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Resaca

Categoría: Enfermedades

Escrito el día 01-enero-2015 por Juan Toral

Seguramente, muchos de nosotr@s nos hemos levantado con la lengua como un zapato, dolor de cabeza, nauseas y un malestar de cuerpo que creamos haber empezado el 2015 en cuesta. No, no estamos ante una intoxicación alimentaria, ni ante una gripe, lo que muchos tienen o tenemos se llama resaca y es consecuencia de la “alegría” con la que comenzamos etílicamente el año nuevo.

Todos hemos escuchado (o dicho) alguna vez  ese propósito de “ya no bebo más”, pero aún padeciéndola, puede que no todos sepan a qué se debe exactamente, por qué se produce y como evitarla. Como es lógico, el primer y único paso para que no padezcamos este desagradable síntoma es no beber, pero por si acaso, a continuación voy a intentar aclarar un poco sobre la resaca.

Se considera la resaca como la aparición de síntomas que se produce a las horas de haber bebido demasiado alcohol. Suele aparecer al levantarse de la cama y su clínica oscila entre sensación de mareo, sensación nauseosa, dolor de cabeza, sequedad de boca, zumbido de oídos, y malestar general. Además, si se coincide la toma de alcohol con fumar en exceso, estos síntomas pueden empeorar aún más.

Pero ¿por qué se produce la resaca? El dolor de cabeza se atribuye a los productos de degradación del alcohol ingerido que no es puro; las molestias gástricas se deben a la erosión de la mucosa del estómago debido al etanol, y se acentuarán si se han mezclado diferentes bebidas; la sed se debe a la eliminación de la vitamina B1. El cansancio o fatiga se debe a que el alcohol induce cambios en el metabolismo hepático que desembocan en una menor concentración de azúcar en sangre con tendencia a la hipoglucemia; una ligera hipoglucemia.

La deshidratación que sufre nuestro organismo, y sobre todo el cerebro, es la base de los síntomas. El alcohol inhibe el funcionamiento de unas hormonas antidiuréticas llamadas vasopresinas ADH (antidiuréticas) que controlan la reabsorción de agua mediante la concentración de orina. Al beber alcohol, el agua es eliminada en mayor abundancia al orinar llevándose consigo sales minerales y otros compuestos necesarios para el cuerpo. Cada órgano sufre lo suyo, pero como se ha citado anteriormente, es el cerebro el que más, ya que el resto de nuestro cuerpo recurre a este para obtener todos esos líquidos que ha perdido, lo que explicaría el desagradable dolor de cabeza. La resaca tiene respuesta en la ciencia y es que son dos las enzimas que intervienen en esto. La ADH le quita una molécula de hidrógeno a la molécula de etanol para convertirlo en acetaldehído, que es un compuesto tóxico. Tras esto, interviene la ALDH, para quitar otra molécula de hidrógeno y transformarlo finalmente en acetato.

Si el ritmo con el que se bebe es muy veloz, no le damos tiempo a la ALDH a metabolizar el acetaldehído, por lo que su concentración en sangre será mayor, siendo el causante de parte de los síntomas como náuseas, sudores, taquicardia o malestar generalizado.

La calidad del alcohol tomado también influye en todo este proceso y es que las bebidas alcohólicas contienen unas sustancias llamadas congéneres que se producen durante la producción del licor. Las bebidas de baja calidad tienen mayor cantidad de congéneres, por lo que hay que evitar el conocido como garrafón o mezclar diferentes productos alcohólicos ya que hace que aumente la diversidad y grado de congéneres. Se puede hacer un listado de más a menos resaca en función de su composición, ya que a misma cantidad de etanol final consumido se ha demostrado que de más a menos, se encontrarían: coñac, vino tinto, ron, whisky, vino blanco, ginebra, vodka, cerveza y etanol puro diluido en zumo de naranja.

Como he citado anteriormente, la única manera de evitar la resaca es no beber, pero a continuación, daremos algunos consejosImagen extraída de https://www.saluspot.com sobre su prevención. Conviene no beber antes de comer, ya que tendríamos el estómago vacío. Hay que beber a un ritmo al que el organismo pueda eliminar el alcohol. Es importante comer mientras se bebe, ya que así el estómago tarda más en absorber el alcohol, aunque no podemos caer en el error ya que no es cierto que el alcohol facilite las digestiones. En la medida de lo posible tendremos que evitar los combinados que contienen cola o cafeína, ya que la cafeína (excitante) anula el efecto inicial relajante del alcohol, incrementando sus efectos aunque inicialmente pueda aparecer de manera más larvada.

