Categoría: Enfermedades
Escrito el día 13-abril-2015 por Juan Toral
La primavera la sangre altera. Florecen los bosques, los pajarillos cantan con un vigor especial poniendo banda sonora a la jovial estación del año. Las terrazas comienzan a llenarse de gente, los días alargan sus horas de luz y el buen tiempo hace que las calles sean punto de encuentro y el preludio perfecto para salir de la hibernación del invierno. Pero sin embargo, ¿cuántas veces hemos escuchado lo de la famosa astenia primaveral? ¿Hemos llegado incluso a padecer los famosos síntomas? ¿Qué hay detrás de todo esto?
Y es que parece demostrado que con la llegada de la primavera, ciertas personas sufren trastornos que van desde el cansancio, la debilidad física o incluso psíquica, sintomatología típica de lo conocido como astenia primaveral.
Según las estadísticas, más de la mitad de la población se siente más cansada de lo habitual en esta época del año. Es más común en mujeres, en las personas con edades comprendidas entre los 20 y los 40 años, así como los trabajadores por cuenta ajena y estudiantes.
La fatiga se manifiesta como sensación de falta de energía y motivación, de auto percepción de agotamiento o cansancio. También puede afectar a las funciones intelectuales tales como pérdida de la memoria, menor atención, concentración y vigilancia. Las funciones sexuales se pueden ver afectadas con una disminución del deseo sexual y posible disfunción eréctil. Los trastornos físicos más comunes son la pérdida del apetito, fatiga muscular y trastornos del sueño. Entre los síntomas psicológicos puede producirse una percepción alterada de la realidad y trastornos de la personalidad y ansiedad.
Quién defiende la entidad de la astenia primaveral lo hacen por los cambios que se presuponen producir en los organismos. Y es que teóricamente defienden que disminuyen las endorfinas (conocida como la hormona de la felicidad) o los cambios en los niveles de serotonina. La luz es captada por células de la retina que mandan dicha información al cerebro que tiene en el núcleo supraquiasmático del hipotálamo el “reloj biológico” encargado de la adaptación.
Aunque lo que realmente tiene base científica es la adaptación que sufre nuestro organismo a las nuevas condiciones climatológicas de luz, temperatura, presión o humedad, y al cambio de horario que se traduce en dormir una hora menos, adelantar los horarios estipulados para las actividades cotidianas…parámetros que parecen ir a favor de la nula necesidad de medicación
Pero pese a la relación que parece existir entre la llegada de la primavera y esta triada clínica, existe mucho recelo entre los científicos para catalogar a la astenia primaveral como un cuadro clínico con ente propio. Y es que se considera más un síntoma dentro de otras patologías que si pueden tener relación estacional más directa en vez de un trastorno psiquiátrico propio ya que nuestro reloj biológico está programado para actuar en función de los estímulos recibidos.
Pero la industria parece haber encontrado un jugoso negocio en todo esto: vitaminas, ginseng, jalea real, complejos vitamínicos son parte del día a día de una Farmacia en estos días del año, pese a que no existan evidencias científicas que aconsejen su tratamiento ni el uso abusivo de este tipo de compuestos. Hay que tener en cuenta el efecto placebo y saber también que los trastornos por el ajuste a los cambios solares, suelen durar dos semanas. Pero la Industria parece empeñada en potenciar la fama del cambio de estación para potenciar su oferta en estimulantes artificiales, pese a las nulas indicaciones que aportan las evidencias científicas.
Pero a la hora que nos planteemos la astenia primaveral como un posible diagnóstico, tenemos que tener en mente otras causas, como las cardiacas o las oncológicas, la depresión, embarazos en estadíos iniciales, el síndrome de apnea obstructiva del sueño o situaciones de maltrato que deberían considerarse como diagnóstico diferencial.
Los expertos están defendiendo la importancia del polen en todo este proceso de la astenia y el desánimo típico de estas primeros días de la primavera. Y es que la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) calcula que en aproximadamente 1 de cada 4 españoles padece de rinitis alérgica, por lo que la alergia al polen hace que los típicos síntomas de dormir mal y estar más irritable desemboquen en fatiga y falta de energía.
Las líneas de investigación también parecen apoyar la relación entre el aumento de la astenia y ciertas enfermedades mentales como el trastorno bipolar o las depresiones que parecen acentuarse debido a la alteración de los biorritmos biológicos. Como curiosidad se podría citar que en la primavera es cuando se registran mayor tasa de suicidios, coincidiendo con niveles más bajos de serotonina pese a que los estímulos luminosos son mayores.
