Categoría: Reflexiones
Escrito el día 06-octubre-2014 por Juan Toral
Y lo que parecía imposible se hizo posible. El ébola, ese virus que parecía cebarse con el tercermundo, ha hecho las maletas y en la tarde de hoy se ha confirmado el primer caso en Europa, en nuestras fronteras, concretamente en una técnico sanitaria del Hospital Carlos III de Madrid que atendió al religioso Manuel García Viejo.
Con el guión entre las manos bien ensayado y una voz aséptica aprendida en las arduas horas en las que los políticos se preparan con los mejores profesores de interpretación, la ministra Ana Mato comparecía esta tarde para informar sobre este primer caso de contagio de ébola
en Europa de la auxiliar de enfermería que se encuentra ingresada en el Hospital de Alcorcón. Su comparecencia ha sido corta y el mensaje tan básico como elemental ha seguido las normas que nos enseñaban en el colegio sobre una buena narrativa de principio-desarrollo-final: ha comenzado comunicando a los allí reunidos que se ha aislado el primer caso tras lo cual ha explicado quién era la paciente. Pasa a dejar claro en lo que puede parecer una maniobra de en defensa propia, que desde el comienzo se puso en marcha el protocolo del virus del ébola establecido por la Comunidad Autónoma de Madrid. A continuación simula coger el mando asegurando sin entrar en más detalles de que todos los dispositivos están trabajando de manera coordinada para llevar la mejor atención a la paciente y también para asegurar la seguridad de todos los ciudadanos del país (un ciudadano, un voto). Nuestra Ministra asegura e indica tener certeza de que se están tomando todas las medidas para la mejor atención y pasa a parafrasear el mítico estamos trabajando en ello indicando que están trabajando sobre la fuente de contacto e indagando si se cumplieron todos los protocolos establecidos, aunque a la vista del resultado del día de hoy, es más evidente que éstos fallaron o fueron insuficientes, aunque la Ministra no entra en más detalles al respecto. Con el papel del guión entre las manos en todo momento anuncia a la prensa que en breve cederá la palabra a los especialistas, que aunque ella es la Ministra de Sanidad parece que son otros los que tienen que dar las explicaciones se puede llegar a entender entre líneas, pero antes quiere dejar claro tres cosas antes de finalizar su breve comparecencia:
1) Existe una absoluta coordinación nacional e internacional
2) España colabora activamente siguiendo las indicaciones y colaboraciones de la OMS
3) Quiere trasladar un mensaje de seguridad a todos los españoles y españolas: los profesionales sanitarios están magníficamente formados y existe una capacidad tanto técnica como organizativa para hacer frente al virus del ébola.
Y con esto y un bizcocho, Ana Mato despeja el balón al tejado de los allí subidos al estrado junto a ella: María Teresa Fernández Vinuesa, directora general de Salud Pública; Rafael Pérez Santamaría, director gerente de la Paz, Antonio Alemany, director general de Atención Primaria de la CAM, Jose Ramón Arribas, responsable de Enfermedades Infecciosas La Paz, Francisco Arnalich, jefe de Medicina Interna de la Paz y Yolanda Fuentes, subdirectora general del hospital Carlos III.
Los artículos de esta web deberían ser quizás más asépticos ya que hay evidencias sólidas de que no mojarse te hace no correr riesgos innecesarios, pero por una vez voy a saltarme la censura autoimpuesta y es que qué quieren que les diga, me esperaba más nivel de la persona que nos representa, tanto a los sanitarios en particular, como a los españoles en general. Porque está claro que el mensaje de seguridad defendido por Ana Mato no puede ser cierto cuando se ha confirmado un caso secundario de contagio del virus del ébola, precisamente en la manipulación del religioso Manuel García Viejo, al que el hospital Carlos III recibió con anticipación e información más que suficiente para intentar asegurar la seguridad del protocolo. Cualquier caso de contagio sería una imprudencia ya que teóricamente, todos los equipos sanitarios estaban informados y cada hospital y centro sanitario debía de tener claro el protocolo a seguir, pero es especialmente grave que el primer contagio se haya producido en éste en el que las cartas ya venían marcadas. Hubiera sido igual de grave si se hubiera producido ante cualquier infectado por el ébola que hubiera aparecido en la puerta de Urgencias, pero en este caso tan programado y dirigido es sonrojante y delictivo. Así que no vale con que la Ministra Mato asegure que los profesionales sanitarios estamos magníficamente formados (que lo estamos) y que existe una capacidad técnica y organizativa más que suficiente, porque ha quedado claro que no es así. Y es que entre tanto recorte, tanto maltrato a los profesionales sanitarios, tanta marea y tsunamis en defensa del bien común, y ante las condiciones en las que médicos, enfermería, auxiliares, celadores, administrativos, técnicos sanitarios…tienen que desarrollar su actividad día a día, parecemos Leónidas y sus 300 espartanos, expuestos ante el peligro de los malvados virus y patología a la que nos entregamos en cuerpo y alma.
Versa una película de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Todas las personas que decidimos dedicarnos a esto sabíamos los riesgos a los que nos veríamos expuestos a lo largo de nuestro historial profesional, pero por favor, un poco de decoro y responsabilidad. Si la Ministra fuera seria, o la prensa lo suficientemente seria, exigente, independiente y responsable, Ana Mato debería dimitir ipso facto ya que bajo su mandato se han producido más de un error, muchos y de grandes repercusiones sociosanitarias. Porque un cargo no puede ser inmune al intento de desmantelamiento de la salud pública, porque una Ministra que alega no conocer la existencia de un jaguar (por muy exmarido en pasado continuo) y una macrofiesta de 4680€ en lanzamientos de confeti no puede comandar una presa tan seria como la de ser cabeza visible de todo un Ministerio de Sanidad (un país con buena educación y salud, será un país de bienestar).
Por todo esto, y por la letra pequeña que no aparecerá en esta entrada pero que está en la hemeroteca, Ana Mato, si tuviera decoro, hoy mismo dimitiría de su trona como hace unos días hiciera Gallardón, que a fin de cuentas no se debe de vivir tan mal alejado de los focos con los 8500 € mensuales que ha comenzado a cobrar el anterior Ministro de Justicia que abortó de su responsabilidades.
Y para cerrar este canto desesperado de frustración, dejo en el aire una pregunta. ¿Es que no ha existido ningún seguimiento en los profesionales que estuvieron en contacto con el religioso Manuel García Viejo? La realidad supera a la ficción. Hoy la técnico sanitaria se ha presentado en Urgencias del Hospital de Alcorcón donde se ha confirmado las sospechas más pesimistas, y el ébola, la enfermedad que está devorando África ya está ante nosotros. Y es que ya lo dicen las cajetillas de tabaco, las Autoridades Sanitarias perjudican seriamente la salud
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