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Leche: una necesidad ¿real o creada?

Categoría: Reflexiones

Escrito el día 17-marzo-2016 por Juan Toral

Vivimos en una sociedad láctea. Desde pequeños nos han educado con la convicción de que la leche es un alimento imprescindible para una buena salud: vital para la infancia, que hace a las personas más sanas debido a sus propiedades inmunológicas y construye una armadura cálcica en nuestros huesos que resulta muy importante a medida que los años marcan su impronta en nuestro cuerpo. ¿Pero eso de que el consumo de leche es esencial para un buen desarrollo es así? ¿Existe una necesidad real o nos han creado una dependencia que se transmite en forma de cultura general?

Llevaba mucho tiempo detrás de esta polémica entrada que tantos debates ha despertado y despertará. Tras leer, informarme, analizar y criticar me tiro al barro en forma de mis reflexiones en voz alta que supongo generarán tantos detractores como seguidores.

Hace unos meses me encontraba en un supermercado y vi en el stand de los productos lácteos como el Gobierno Canario recomendaba el uso de productos lácteos “usando” el perfil de marketing de una conocida marca comercial. Algo me rechinó en todo eso, como lo mismo me ocurrió tras ver el documental Feed Up donde muestran un curioso caso con el queso:

“En los años 80, la industria alimenticia americana comenzó a quitar la grasa de sus productos tras la publicación del polémico informe de McGovern en la que las madres se concienciaron de los efectos de la alimentación en la salud y empezaron a dar leche desnatada. Para esto, la leche tuvo que descremarse. Esta nata extraída de la leche no se desaprovechó y se convirtió en queso. A medida que aumentó la demanda de leche desnatada, el gobierno vio como sus depósitos de queso aumentaban sin saber muy bien qué hacer con este producto. En vez de tomar la decisión de frenar la producción se ideó una estrategia para fomentar la venta de queso. El gobierno americano creó Daily Management en 1995 para actuar como un brazo de comercialización de la industria láctea. Para ello contó con la financiación de granjeros y la supervisión del departamento de Agricultura, por lo que los supermercados sufriendo un boom de quesos atractivos en formas, texturas y colores imaginables. Al mismo tiempo la USDA fomenta el consumo de queso como la realización de ejercicio para evitar la epidemia de obesidad”

¿Son los gobiernos cómplices de todo esto? ¿Existe un conflicto entre la salud pública y la promoción de la agricultura?

No menos curioso me parece la campaña que sacó el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de España en 2013 tras ver como el consumo doméstico había descendido más de 600 millones de litros en los últimos 13 años. Bajo el título #MeGustaLaLeche se inició una campaña ara promover las virtudes de la leche para mejorar la percepción del consumidor de los productos láctoes como productos de alto valor nutritivo y de calidad garantizando la sostenibilidad a largo plazo del sector.

¿A quién no le han dicho alguna vez lo de “niñ@ tómate la leche”. El remedio a cualquier mal: un catarro, la garganta irritada, dificultad para conciliar el sueño…Daba igual que hubieras cenado un mastodonte o que volvieras a casa de fiesta con alguna copa de más…allí estaba la nota de tu madre y el vaso de leche preparado para antes de ir a la cama. Si eras capaz de esquivarlo por un despiste intencionado, a buen seguro que el vaso te esperaba por la mañana…Y es que estoy seguro de que lla leche ha marcado la infancia de muchos de nosotros.

Antes de empezar a entrar en reflexiones personales, quiero hacer un recorrido de lo general a lo particular. Qué es la leche, para qué sirve, recomendaciones actuales… sentenciar de entrada, elegir entre lo blanco o lo negro deja a un lado una amplia gama de tonalidades que siempre deben de tenerse en cuenta para ejecutar una sentencia. Así que empecemos el análisis

 

¿Qué contiene la leche?

La leche de vaca es un alimento muy completo que contiene cantidades considerables de proteínas, grasas saturadas, azúcar (lactosa), agua, vitaminas D, B y A, minerales como calcio y fósforo y una decena de sustancias hormonales. En 2011 la US National Libraty of Medicina National Institutes of Health publicó un estudio donde demostraba que la leche contenía antiinflamatorios, betabloqueantes, hormonas y antibióticos

Una taza (44 gramos) de leche, contiene:

–               Calcio: 276 mg, o sea 28 % de la cantidad diaria recomendada (CDR)–              

–               Vitamina D: 24 % de la CDR

–               Riboflavina (B2): 26% de la CDR

–               Vitamina B12: 18 % de la CDR

–               Potasio: 10 % de la CDR

–               Fósforo: 22 % de la CDR.

Además contiene cantidades decentes de vitaminas A, B1 y B6, selenio, zinc y magnesio.

Esto incluye 146 calorías,  8 gramos de grasa, 8 gramos de proteína animal de alta calidad y 13 gramos de carbohidratos.

