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CORONAVIRUS un cuento chino

Categoría: Enfermedades

Escrito el día 05-febrero-2020 por Juan Toral

Miress las noticias que mires, escuches la emisora que escuches o leas la prensa que leas, seguro que alguien alarmará sobre el inminente ataque zombi del CORONAVIRUS, como si de la apocalipsis final se tratase, al grito del “vamos a morir todos”, “primer caso de coronavirus en España”, “mueren X personas por el coronavirus”, o “cierran las fronteras de China”…Lo cierto es que uno tiene que ser muy calmo para que el miedo no se apodere de él/ella y vaya corriendo a la farmacia de turno, buscando una mascarilla (actualmente sin stock). Mascarillas, que curiosamente, poco o nada hacen para evitar el contagio con este tipo de virus.

Pero antes de hablar sobre las mascarillas, quiero hacer una reflexión en voz alta sobre el coronavirus

¿De verdad está justificada esta campaña mediática frente al coronavirus?

Para dar una respuesta me quiero centrar en la estadística. Si a todas horas nos están hablando de lo peligroso que es este virus, no nos pueden estar engañando ¿verdad? Lo nuevo inquieta…aunque el coronavirus no sea tan nuevo porque en 2003 ya se dio un brote similar que supuso 774 muertes de 8.089 afectados también en China. El actual coronavirus ya ha dejado 425 muertes en China de 20.438 casos.

¿Esto es mucho? Si lees 774 o 425 fallecimientos puede parecer mucho…pero si tenemos en cuenta que hay 1.386 miles de millones de chinos, la dilución es tal que estaríamos hablando de una muerte por cada 0,000000000007215 habitantes. Si tenemos en cuenta que la probabilidad de que te toque la combinación ganadora de Euromillones (y a la mayoría de nosotros no nos va a tocar es de 0,000000013 (1 entre 76 millones) considero que esta sobreinformación sobre el coronavirus no está, estadísticamente justificada.

Sin ir más lejos y para continuar con ejemplos numéricos. En España, todos los años tenemos la aparición estacional de la gripe. Sin ir más lejos, en 2017-2018, cerca de 800.000 personas sufrieron la gripe y de esas, 52.000 precisaron ingreso hospitalario, con unas cifras de fallecimiento relacionadas directa o indirectamente con el brote de gripe de 15.000 muertes. Y en España no somos 1.500 millones de españoles sino “tan sólo” 47 millones. No hace falta ser un lince de las matemáticas para saber que 425 por 1.500 millones de personas es muuuuuucho menos que 15.000 entre 47 millones.

Sabías que…

El coronavirus 2019 nCoV fue transmitido al hombre en diciembre de 2019 por la carne de un animal salvaje (probablemente una serpiente o un murciélago) vendida como comida en el mercado de Huanan, en Wuhan

¿Significa esto que tenemos que alarmar y poner el foco sobre la gripe? ¡¡¡NO!!! Simplemente que hay que relativizar cómo se da la noticia del coronavirus, para mi, con un enfoque desastroso, alarmista e injustificado. 

¿Pero qué interés hay en esta alarma social? 

Quizás los noticieros deberían reflexionar sobre el cambio climático que se está produciendo debido a nuestro comportamiento, que parece influenciar en el repunte de enfermedades infecciosas. No es de extrañar que, en las próximas décadas, enfermedades tropicales ya pasadas como el dengue o el cólera vuelvan con fuerza. Vivimos en un mundo hiperpoblado y cada vez con peores condiciones climatológicas, por lo que estamos creando el caldo de cultivo ideal para viejas y nuevas enfermedades infecciosas y gérmenes. Pero ese melón parece que a nadie le importa abrirlo. ¿Hay intereses políticos en criminalizar a China? Y por otro lado, ¿puede aprovechar China esta crisis para mostrar su fortaleza, por ejemplo al mostrarle al mundo como construyen un hospital en 10 días?

Tras estas preguntas retóricas, muchas de ellas con difícil respuesta, quiero pasar a comentar otro detalle. La mascarillofobia que se ha desatado en todo el mundo a modo de locura colectiva, un fenómeno social que ha hecho que se agoten las mascarillas en todas las farmacias, incluso en España, donde recordemos que tan sólo se ha contabilizado hasta la fecha un caso, y es de un turista alemán que había estado en contacto con una persona “infectada” con el coronavirus: persona, por cierto, asintomática y en aislamiento, simplemente para vigilancia (por protocolo epidemiológico)

Hasta la fecha, lo que sabemos es que el coronavirus se transmite por el aire y por el contacto físico, y se propaga de manera similar a la gripe (la que todos los años, por Enero-Febrero hace acto de presencia). El coronavirus se comporta como un virus bastante contagioso y se propaga simplemente por la exposición al patógeno (por ejemplo, si estamos cerca de una persona infectada que tose).

¿Pero qué pensarías si te dijera que las mascarillas, nada o poco hacen para prevenir el contagio? Como ocurriera en su día con la gripe A donde el laboratorio que comercializaba el famoso Tamiflú aumentó exponencialmente sus ingresos, de momento, las afortunadas empresas que se han encontrado con este incentivo, son las fabricantes de mascarilla. Sin ir más lejos, la empresa que las fabrica y distribuye en España ha pasado de 300.000 peticiones mensuales a 5-6 millones.

