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Diabetes y ejercicio

Categoría: Enfermedades

Escrito el día 18-noviembre-2015 por Juan Toral

Según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2013 existía una prevalencia de 371 millones de diabéticos en todo el mundo, cifra que se estima sobrepase los 552 millones en el año 2030.

Si atendemos a estas alarmantes cifras, se podría considerar que la diabetes se está convirtiendo en una pandemia. De hecho, las predicciones que se hacen a medio y largo plazo hay que revisarlas de manera frecuente, ya que, desgraciadamente, las peores expectativas se ven desbordadas, en un problema de magnitud mundial.

El ejercicio presenta un papel muy positivo sobre la diabetes. A las personas que padecen diabetes se les recomienda practicar ejercicio regularmente ya que, junto con la propuesta alimentaria y el tratamiento farmacológico, es uno  de los pilares fundamentales para un correcto abordaje.

La práctica deportiva debe efectuarse de manera regular y controlada, pudiendo así mantener un buen estado físico y psíquico. Al mismo tiempo se consigue un mejor control de la glucemia y una mejor calidad de vida, lo que repercutirá positivamente en cada persona con Diabetes. Aunque hay que tener en cuenta algunas peculiaridades, el ejercicio será un acto agradable y una práctica segura para la persona con diabetes, si se adoptan las medidas correspondientes.

Tal y como se ha citado anteriormente, el ejercicio resulta un factor muy importante a tener en cuenta al elaborar un programa para el control de la diabetes. Y es que no solo contribuye a mejorar los controles metabólicos en torno al azúcar, sino que entre muchos de sus efectos beneficiosos serviría para mejorar el tono muscular, mantener saludables al corazón, vasos sanguíneos y pulmones o ayudar a bajar factores de riesgo cardiovasculares como el colesterol y los triglicéridos. Pero los beneficios del ejercicio en la diabetes no se limitan a los anteriores ya que además contribuye al gasto de calorías, lo cual ayuda a las personas con diabetes no insulinodependiente a lograr un peso adecuado y a mantenerlo. El ejercicio contribuye al control de la diabetes porque potencia la acción de la insulina y así se disminuye la cantidad de medicación que se requiere.

Los pacientes diabéticos pueden y deben realizar ejercicio, el tipo de ejercicio dependerá de la edad, presencia de otras enfermedades (problemas cardíacos) y presencia de complicaciones de la diabetes. Pero en general se recomienda caminar, realizar bicicleta, ejercicio en máquina elíptica y natación

Por lo tanto, la dieta y el ejercicio son esenciales para un buen control de la diabetes, por lo que cada persona que presente esta patología debería contribuir a su cuidado.

Pasaremos a hablar un poco más detenidamente sobre qué ocurre durante el ejercicio y la importancia en pacientes diabéticos.

Durante el ejercicio, los músculos necesitan más energía, por lo que el cuerpo libera más azúcar o glucosa que en estado de reposo. Para las personas con diabetes, esto puede tener algunos efectos colaterales.

Por ejemplo, si el cuerpo no tiene suficiente insulina para utilizar la glucosa liberada durante la práctica de ejercicio, la glucosa permanece en la sangre, lo que provoca concentraciones elevadas de azúcar en sangre (hiperglucemia). El hecho de no tener suficiente insulina para poder utilizar el azúcar de la sangre también puede hacer que el cuerpo queme grasa como combustible. Cuando el cuerpo empieza a quemar grasa para utilizarla como combustible, se producen unas sustancias denominadas cuerpos cetónicos. Las personas con diabetes no deberían hacer ejercicio si tienen niveles altos de cuerpos cetónicos en sangre porque podrían encontrase muy mal y entrar en un estado peligroso que se conoce como cetosis.

El hecho de que el cuerpo necesite más glucosa durante la práctica de ejercicio también puede hacer que descienda excesivamente la concentración de azúcar en sangre (hipoglucemia). La hipoglucemia puede ocurrir cuando el cuerpo utiliza todo el azúcar almacenado, lo que implica que no queda más glucosa por liberar cuando la necesitan los músculos.

Esto es especialmente cierto cuando la concentración de insulina en sangre sigue siendo alta porque ha transcurrido poco tiempo desde la administración de la inyección de esta sustancia. La persona con Diabetes debería comprobarse su concentración de azúcar en sangre y tomarse algún aporte adicional para prevenir la hipoglucemia. Si se va a empezar un programa de ejercicios riguroso es más que probable que haya que supervisar y reajustar la dosis de insulinoterapia.

¿Qué ocurre cuando se realiza ejercicio?