 

Recomendaciones de la OMS

La Organización Mundial de la Salud recomienda:

–               2 raciones de lácteos diarias para el adulto

–               1 litro de leche o derivados pueden tomar niños y mujeres embarazadas o en periodo de lactancia

Ejemplos de 1 ración de lácteos: 1 vaso de leche, 80 gr de queso fresco, 2 petit suisses, 1 cuajada, 200 gr de flan

En España la recomendación es de 800 mg al día (2 vasos de leche)

 

Somos el único animal que seguimos tomando leche

Esto es una moda muy extendida en la raza caucásica, aunque menos en otros continenetes como Asia o África. La leche de vaca está concebida para permitir un crecimiento rápido de los terneros. A los 8 meses suele producirse el destete, pero antes la leche cumple su misión: el peso aumenta una media de 400 gr diarios el primer mes y 1 kg al día a partir del tercer mes; a los 5 meses el ternero ha cuatriplicado su peso, y al año multiplica su peso de nacimiento por 8, momento en el que está asegurada a autonomía del animal, algo que no ocurre en los humanos, ya que al año seguimos siendo dependientes de nuestra madre por lo que se nos considera aún lactantes.

Los humanos somos la única especia que consume leche siendo adultos y además somos la única especie que consumimos leche de otro animal.

La leche de vaca es el alimento perfecto, sobre todo si eres un becerro

 

Beneficios asociados a los lácteos

Los principales beneficios se observan en el concepto oral-maternal. La leche nos evoca a nuestra madre, al amamantamiento, al sentimiento de protección y seguridad que sentimos en nuestro periodo lactante. Con la fermentación de la leche se consiguen bacterias bacilo que contribuyen en cierta medida en la microbiota humana

 

Efectos que no son beneficiosos de la leche

Parece que la leche solo tiene defensores, pero si analizamos detenidamente su composición, podemos ver una serie de factores no esperables: (1)

–               Beber leche de vaca aumenta los niveles en sangre de Insulina: debido a la hormona del crecimiento que contiene la leche.

–               Hay estudios que concluyen diciendo que la leche aumenta los riesgos de desarrollar diversos tipos de cáncer como el de próstata u ovario por el paso a la sangre del IGF.1 (sustancia presente en la leche)

–               Beber demasiada leche interfiere en la absorción de hierro por lo que puede predisponer a estados anémicos

–               La grasa contenida en los productos lácteos aumenta el acné

 

Cuando no tomar leche no es sinónimo de osteoporosis

El calcio es el principal mineral de nuestros huesos por lo que en principio, los lácteos son la mejor fuente de calcio en la dieta. Por lo tanto parece lógico pensar que los derivados de la leche con muy beneficiosos para nuestra salud ósea.

Es importante consumir calcio, ya que es el principal componente mineral de nuestros huesos. El 99% del calcio de nuestro cuerpo se acumula en nuestra estructura ósea, mientras que el 1% restante es fundamental en procesos que afectan a la transmisión neuronal, así como al funcionamiento del corazón. La School of Public Health dicta que el calcio disminuye el riesgo de osteoporosis y de cáncer de colon, pero una ingesta excesiva como hemos citado anteriormente puede aumentar el riesgo de cáncer de próstata y “posiblemente” el de ovario.

Hay voces críticas como las del Dr. David Katz (Universidad de Yale) que defiende que existe una clara evidencia de que el consumo de lácteos no es esencial para un ser humano adulto. Y es que se ha demostrado que en poblaciones que beben bastante agua, realizan ejercicio y están expuestos a la luz solar tienen huesos y corazones más fuertes con menos tasas de cáncer, infartos y diabetes.

El gobierno de EEUU recomienda 3 vasos de leche al día pero hay estudios comparativos que demuestran que en otros países con un consumo menor pero con mayor exposición solar, existen menos índices de osteoporosis debido a la mejor absorción de la vitamina D solar.

Aunque existe controversia con ciertos estudios disidentes, parece que existen numerosos estudios que demuestran que los productos lácteos tienen ciertos beneficios para la salud ósea (3) ya que mejora la densidad ósea en los jóvenes y bajan el riesgo de fracturas en los ancianos. Pero si tenemos en cuenta otros efectos no beneficiosos (como las mayores tasas de cáncer o enfermedades cardiovasculares)

Si hay estudios que demuestran que las personas que beben un vaso de lecho o menos a la semana no presentan riesgos de fractura respecto a los que toman más, deberíamos preguntarnos si es que en occidente no estamos tomando demasiada leche

¿No sería mejor buscar el calcio de otra fuente que no sea la leche?

 

Conclusiones de un estudio español sobre osteoporosis y ancianos (4)

Si el objetivo es disminuir la incidencia de fracturas óseas en estos pacientes, debemos conseguir una dieta adecuada en todos los aspectos, y especialmente en cuanto al aporte de calcio y vitamina D, sin olvidar por ello la prevención del riesgo cardiovascular.

