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Cómo detectar la adicción al alcohol y al tabaco

Categoría: Te Interesa

Escrito el día 31-marzo-2020 por Juan Toral

Hay drogas, que por lo socialmente aceptadas que están parecen ser invisibles a la vista de las personas. El ser humano necesita relacionarse, reunirse, hablar con personas, compartir momentos…y muchos de estos momentos lúdicos suelen estar vinculados a dos tóxicos como el alcohol y el tabaco.

El alcohol y el tabaco son las drogas con el mayor número de adictos en el mundo. Comparten legalidad y eso les permite estar muy presentes en nuestro entorno. Existe una relación entre la relación alcohol-tabaco ya que casi ¾ de las personas que consumen alcohol, son dependientes del tabaco. En muchos casos, su uso y abuso es un problema de salud grande sobre el que necesitamos poner remedio, convirtiéndose los centros de desintoxicación en claves para revertir su uso patógeno para la salud. Y es que aunque no seamos conscientes, tanto el alcohol como la nicotina del tabaco son drogas psicoactivas que se potencian mutuamente.

Se ha descubierto una curiosa relación entre ambas y es que parece que cuando se bebe alcohol, el cuerpo acelera la rapidez con la que descompone la nicotina. Este simple hecho hace que a las personas que beben, les resulta muy difícil dejar de fumar. Cuando no se bebe, la nicotina se descompone más lentamente, permaneciendo más tiempo en el tiempo. Pero al beber, se descompone más rápida por lo que el cerebro deja antes de tener acceso a la nicotina, potenciando el deseo y la necesidad de fumar más.

A cualquier edad el alcohol puede suponer un problema, pero sobre todo, sus efectos agudos se padecen más en gente joven y adolescentes debido a su alto componente social. Inicialmente puede producir sensaciones placenteras y que ayudan a relacionarnos como desinhibición, euforia, aumento de sociabilidad, relajación…pero estas sensaciones terminan mutando y pueden tener consecuencias graves y causar daños irreparables en el cuerpo. Se ha demostrado que un uso continuado de alcohol se puede traducir en problemas como hipertensión, infartos, úlceras, cirrosis hepática, impotencia sexual, problemas cardíacos…además de un mayor número de accidentes de tráfico o patología psiquiátrica, que puede asociarse a una importante pérdida de calidad de vida.

¿Pero cuando el consumo social pasa a una adicción?

La persona que bebe y fuma de manera prolongada en el tiempo, seguramente termine desarrollando una adicción aunque sea incapaz de ser consciente. Y es que tanto el alcohol como el tabaco son dos ogros silenciosos que se van apoderando sibilinamente de las personas. Y es que su cerebro termina sustituyendo sus mecanismos naturales por sustancias externas a las que se vuelve totalmente dependiente, perdiendo el control de impulsos y el raciocinio. La adicción es un largo proceso de destrucción del aprendizaje, donde se distorsiona el placer que se sobrevalora, al mismo tiempo que se minusvalora el riesgo asociado. Un cerebro adicto, de manera inconsciente anticipa los niveles artificiales exagerados de placer. Con drogas “duras” quizás sea más fácil darse cuenta de que tenemos un problema de salud. Sus efectos agudos en el comportamiento suelen ser más llamativos y además supone un importante gasto económico.

Sin embargo, el tabaco y el alcohol, son dos drogas socialemente aceptadas, económicos, que no están mal vistas y que pueden hacer que los síntomas asociados a su adicción puedan pasar desapercibidos. Lo bueno de las adicciones, es que aunque no es fácil, no es algo sin solución. El funcionamiento del cerebro de una persona adicta funciona de manera anómala, pero con un buen trabajo de aprendizaje se consigue revertir esta situación.

¿Cómo sospechar que puedes tener una adicción al alcohol?

El primer paso puede ser infravalorar al alcohol. De hecho muchas personas empiezan a ver como no alcohólicas, bebidas que sí lo son, como por ejemplo la cerveza. Esto hace que tengan la excusa de beber más. Relacionar eventos sociales con tener un vaso en la mano es otra señal. Hay personas que presentan ansiedad si no tienen, al menos a la vista, alcohol. Planificar nuestras compras y nuestra vida en torno al alcohol es otra señal. Hay personas muy meticulosas que se aseguran de tener siempre asegurada la reserva de estas bebidas alcohólicas y se planifican con esmero de que así sea. Una persona con dependencia al alcohol, cuando no puede consumir comienza a sufrir desagradables síntomas como problemas para conciliar el sueño, temblores, ansiedad, tristeza que puede desembocar en una depresión, irritabilidad, nerviosismo o inquietud, nauseas, sudoración…y en casos más extremos incluso convulsiones o alucinaciones (es muy característico que vean bichos)

¿Cómo sospechar que puedes tener una adicción al tabaco?

Una persona puede saber si es adicta, en función de las respuestas que de para las siguientes cuestiones: cantidad de cigarrillos que fuma, si fuma después de media hora de haberse despertado, si tiene que hacer pausas en su actividad diaria para fumar,…Existe un test que en función de las respuestas termina graduando la adicción en baja, moderada, alta o muy alta. Una persona con dependencia al tabaco, cuando no está en contacto con la nicotina puede comenzar a sufrir alguno de los siguientes síntomas: deseo incontrolable de fumar, nerviosismo o tristeza, inquietud, dificultad para concentrarse, ira, ansiedad, irritabilidad, cambios en la frecuencia del corazón, aceleración de la respiración… Es muy importante estar atento a este tipo de señales e intentar abordarlas antes de que sea un problema. Si consumes alcohol y/o tabaco de manera rutinaria, consulta con tu médico para hacer un abordaje inicial. Nunca es tarde si la dicha es buena. Merecerá la pena

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