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Fascitis Plantar: cuando caminar es un suplicio

Categoría: Enfermedades

Escrito el día 15-julio-2020 por Juan Toral

Hay personas para las que el inicio del día es un suplicio: gente que nada más apoyar el pie en el suelo comienzan con unos dolores en forma de punzadas que le recuerdan que cada paso será un pequeño infierno ya que las punzadas o las palpitaciones en la planta del pie estarán acompañándole. Y es que por desgracia, la fascitis plantar es una patología bastante incapacitante y frecuente, por lo que muy atentos a lo que voy a contarte en este post.

Si no has tenido jamás este dolor que te cuento en la planta del pie, no cantes victoria tan pronto y es que por estadística, se calcula que 1 de cada 10 personas sufrirá fascitis plantar a lo largo de su vida. Si encima usas calzados planos o pesados, o sueles practicar ejercicios de impacto en el pie como por ejemplo correr, las papeletas aumentan, así que lo mejor es que leas este post e intentes poner en práctica aquello del «más vale prevenir que curar«

Qué es la fascitis plantar

Para explicar qué es la fascitis plantar, antes tienes que saber que es la fascia plantar. En cada planta del pie tenemos esta telilla conocida como fascia plantar, que sería como una especie de almohadilla anatómica que va desde el talón hasta el inicio de los dedos. Todo lo que existe en nuestro cuerpo tiene su razón de ser y la fascia plantar es fundamental para una acción tan imprescindible como es caminar ya que se encarga de mantener la curvatura del arco plantar, lo que contribuye a absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo. Además, se encarga de proteger los metatarsianos evitando un exceso de flexión de los dedos. 
En Medicina, cuando veas que una palabra termina en -itis significa inflamación, por lo que la fascitis plantar se traduce como la inflamación de esta fascia plantar.

Síntomas para saber que lo mío es una fascitis plantar

Una fascitis plantar duele mucho, sobre todo nada más apoyar los pies tras dormir y también si estamos mucho rato de pie o caminamos bastante rato. Hay personas que definen el dolor como agujas, otras como si le clavaran algo o como palpitaciones. El dolor suele localizarse en la zona de la planta del pie o en el talón. Lo característico de este dolor es que suele ir disminuyendo un poco en intensidad a medida que avanza el día y también con el reposo. El motivo de esto es porque al dormir, el pie está ligeramente flexionado y esto hace que la fascia se relaje.

Es también característico que el dolor de la fascitis disminuya si caminamos de puntilla. Y empeora si caminamos descalzos.

Por qué hay personas que desarrollan una fascitis plantar

Las dolencias típicas de la fascitis suelen tener cierta predilección por gente que realiza ejercicio repetitivo de impactos contra el suelo como correr o el senderismo. También parece demostrado que pesar más de la cuenta contribuye a que la fascia se inflame ya que el peso, indirectamente, en cada paso que damos, hace que la fascia tenga que trabajar más para amortiguar los kilos de más. 

Existen también causas anatómicas que pueden contribuir al desarrollo de esta dolencia. Una de ellas es que exista un espolón calcáneo (me tomo nota y otro día prepararé un post sobre él). Personas con los pies planos también sufren más esta dolencia ya que la capacidad para absorber el impacto con el suelo es menor al tener las estructuras de la planta del pie menor elasticidad. Además hay casos de un tendón de Aquiles más corto de lo habitual que hace que esté más tenso, o la existencia de debilidad o pérdida de masa muscular en músculos del gemelo como por ejemplo el sóleo, que intervienen en la flexión de la planta del pie por lo que pueden dejar de actuar todo lo bien que se necesita para evitar el desarrollo de una fascitis plantar.

La edad es otro factor a tener en cuenta ya que a más edad, la fascia va perdiendo elasticidad y por lo tanto pierde capacidad para poder adaptarse y amortiguar, lo que le hace.

Creo que tengo fascitis plantar ¿Tengo que hacerme pruebas?

En principio no es necesario ya que la clínica suele ser suficiente. En ocasiones se podría pedir una radiografía sobre todo si el dolor es en la zona del talón para descartar la presencia de un espolón calcáneo. Un estudio de la marcha o la pisada para ver si hay un pie plano también puede ayudar al igual que una ecografía o una resonancia…pero estos tipos de estudios se reservan para casos contados que responden mal al tratamiento.

Llegamos seguramente al momento que estabas esperando. Ya tengo la fascitis plantar:

¿Qué puedo hacer para que el dolor desaparezca?