Entonces, llegado a este punto es hora de hacerse las siguientes preguntas ¿es necesario tratar? ¿qué actitud sería la indicada? Un excesivo uso de aportes vitamínicos puede desembocar en hipervitaminosis que también tendría sus riesgos para el organismo. Parece por lo tanto más indicado mantener un estilo de vida saludable que ayude a la adaptación de nuestro organismo al cambio estacional. Lo ideal sería regular los horarios del sueño y las comidas, y adaptarnos al calor reajustando la intensidad y hora de realización de actividad física acorde a las nuevas condiciones.
La dieta parece piedra angular en la prevención y el tratamiento de la astenia. Hay que evitar la comida rápida y las digestiones pesadas. Se recomienda una dieta sana y equilibrada, siendo muy recomendables los cereales, las legumbres, las frutas y verduras de temporada. Conviene evitar el exceso de grasas saturadas y colesterol y aumentar, en cambio, la presencia en la dieta de ácidos grasos poli insaturados, como los omega-3, abundantes en el pescado azul y en productos enriquecidos.
Por lo que se refiere al aporte hídrico, el aumento de temperatura ambiental provoca pérdidas de líquidos corporales por sudoración y por ello es imprescindible aumentar la hidratación. Es recomendable mantener un nivel de 1.5 litros, al menos, de agua al día.
Un estudio vertebra la base de la alimentación idónea para estas fechas:
Ø Verduras y hortalizas: espárragos trigueros, alcachofas, guisantes frescos, espinacas, coles de Bruselas. Berros, alcachofas, apio, rábanos y nabos son especialmente útiles para purificar y depurar, ya que ayudan a eliminar toxinas. Una buena opción serían sopas caldosas con estas verduras de temporada
Ø Frutas de temporada: el calor hace que la fruta concentre sus azúcares naturales, dándole un mayor dulzor que sacia las demandas de glucosa que nos pide el cuerpo en estos días. Podemos potenciar dicho efecto con condimentos como canela, clavo o vainilla.
Lo recomendable es disminuir el empleo grasas y aceites. Se recomienda disminuir la ingesta de fritos y guisos por salteados y cocciones que favorecen digestiones más ligeras. Hay que idear platos que proporcionen energía, vitalidad y un aporte equilibrado de nutrientes para superar las posibles deficiencias típicas de las épocas de cambio de estación. Las infusiones de té verde serían una buena opción.
Se recomiendan desayunos sin azúcares simples de absorción rápida y evitar excitantes como el café que proporciona energía inmediata pero que luego puede provocar un bajón considerable.
Para el aporte de hidratos de carbono se recomiendan multicereales con frutos secos
La importancia de unas correctas medidas higiénicas preventivas parecen apoyar el alivio sintomático. Los expertos aportan 8 propuestas que pueden resultar beneficiosas de cara a sobrellevar la astenia:
– respeto e higiene del sueño: dormir lo necesario intentando no utilizar narcóticos
– alimentación sana y equilibrada tal y como se ha comentado más arriba
– practicar ejercicio aeróbico de forma moderada: caminar, bicicleta, yoga…Hay que evitar esfuerzos que precisen esfuerzos excesivos
– ser rigurosos en horarios para alimentarse y descansar
– no tomar excitantes: tabaco, alcohol, bebidas energéticas, café, tóxicos…
– intentar llevar una vida activa aprovechando las horas de luz natural, tomando el aire y luz solar
– fomentar actividades que nos hagan tener la mente estimulada
– realizar pequeños descansos para fomentar estar más relajados
Primavera parece uno de los periodos predilectos para iniciar operaciones bikinis y dietas milagro. El ayuno hace que el aporte de glucosa al organismo se vea comprometido, por lo que se puede potenciar la sensación de cansancio y cefalea. Lo ideal en caso de ponerse a dieta es aprovechar los productos típicos de la primavera (verduras, frutas y hortalizas)
Respecto al tratamiento farmacológico, ya se ha citado con anterioridad que los estudios científicos van más a favor de la prevención que de la farmacología, aunque hay unos pocos estudios que muestran que la clínica de la astenia primaveral se puede mejorar con suplementos de vitaminas y minerales que sean deficitarios en el organismo, entre los que destacan los betacarotenos, que ayudan a que el organismo se prepare y el cambio climático y lumínico sea más gradual, y algunos oligoelementos, como el Zinc.
Deseándote una luminosa y descansada primavera, llegó la hora de cuidarse. Sirva esta entrada para sobrellevar mejor la primavera.
BIBLIOGRAFÍA
Sociedad de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC)
Vilaplana M. Astenia primaveral y alimentación. Farmacia Profesional. 26-30. Vol.l 27, Núm. 3, 2013
Sastre M. Astenia primaveral, protocolo de atención al paciente. Farmacia Profesional. 57-59. Vol. 22, Núm. 3, 2008
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