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Escrito el día 21-diciembre-2022 por Juan Toral
Aunque nos la han vendido como un camino de rosas, la vida en ocasiones está llena de espinas. Vivimos con prisa, con demasiadas obligaciones, con el peso de la economía que nos oprime el cuello, con jefes, trabajos y horarios que lejos de sumar, restan, con parejas que en ocasiones no nos dejan ser nosotros misos y con una mochila llena de piedras que cada día tenemos que transportar. El ser humano tiene una tremenda capacidad para adaptarse a los cambios y mecanismos defensivos para convivir con la presión, pero hay personas o momentos de la vida, en el que la balanza del quiero y no puedo gana la batalla y entramos en una maraña de dudas, preocupaciones y miedos que se instala de copilo y hace que nuestros días cambien la luz por las sombras. Son en estas situaciones cuando la ayuda de la psicología aparece para ejercer de salvavidas, para darnos la mano, llevarnos a la orilla y hacer que de nuevo, la vida recobre su sentido inicial.
Un primer mito que tenemos que derribar es la etiqueta de que, si necesitamos ayuda, estamos locos; que ir al psicólogo es ir al loquero, que nos hace flojos, que nos estigmatiza. Nadie está libre de necesitar ayuda profesional y en la actualidad, múltiples son las opciones que nos acercan a los profesionales: consultas presenciales, online como la de psicologos rivas, terapia individual o grupal: un abanico de opciones para vencer al miedo del qué dirán y poner nuestra salud mental al servicio de los profesionales y la ciencia que vela por ella. L psicología trata el estudio y el análisis de la conducta humana, desde todas sus vertientes: emociones, aprendizaje, comportamientos y los procesos mentales.
Cuando comenzamos una terapia, iremos recorriendo un camino que nos ayudará a obtener los recursos emocionales necesarios para superar los momentos de crisis, lo que hará que podamos afrontar y vencer la adversidad. Palabras que se han puesto de moda como vitalidad, optimismo, comprensión o resiliencia, están bien y son necesarias, pero en ocasiones, hace falta el asesoramiento del/la especialista para que las podamos introducir en nuestro vocabulario.
La Psicología no es una ciencia encorsetada, no tiene un único dogma. Son varias las terapias y por lo tanto, habrá perfiles de problemas y personalidades que se puedan adaptar mejor a cada una de ellas. El objetivo inicial del profesional será elegir el tipo de terapia que mejor se adapte al problema y/o a la persona. En la actualidad, la terapia que mejores resultados da en líneas generales es la terapia cognitivo conductual.
En pocas sesiones (puede que incluso en la primera), encontrarás ayuda para sentirte mejor, liberar la carga emocional al verbalizar y plasmar el problema subyacente ante un profesional que no te está juzgando, sino ayudando. Adquirirás estrategias y herramientas para gestionar los conflictos y de esta manera, mejorarás tu capacidad adaptativa. También te liberarás de las cadenas que te frenan, de esas creencias infundadas que has ido adquiriendo sin darte cuenta y que te paralizan. Tras la terapia, saldrás reforzado/a y fortalecido/a, avanzarás como persona y tendrás en tu poder la mano de cartas ganadora para cuando necesites marcarle un farol a la vida.
No será un camino fácil, pero sí será fascinante. ¡Buen viaje!
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