Antes de empezar a dar recomendaciones te tengo quedar noticias: una buena y otra mala: la buena es que en la mayoría de las ocasiones los síntomas terminan mejorando de manera espontánea; la mala es que lo habitual es que los síntomas te acompañan durante meses.

La primera medida será evitar el uso de calzados planos como por ejemplo unas chancas, mocasines o manoletinas. Andar descalzo tampoco es una buena opción. 

El reposo es otro aliado al igual que aplicar hielo sobre la zona, medidas que ayudarán a disminuir la inflamación de la zona.

Ni que decir tiene que si hay un origen traumático o mecánico, lo aconsejable es evitar las actividades que supongan un impacto repetitivo como por ejemplo correr o saltar. No quiere decir que tengamos que hacer reposo absoluto, ya que por ejemplo nadar o la bicicleta son buenas opciones en este tipo de casos.

Otra opción que puede aliviar bastante el dolor es el uso de plantillas de silicona. Lo ideal es que sea el médico quién te las recete y que en la Ortopedia te las hagan a tu medida, por si hubiera alguna deformidad como por ejemplo un pie plano o cavo, corregirlo. En ocasiones, además de las plantillas de silicona durante el día, por la noche se puede usar una férula nocturna, sobre todo en casos donde nada más despertarse, se comienza con el dolor.

Tomar algún antiinflamatorio puede aliviar en parte (aunque según los protocolos no hay gran nivel de evidencia) pero en estos casos sobre todo será fundamental realizar un programa de ejercicios que podemos hacer en nuestra propia casa y de manera sencilla. Hay que intentar ser metódicos y todos los días dedicar unos minutos a realizarlos, ya que han demostrado su efecto beneficioso si se realizan durante tres meses. Su misión será la de estirar y fortalecer la fascia.

Toma lápiz y papel y no olvides ver el videotutorial ya que allí he grabado cómo serían los diferentes ejercicios que debes realizar:

  1. Sentado en el suelo (o sobre una colchoneta) pasa una toalla o venda elástica sobre la base de tus dedos y flexiona y extiende el tobillo. Realiza 3 series de 15 repeticiones, dos veces al día.
  2. Congela una botella de agua, ponla en el suelo y písala con la planta de tu pie, desplazándola hacia delante y hacia atrás. Haz este ejercicio durante 2 minutos, dos veces al día
  3. Coloca el pie sobre una toalla e intenta arrugarla con los dedos hacía ti. Realiza 3 series de 15 repeticiones, dos veces al día
  4. Agarra con tu mano los dedos del pie y ténsalos. Cuando lo tengas, con el pulgar de la otra mano, haz un masaje con presión constante en círculos. Haz este ejercicio durante 2 minutos, dos veces al día.
  5. Parecido al ejercicio de la botella de agua congelada, pero con una pelota de tenis. Ejerce presión sobre ella mientras desplazas el pie. Haz este ejercicio durante 2 minutos, dos veces al día.
  6. Apoya el pie sobre la pared y estira los dedos, notando como aumenta la tensión en la planta del pie. Cuando lo notes, mantén dicha postura 30 segundos. Realiza 3 repeticiones, dos veces al día

En principio con el tratamiento conservador (plantillas, reposo, frío y ejercicios) el dolor debe mejorar en 3 meses. Si no es así, habrá que pasar al siguiente paso y puede que sea necesario por ejemplo medidas más invasivas, como por ejemplo que te infiltren en la zona corticoide y anestésico. Esto será un remedio de emergencia ya que no se pueden realizar más de 3 infiltraciones. 

Si pese a todo no hay mejoría, quizás sea necesario pedir cita con un especialista como podría ser un/a Traumatólogo/a especializado en pie que valorará si hacen falta pruebas de imágenes más específicas como una ecografía o una resonancia y tratamientos como la toxina botulínica, el plasma rico en plaquetas o en casos muy rebeldes, incluso pasar por quirófano para solucionar el problema. Aunque como he dicho al principio, pasados unos meses, los síntomas suelen terminar remitiendo y no hace falta llegar a este punto.

Espero que repases los ejercicios del vídeo y que los pongas en práctica ya que serán mucho más efectivo que tomar pastillas. Si tienes algún tipo de duda al respecto, te recuerdo que tengo consulta médica online por 15€ y que puedes disponer de promociones de tarifa plana de consultas durante 3 o 6 meses por menos de 10€ al mes.

La entrada de hoy la quiero terminar con un poema de Machado, en honor a todas las personas que sufren este molesto dolor al andar.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

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