–       Durante la práctica de este, nuestros músculos aumentan su consumo. En los primeros 30 minutos el músculo consume la glucosa de sus depósitos de glucógeno (forma en la que se almacena la glucosa). Una vez agotados dichos depósitos, pasa a consumir glucosa de la sangre. A continuación se establece un suministro continuo desde el hígado, que también produce glucosa, hasta la sangre y de la sangre al músculo. Si el ejercicio se prolonga, se obtiene combustible de las grasas.

–       Ante ejercicios prolongados el organismo reduce la secreción de insulina. Esto facilita la producción hepática de glucosa; es decir, el aporte de glucosa del hígado a la sangre y la utilización de este azúcar por el músculo. Las personas con diabetes también tienen que adaptarse reduciendo la dosis de insulina para conseguir el mismo efecto.

–       Por lo tanto, hay que recudir la dosis de insulina previa al ejercicio de larga duración (montañismo, maratón…) para evitar hipoglucemias.

–       Los ejercicios de musculación también son beneficiosos para las personas con diabetes. Al tener los músculos más desarrollados (con más masa magra y menos grasa), al comer, la glucosa de los alimentos en primer lugar iría a los músculos y al hígado para tener cubiertas las reservas. El azúcar restante será almacenado en forma de grasa, por lo tanto, si parte del azúcar ya se ha almacenado en músculos y en el hígado, menos azúcar quedará que haga aumentar nuestro peso y nuestro tejido adiposo. De ese modo, aumentamos la vascularización del músculo y el aprovechamos la grasa y ahorro de glucógeno para las actividades físicas de larga duración.

–       El ejercicio también tiene como efecto que se acelere el metabolismo basal, por lo que gastaríamos más calorías a lo largo del día. Esto ayudará a las personas con diabetes a regular automáticamente sin necesidad de medicarse (hiperglucemia) o tomar alimentos (hipoglucemia) si en algún momento su nivel de azúcar se descompensa. El metabolismo basal acelerado nos evitará hiperglucemias y el desarrollo muscular hipoglucemias, ya que aumentaremos las reservas de glucosa de los músculos e hígado y la glucosa podrá ser liberada por estos mismos según nuestras necesidades.

–       Con la práctica de ejercicio regular se mejora y estimula el funcionamiento del sistema circulatorio evitando las complicaciones típicas de fases avanzadas de diabetes como sería el caso del pie de diabético, los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares, el fortalecimiento de los huesos, la reducción del colesterol, el aumento del número y sensibilidad de los receptores de insulina, mejora también el rendimiento del corazón y pulmones y la oxigenación y depuración de los tejidos. También bajan las pulsaciones por minuto y la tensión arterial además de todos los efectos beneficiosos conocidos del ejercicio que pueden repercutir en cualquier persona diabética o no.

Si eres diabético y quieres hacer ejercicio tienes que tener en cuenta una serie de consideraciones que te ayudarán a ser capaz de alcanzar los objetivos deportivos que te propongas sin riesgos. No por ser diabético tienes que renunciar a ninguna meta deportiva. Los límites los marcaras tú mismo.

Consideraciones en función de la duración del ejercicio en pacientes diabéticos:

–       Corta duración: el consumo de glucosa es menor que la producción de hormonas hiperglucemiantes (catecolaminas, cortisol), por lo tanto predomina el efecto hiperglucemiante.

En estos casos  No hace falta ninguna medida en especial, aparte de los controles de glucemia antes y después del ejercicio.

–       Larga duración: el consumo de glucosa es superior a la producción de hormonas hiperglucemiantes (catecolaminas, cortisol), por lo tanto predomina el efecto hipoglucemiante.

En estos casos se aconseja disminuir la insulina rápida y la dosis de insulina antes de ir a dormir (al menos 1/3); tomar suplementos de hidratos de carbono durante el ejercicio al menos cada 30-45 minutos

–       Mediana duración: se aconseja hacer un control de la glucemia antes de la actividad, tomar suplemento de hidratos de carbono  si existe glucemia baja y hacer un seguimiento en mitad y al final de la actividad sin necesidad de modificar previamente la dosis de insulina.

Instaurar una nueva rutina, pero está comprobado que son tantos los beneficios, que una vez que pasan los primeros días (estudios han prefijado que se necesitan 21 días para crear un hábito) las personas con diabetes interiorizan el nuevo estilo de vida por lo que se benefician de los efectos colaterales del ejercicio pasando a tener un mejor control de la diabetes, reduciendo los niveles de glucosa en sangre ya que el músculo aumenta su utilización, además de la pérdida de peso asociada, la mejora en la elasticidad o en parámetros tan importantes como el autoestima y la salud mental.

