Categoría: Reflexiones
Escrito el día 23-diciembre-2014 por Juan Toral
Cuando Diciembre languidece, la Navidad toma acto de presencia. Días de ilusiones renovadas, de nuevos promesas en forma de propósitos, de cambiar el tiempo verbal de nuestros pensamientos y sustituir el singular por el plural. Y es que en Navidad todos nos quitamos uniformes y armaduras adoptadas para la lucha del día a día y nos disfrazamos del niño que en su día fuimos.
Desde este rinconcito que comparto al mundo, quiero aprovechar para felicitarle las fiestas a toda persona que accidental o intencionadamente se haya topado alguna vez con alguna de las líneas que esto escribe. Deseo de corazón que los buenos propósitos navideños sean una realidad del 2015, que entremos en un buen año, donde lo justo sea la norma, donde la equidad sea medida universal, donde las tijeras pierdan su filo para tanto recorte, donde las cifras y tendencias inviertan su flujo y la gente abandone la incertidumbre de su hogar en forma de desempleo y contribuya con su trabajo a la recuperación de este país acomplejado por la cantinela que tantas vemos nos han tarareado y que hemos terminado creyéndola.
Y cómo no, desear salud para todos, ese bien preciado que tan sólo se valora cuando se pierde. Y es que los motores de la vida no se compran pese a que muchos estarían dispuestos a pagar fortunas. Amor y salud para todos. Que así sea
(el vídeo es del año pasado, pero era difícil superar el anuncio de la Lotería de Navidad de esta año)
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