Las autoridades, recomiendan beber con moderación. Según los organismos competentes, las mujeres no deben consumir más de un trago al día y los hombres no más de dos. Un trago equivaldría a 355 ml de cerveza, 120 ml de vino o 44 ml de licor de 80º.

Pero ya es demasiado tarde, anoche nos excedimos y hoy tenemos la desagradable sensación de preferir morirnos tirados en el sofá que seguir aguantando la amalgama de síntomas que son el desagradable recuerdo de una noche de excesos. ¿Cómo podemos tratar la resaca?. Es recomendable un vaso de zumo de naranja ya que aporta una serie de vitaminas. Como se comentó inicialmente, el alcohol disminuye nuestro nivel de glucosa en sangre, por lo que una buena medida sería tomar zumos o alimentos con carbohidratos; también tomar alimentos suaves que no irriten aún más la mucosa del estómago, siendo la leche y el yogur buenas opciones. Hay otras opciones como la miel, bebidas isotónicas, que aún sin estar científicamente  demostradas, parecen minimizar los síntomas.

Hay que beber agua, mucho agua: antes, durante y después. El alcohol es diurético, estimula la glándula pituitaria haciendo que se segregue menos ADH como la vasopresina, haciendo que los riñones no absorban el líquido, aumentando la producción de orina, por lo que se suele terminar eliminando más líquido del ingerido.

Un analgésico tipo ibuprofeno puede ser útil, al igual que realizar algo de ejercicio (difícil en estas situaciones) o un baño relajante. Conviene no tomar Paracetamol o fármacos que pudieran contenerlo ya que pueden causar daño hepático cuando se combina con el etanol. El alcohol no mejora la resaca, hay que desterrar esa falsa creencia, ya que lo agrava, así que nada de alcohol el día después. Al beber nuestro organismo elimina Vitamina B1, por lo que convendría reponer su pérdida; podemos encontrar esta vitamina en alimentos como cereales, leche, legumbres o la carne.

En casos graves, la administración intramuscular de vitamina B6  acortaría (que no eliminaría), los efectos secundarios del alcohol.

Otra buena medida (si se puede) es dormir, como comúnmente se conoce, la mona y pasar así el tiempo que necesita nuestro organismo el alcohol, que lo hace a 7 gr/h. Normalmente es cuestión de tiempo que la resaca pase.

En términos generales, lo mejor para una resaca sería: descanso, beber mucho agua para hidratarnos, tomar sopa y alimentos que contengan fructosa

FALSO MITO:

Beber algo de alcohol el día siguiente mejora la resaca. Es normal sentir un leve síndrome de abstinencia al día siguiente, y quizás sí notarías un alivio momentáneo, pero significaría alargar todavía más el proceso de desintoxicación que debe seguir tu cuerpo.

CURIOSIDADES:

–       Hay estudios que indican que alrededor del 23% de las personas no sufren resaca

–       La mujer es más propensa a sufrir resaca. La mujer tiene menos grasa y menos músculo, y por lo tanto también menos agua, por lo que ante mismo nivel de alcohol ingerido, mayor es el grado deshidratación, por lo que su índice de alcohol en sangre es mayor, ya que hay menos cantidad donde diluirse.

–       Hay estudios que indican que las bebidas gaseosas empeoran la resaca, que ya abren el píloro haciendo que el alcohol se absorba más rápido, llegando antes al intestino delgado de donde pasa a nuestra sangre

–       El tabaco empeora aún más la situación: se desconoce la causa de este binomio, pero parece que tanto el alcohol como el tabaco liberan dopamina.

–       Las resacas nos salen caras. Según publicó la revista científica Annals of Internal Medicine en el año 2000, las resacas causaban en Estados Unidos unas pérdidas de unos 148 mil millones de dólares anuales, con una media de 2.000 dólares perdidos por cada varón trabajador (bajas laborales, descenso en la productividad… ) por lo que al final, todos pagamos el precio.

¡Feliz 2015!

Bibliografía:

–        Swift R, Davidson D. Alcohol hangover: mechanism and mediators. Alcohol Health Res World. 1998;22(1):54-60

–        J. Rodes, Tratado de hepatología clínica tomo II, 2da edición, editorial masson, pagina 1318-1320

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