Categoría: Enfermedades
Escrito el día 28-diciembre-2016 por Juan Toral
Aunque no es algo exclusivo de la Navidad, es cierto que en estas fechas el riesgo de sufrir un atragantamiento se dispara. Comilonas, uvas, alcohol, reuniones…y un simple despiste puede hacer que la fiesta se vea interrumpida ante el sufrimiento de la persona que sufre un atragantamiento.
Aunque la reacción inicial sea la de golpear la espalda o intentar meter los dedos para sacar lo que ha producido el atragantamiento, tenemos que tener muy presente lo que hay que hacer y también lo que no hay que hacer. Y es que lejos de ser beneficioso, dar palmadas en la espalda o en el pecho puede resultar un error y lo único que puede conseguir es que la situación empeore y que por ejemplo, el cuerpo extraño se desplace aún más adentro.
En este sencilla sencilla entrada-videotutorial abordaremos cómo solventar un cuadro de atragantamiento.
La importancia de la tos
Empecemos con algo que parece simple pero que salva vidas. Lo primero será ver si la persona está consciente. Si lo está, antes de intentar cualquier heroicidad, ni compresiones, ni golpes ni nada por el estilo, lo aconsejable sería animarle a que tosa, que tosa con fuerza y todo lo que pueda. Y es que está demostrado que si la persona que se ha atragantado puede toser, lo mejor es que el propio reflejo natural de la tos haga su trabajo.
Si con esta medida no conseguimos alivio y la persona atragantada empieza a debilitarse o cansarse por la dificultad para meter aire en su organismo lo que dificulta la llegada de oxígeno al cerebro, el siguiente paso sería hacer la maniobra de Heimlich.
En casos de obstrucciones completas de la vía respiratoria por el atragantamiento, la persona no puede toser…y el riesgo de morir por asfixia es una realidad contra la que tenemos que poner remedio. Lo primero será intentar tranquilizar a la persona atragantada, actuar con calma y rapidez pero intentando explicándole que le vas a ayudar para que no se asuste lo que agravaría aún más la situación.
Maniobra de Heimlich: una técnica que salva vidas
Y en estas situaciones donde la tos no es efectiva y existe riesgo de morir por asfixia, el siguiente paso sería hacer la famosa Maniobra de Heimlich que es una técnica que consiste en compresiones que intentarán sacar el objeto asfixiante y desbloquear la salida y entrada de aire. La finalidad de esta maniobra es levantar el diafragma y obligar al aire a salir de los pulmones para crear una tos artificial. Esta tos mueve el aire a través de la tráquea, de esta forma empuja y expulsa la obstrucción fuera de las vías respiratorias y de la boca, resolviendo la crisis de asfixia.
La maniobra de Heimlich se realiza de la siguiente manera:
– Colócate de pie detrás de la persona que se ha atragantado.
– Rodea con sus manos la cintura de la persona: la mano derecha en forma de puño cerrado en la parte superior del abdomen de la persona afectada (a la altura de la boca del estómago, donde se unen las costillas), y la mano izquierda tomando el puño, rodeando con los brazos la base del tórax.
– Comprime el abdomen brusca y fuertemente tirando del puño apretado con un movimiento seco y rápido hacia arriba y hacia atrás con ambas manos.
(en caso de obesidad o embarazo en la última etapa, las compresiones hay que aplicarlas directamente sobre el pecho, en mitad del esternón)
– Repite la maniobra las veces que sea necesario hasta que la persona expulse el cuerpo extraño de su garganta o que pierda el conocimiento.
– En caso de que no consigamos expulsar el cuerpo extraño y la persona pierda el conocimiento, hay que pedir ayuda inmediatamente al teléfono de emergencias comunicando lo sucedido.
¿Qué hacer si somos nosotros los atragantados y no hay nadie para ayudarnos?
En ocasiones el que se atraganta puede ser uno mismo y estar sólo por lo que nadie le puede ayudar. El procedimiento inicial sería el mismo. Primero tosemos todo lo que podamos para ver si expulsamos el cuerpo extraño. Si no hay manera, tenemos que hacer una “auto” maniobra de Heimlich. Para ello clavamos o posicionamos el peso de nuestro cuerpo en el respaldo de una silla, de esta forma la presión dentro del pecho es incrementada rápidamente, forzando al objeto a salir fuera de la vía respiratoria.
Prevenir mejor que curar
Aunque en ocasiones no podemos evitar el atragantamiento, siempre se pueden seguir una serie de recomendaciones que disminuirían el riesgo de atragantarnos. Y es que como suele decirse, prevenir es mejor que curar.
Entre las medidas a seguir estarían:
– cortar los alimentos en piezas pequeñas
– masticar los alimentos lenta y completamente
– no reírse ni hablar mientras se mastica y traga
– evitar la ingesta excesiva de alcohol antes y durante las comidas
En el caso de bebés y niños, tome las siguientes medidas preventivas para evitar su atragantamiento:
– mantener las canicas, globos, monedas y otros objetos pequeños fuera del alcance de los niños
– evitar que los niños caminen, corran o jueguen con alimentos o juguetes en la boca
– no darles a los menores de 4 años alimentos que puedan fácilmente quedarse en la garganta, como nueces, trozos de carne, trozos de queso, uvas, dulces pegajosos, palomitas de maíz, etc
Ni en Navidades debemos bajar la guardia. Y es que compartir salud es regalar vida. A disfrutar de las campanadas y las uvas con la tranquilidad de que ante cualquier imprevisto sabremos actuar.
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