Se sabe que el uso de las tradicionales mascarillas no es la forma más efectiva para evitar ser infectados, pero pese a ello es uno de los métodos más empleados y en relación al coronavirus, nos han hecho creer que, si salimos a la calle sin mascarilla, estamos firmando nuestro parte de defunción. 

Las mascarillas apenas protegen de una infección respiratoria como esta y lo peor, es que incluso pueden resultar contraproducentes porque crean una falsa sensación de seguridad que puede hacer que bajemos la guardia y dejemos de seguir las recomendaciones para evitar entrar en contacto con el virus. La mascarilla, inicialmente está ideada para que la lleve el propio enfermo para evitar propagar la enfermedad, más que para que la lleve una persona sana para evitar entrar en contacto con algo del exterior. Y es que la mascarilla de toda la vida (ya sea la de telita verde o la acartonada de quirófano) no sirve para filtrar el aire. El tamaño de los virus es tan pequeño que perfectamente puede atravesar esta “barrera” en forma de tela.

¿Quiero decir con esto que ahora hay que criminalizar a las mascarillas? Tampoco es eso, pero no debemos fiar nuestra suerte exclusivamente a su uso. En principio podría estar justificado su empleo en aquellas personas que por algún problema de salud de base estén dentro de los grupos de riesgo (son los mismos que para la gripe): gente con problemas pulmonares de base, ancianos, embarazadas, personas en tratamiento crónico con corticoides, o que tengan el sistema defensivo por los suelos, obesidades mórbidas…En estos casos el riesgo de que una infección vírica respiratoria se complique con una neumonía o una insuficiencia respiratoria es mayor, por lo que puede estar justificado en estos grupos lo del “más vale prevenir que curar”

Entonces, si las mascarillas no es lo mejor, ¿qué es efectivo para evitar el contagio por el coronavirus? Pues como sabemos ya por el resto de enfermedades víricas que entran en nuestro contacto a través del aparato respiratorio, la mejor medida para prevenir es un buen lavado de manosHace unos días precisamente hablé sobre la mejor manera para lavarse las manos: quizás antes de gastar dinero en mascarillas, te vendría mejor leer de nuevo el post.

La mayoría de los contagios no se producen de forma directa (que alguien te tosa en la cara) sino indirecta, a través del tacto y las superficies. Hay que recordad que algunos virus pueden vivir incluso hasta 24 horas sobre una superficie metálica o plástica. Por lo tanto, hay que lavarse las manos de manera regular con agua y jabón y secarnos bien. Evitar tocarnos los ojos y la nariz y en la medida de nuestras posibilidades, llevar un estilo de vida saludable.

Al toser hay que taparse la boca con el antebrazo o el codo, no con la mano, porque si se pone la mano al final se quedan ahí los virus, tocamos las cosas y se transmite la infección. Si tenemos mocos, hay que recordar que lo mejor es usar pañuelos de papel y una vez que nos sonamos, no guardarlos en el bolsillo y reutilizarlos porque estamos haciendo que nuestras manos y la ropa se impregne del virus: lo ideal es sonarnos y tirar el papel.

Para reflexionar…

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (2018), las enfermedades por problemas del sistema circulatorio son la primera causa de muerte, con el 28,3 % (y una tasa de 258,6 fallecidos por cada 100.000 habitantes), seguida de los tumores (241,2), y de las enfermedades del sistema respiratorio (114,9). En España se producen al año 1.806 muertes por accidente de tráfico y 47 muertes de mujeres al año por violencia de género. ¿De verdad se merece tanta repercusión el coronavirus?

Espero una pronta recuperación para las personas infectadas por el coronavirus, pero sobre todo, deseo que los medios de comunicación dejen de contaminarnos con esta alarma social, para mí algo injustificada. Intentar convivir con el miedo crea histerias colectivas y el miedo hace que tomemos normalmente decisiones equivocadas. Informar no debe de ser sinónimo a intoxicar. Seamos responsables, tanto sanitarios como medios de comunicación, para evitar la propagación de este alarmismo social.

Hay cosas que chocan frontalmente: no se puede vender por un lado que el coronavirus es el fin del mundo y al mismo tiempo, dejar que un equipo de fútbol de la ciudad de Wuhan haga estancia en Málaga. Poderoso caballero es don dinero…

Frente al coronavirus, mejor lavarte las manos que te laven el cerebro.

Ojalá algún día los medios de comunicación sean todo lo machacones que han sido con el coronavirus con la epidemia devastadora que está detrás de muchísimas de las muertes actuales: la pobreza, la comida basura, el tabaco, el sedentarismo, el azúcar, la obesidad…Pero eso parece no interesar a nadie… Como decía el Principito, lo esencial es invisible a los ojos.

Dos meses después de este artículo he publicado: REFLEXIONES SOBRE EL CORONAVIRUS

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Una respuesta a “CORONAVIRUS un cuento chino”

  1. […] muchos días queriendo escribir este artículo. Y es que desde que el 5 de Febrero escribiera “Coronavirus: un cuento chino”, han pasado tantas cosas y ha cambiado el mundo, que ya ni nuestra vida parece la misma. Muchas […]

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