En este punto hay que hacer una recomendación a las personas con diabetes y es que cuando vayan a realizar ejercicio, lleven algún brazalete o collar en el que digan que tienen diabetes y comentárselo a las personas con las que entrenen para estar al tanto de la situación por si ocurriera algo, actuar de la mejor manera.

Principales limitaciones ejercicio-diabetes

En este apartado habría que citar los siguientes casos:

–       Lesiones del sistema nervioso como neuropatías

–       Lesiones del rinón (nefropatía)

–       Diabetes descontrolada e impredecible: Glucemía >300 o presencia de cetona en orina

–       Diabéticos que no tienen en cuenta factores imprescindibles como dieta, ejercicio, reajuste de insulina o toma de hidratos de carbono durante la actividad deportiva.

¿Qué se puede hacer para evitar las hipo-hiperglucemis durante el ejercicio?

Seguramente, este sea uno de los apartados que más le interesa a la persona con Diabetes. Los beneficios son muchos y muy buenos, pero el temor a padecer estas situaciones límites puede resultar un impedimento. Por eso conviene dar unas pautas que puedan ser de referencia.

–       Verificar la glucemia antes de la práctica deportiva:

o   Si es menor de 100 mg/dl:

§  tomar un suplemento antes del ejercicio: fruta, galletas, bebidas energéticas…

o   Si está entre 100 mg/dl – 150 mg/dl:

§  Se puede realizar sin riesgo (controlando siempre la glucemia)

o   Si es mayor de 250 mg/dl:

§  Posponer el ejercicio y valorar la acetona en la orina.

–       Verificar la acetona en la orina (si la glucosa es mayor de 250 mg/dl):

o   Si es negativa: se puede realizar el ejercicio.

o   Si es positiva: se desaconseja el ejercicio.

–       Si la diabetes es descontrolada (mayor de 300 mg/dl o existe acetona en la sangre), se procede a administrar insulina rápida, se espera unas dos horas y se comprueba la glucemia y la acetona. Para esto hay que tener en cuenta:

o   Disminuir la dosis de insulina antes de la actividad, si lo requiere.

o   No inyectarse la insulina en una región muscular que será expuesta a una importante actividad.

o   Evitar el ejercicio físico en el momento del pico máximo de acción de la insulina.

o   Controlar la glucemia durante y después del ejercicio.

o   Tomar un suplemento de hidratos de carbono durante el ejercicio si este es prolongado (cada30-45 minutos aproximadamente).

o   Hidratarse bien

o   Aprender a reconocer las reacciones de la glucosa según los diferentes tipos de ejercicio.

o   Aumentar la ingesta de alimentos hasta las 24h después de la actividad, dependiendo de la duración e intensidad, para evitar la hipoglucemia tardía inducida por el ejercicio.

Aspectos que una persona con diabetes que haga ejercicio tiene que tener en cuenta

–       Hay que aumentar gradualmente la intensidad y la duración del esfuerzo muscular.

–    Hay que familiarizarse con los autocontroles de la glucemia para hacer cambios en la dosis de insulina y en los suplementos de hidratos de carbono antes, durante y después del ejercicio

–       El ejercicio potencia el efecto de la insulina por lo que reduce la glucosa en la sangre

–       No realizar ejercicio en el pico de máxima acción de la insulina.

–       No inyectarse la insulina en las zonas que realizarán más actividad física.

–       No realizar ejercicio en caso de hiperglucemia y acetona.

–       Extremar el cuidado de los pies con calzado adecuado para evitar lesiones

–       Beber agua para evitar la deshidratación

–       El ejercicio es uno de los pilares del tratamiento de la diabetes

–      Toda persona con diabetes tipo 1 o 2, puede y debe realizar ejercicio, siempre y cuando no sufra otros trastornos que se lo impidan.

Para no extenderme, adjunto enlace para descargar un formulario que editó el Grupo de Trabajo de Diabetes y Ejercicio de la Sociedad Española de Diabetes que recoge de manera detenida estas y muchas otras cuestiones en relación con el tema en cuestión

Descargar texto

Otras publicaciones sobre la Diabetes en www.juantoral.com

Diabetes ¿Qué es?

Diabetes: tratamiento

Diabetes y complicaciones

 

BIBLIOGRAFÍA

Diabetes y ejercicio. Biblioteca SED

American Diabetes Association. Standards of medical care in diabetes. 2014. Diabetes Care. 2014;37:S14-S80.

Kirk S. The diabetic athlete. In: Miller MD, Thompson SR, eds.Kirk S. The diabetic athlete. In: Miller MD, Thompson SR, eds. DeLee and Drez’s Orthopaedic Sports Medicine: Principles and Practice. 4th ed. Philadelphia, PA: Elsevier Saunders; 2014:chap 21.

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