todos tus miedos se esfuman, todas tus dudas e inseguridades se disipan y empiezas a disfrutar y descubrir la especialidad que a buen seguro terminará conquistándote.
Son tiempos difíciles los que te toca vivir. Yo que estrené plan nuevo de estudios en la Facultad, pasé los 6 años de carrera escuchando el mensaje optimista del Decano de turno que indicaba que éramos unos privilegiados, que hacía décadas que ninguna promoción iba a tener nuestra suerte ya que infinidad de médicos se jubilarían y “heredaríamos” sus plazas. Cantos de sirena que no valen nada ya que con la crisis, los recortes, la política de contratación low cost, el futuro de tonos del arcoíris fue virando al gris oscuro que ha terminando imponiendo el luto en las clásicas batas blancas. Precisamente ayer se publicaba la noticia de que sobran estudiantes de Medicina, que hay más Facultades que demandas reales, que ningún país tiene tantos estudiantes por habitantes…a buen seguro que será más complicado no caer en esta corriente pesimista que amenaza con desolar todo que hacer dentro de unas horas un gran examen.
Así que disfrutad del MIR y elegir la especialidad con el corazón sin pensar en las salidas laborales que al final son una moneda lanzada al aire. Lucha por tus sueños para poder ayudar al que lo necesite y hallarás el camino al mismo tiempo que lo vayas recorriendo.
Suerte y enhorabuena, bienvenida/o al club
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