En el anciano sin osteoporosis buscaremos en primer lugar un aporte adecuado a través de la dieta, recomendando el uso de lácteos y otros alimentos enriquecidos en vitamina D. En nuestro país se ha estimado el consumo diario de calcio en esta población en alrededor de 1.200 mg/día de calcio total24 o en 800 mg/día de calcio proveniente de la leche25. El consumo de calcio no procedente de lácteos es de 300-400 mg al día, por lo que en la población que no ingiere lácteos es recomendable un aporte en torno a los 1.000 mg de calcio y al menos 600 UI de vitamina D al día.

En el anciano con osteoporosis, e independientemente de medidas como la instauración o no de tratamiento con fármacos antirreabsortivos (difosfonatos, raloxifeno, calcitonina), deberá asegurarse un suplemento de al menos 500 mg diarios de calcio y 400 UI de vitamina D, hasta conseguir aportes diarios que, al menos, alcancen valores de 1.500 mg de calcio y 800 UI de vitamina D. Es decir, administraremos 500-600 mg de calcio y 400 UI de vitamina D en pacientes con ingesta adecuada de calcio, y el doble de estas dosis en aquellos ancianos que no ingieren lácteos habitualmente.

 

Donde encontrar calcio fuera de la leche

Las últimas corrientes están planteando sustituir la leche como fuente de calcio por otros alimentos ricos en este mineral, De forma general distinguimos grupos alimentarios ricos en calcio:

–               Bebidas vegetales

–               Zumos

–               Sardinas y salmón en lata

–               Verduras de hoja verde ya estén crudas o cocidas al vapor

–               Frutos secos

–               Agua mineral con calcio

 

Estamos creando una sociedad intolerante a la lactosa

Como dijimos al principio, la leche contiene lactosa que es un disacárido que nuestro organismo lo descompone en otros más pequeños para poder digerirlo. Uno de estos productos es la lactosa. Al ser algo que no se considera “natural” (beber más allá del destete) muchas personas están desarrollando una intolerancia a la lactosa, con las consiguientes molestias digestivas típicas en estas personas como sería la acidez, los ardores, las flatulencias, diarreas o inflamación.

Alrededor del 75% de la población mundial es intolerante a la lactosa: en la infancia, nuestro cuerpo produce la lactasa que es la enzima digestiva que digiera la lactosa de la leche materna, pero 3 de cada 4 personas suelen perder esta propiedad al hacerse mayores. No es que ahora haya más intolerantes a la lactosa, sino que ahora disponemos de los medios para llegar a su diagnóstico

La leche por lo tanto sería buena para los adultos que retienen la capacidad de digerir la lactosa pero no para el resto (que es la mayoría).

 

La leche ya no es un alimento saludable

La Universidad de Harvard (Harvard Medical School for Public Health) ha retirado los productos lácteos de la lista de alimentos saludables indicando que su consumo debe ser limitado. (2)

 

Conclusiones personales

En relación a los lácteos, como suele ocurrir con casi todo en la vida no valen los sentencias absolutas. Los efectos sobre la salud y sus beneficios sobre todo se obtendrían en las personas que no han desarrollado una intolerancia a la lactosa.

Más allá de debates holísticos sobre si los humanos somos los únicos seres vivos adultos que seguimos bebiendo leche (tampoco hay ninguna otra especie capaz de hornear pizzas) lo que sí debemos de asegurarnos es de consumir lácteos de calidad, con todas sus grasas y preferentemente provenientes de vacas alimentadas a hierba. Los lácteos bajos en grasa (que usualmente están llenos de azúcar) parecen ser una mala elección, ya que los principales efectos metabólicos nocivos de los lácteos tienen que ver con sus componentes grasos. El consumo de leche es importante, pero también lo es el sol o el ejercicio físico a la hora de prevenir la osteoporosis. Que cada uno decida si quiere entregar su salud a los derivados lácteos o quiere complementar el calcio en la amplia gama de productos existentes.

 

 

¿Y tú que opinas? Comenta y comparte sobre el debate #LecheSiLecheNo

 

BIBLIOGRAFÍA

(1)      Cohen R. Milk the deadly poison. Argus Publishing. EEUU. 1998

(2)      Informe Harvard Medical School for Public Healt: Healthy Eating Plate

(3)      Baran D, Sorensen A, Grimes J. et al. Dieatry modification with dairy products for preventing vertebral bone loos in premenopausal women: a three-year prospectiva study. J Clin Endocrinol Metabol. 1990; 70(1): 264-70

(4)      Casals JL., Panero Hidalgo P, Moreno Martínez F et al. Necesidades de calcio y vitamina D en ancianos con osteoporosis. Semergen. 2006:32(2):63-7

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