Categoría: Humor
Escrito el día 06-agosto-2015 por Juan Toral
Hace unas semanas hablábamos en la web y entre todos construimos el #Topicomecum con las frases más descabelladas y recurrentes que se escuchan en boca de los pacientes en los Servicios de Urgencias. Hoy es el turno de diseccionar y elaborar las típicas expresiones que decimos l@s médicos una y otra vez a nuestros pacientes en forma de consejos o sentencias irrefutables. Bienvenid@s a este nuevo #Topicomecum
Las patologías tienen su tempo. Nos hemos acostumbrado a la moda de lo rápido, del resultado inmediato. Comemos fast food, devoramos telebasura…buscamos la inmediatez, el resultado y la satisfacción. Estos deseos los hemos ido interiorizando hasta convertirlos en un estilo de vida. Y en esto de la Medicina tampoco somos amigos de la incertidumbre. Queremos respuestas rápidas que nos tranquilicen, pero por desgracia no siempre es posible. Muchos síntomas son los primeros pasos de una enfermedad, pero en ocasiones se necesita tiempo para que esta de la cara y se pueda diagnosticar y atajar. Tanto el médico como el paciente debe saber moverse en esta incertidumbre e intentar reconocer síntomas de alerta que nos pongan en la pista para acortar lo máximo los tiempos…Mucha gente va al médico exigiendo el diagnóstico o la prueba de imagen definitiva, pero desgraciadamente no siempre es posible. La Medicina es un arte donde 1+1 no siempre es 2
Como si fuera la pócima mágica de Panoramix en Asterix y Obelix, el agua y una correcta hidratación parece ser el sambenito de los médicos. Pero en parte tiene su lógica. Somos 70% agua: es el elemento vital de la vida: nuestras células, nuestro organismo se sostiene por el equilibrio hídrico, por lo que parece tener lógica que el agua tenga también su importancia en los procesos curativos. Hidratarse, reponer el líquido perdido en ciertas situaciones como vómitos, diarreas, insolaciones, diabetes es clave para la mejora de los síntomas. También ocurre con los procesos urinarios como las infecciones o los cólicos. Y es que el agua, entre sus múltiples funciones tiene también la de depurar
Sin duda, uno de los medicamentos estrella y que no suele faltar en los botiquines de cada hogar. El paracetamol es un fármaco con propiedades analgésicas que actúa inhibiendo la síntesis de las prostaglandinas, que son las mediadoras celulares responsables del dolor. Además de su efecto contra el dolor, también tiene efecto para bajar la fiebre.
Por lo tanto, a priori es uno de los fármacos estrella, ya que con un solo medicamento se pueden controlar gran parte de los síntomas más comunes de patologías menores y de buen pronóstico.
Podemos encontrarlo en varias presentaciones ya sea como cápsulas, comprimidos efervescentes, gotas o supositorios.
Pero debemos evitar automedicarnos ya que si nos excedemos con la dosis pueden producirse efectos no deseados como afectación de la mucosa gástrica, fallos en la coagulación o importantes daños en el hígado, por lo que siempre su prescripción tendría que estar supervisada
Vivimos en continuo movimiento aunque paradójicamente cada vez seamos una sociedad más sedentaria. El estrés, las prisas son el pan nuestro de cada día. Estamos acelerados y esto repercute en nuestro organismo y en nuestra musculatura. En ocasiones la aparición de ciertos síntomas son pistas que da nuestro organismo para detenernos, para descansar y cargar las pilas. Debemos aprender a escuchar lo que nuestro cuerpo nos dice, saber interpretar las señales que manda para adelantarnos con el remedio a la enfermedad.
El reposo también es clave en los procesos traumatológicos en los que nuestro aparato locomotor (huesos, articulaciones, músculos, tendones, nervios) sufre, siendo parte fundamental para una satisfactoria recuperación el descansar y recobrar nuestras capacidades basales
En lo relacionado a los traumatismos, las medidas térmicas también son muy efectivas. Tanto o más que la medicación. Puede darse la controversia ya que a veces parecemos empeñados en confundir con la recomendación entre el frío y el calor.
La respuesta rápida es depende de cómo de reciente sea el dolor, de si es algo agudo o crónico. Por lo general, una nueva lesión provoca una inflamación en la zona afectada por lo que el frío suele ser ideal en estos casos ya que hace que se reduzca el flujo sanguíneo evitando en parte la inflamación.
El calor por su parte se recomienda para los dolores crónicos ya que estimula el flujo, favoreciendo una curación más rápida.
En líneas generales, primero suele optarse por el frío y luego por el calor. Tanto para uno como para el otro debemos de seguir unas precauciones y poner medios físicos de barrera para no lesionar o quemar las zonas expuestas por lo que se aconseja envolver antes para evitar la aplicación directa.
Tenemos la creencia errónea de que los antibióticos son letales para todos los procesos infecciosos, pero tenemos que tener en cuenta que la fiebre no siempre se produce por un proceso bacteriano donde los antibióticos, según la familia para atacar a según qué bacteria, si serían efectivos. Y es que los virus son grandes protagonistas en esto de las enfermedades infecciosas. Un simple catarro, una fiebre sin foco, algún dolor esporádico pueden producirse por procesos víricos para los que los antibióticos no tendrían efecto alguno
La labor del médico será distinguir unos de otros y hacer un buen diagnóstico diferencial. Es como el fontanero o el informático que va a tu casa, que toca una tecla y que te pasa la factura. No te cobra por el tiempo empleado, sino por los conocimientos y la utilidad de sus actos. Algo parecido ocurre con el médico que a veces pauta tan sólo Paracetamol y agua, pero detrás de esta prescripción hay años de estudio y una serie de diagnósticos en los que ha pensado para descartarlos en función de los síntomas y la clínica.
Las infecciones víricas son camaleónicas y pueden aparecer como un dolor articular, un catarro, un dolor de barriga, vómitos, diarreas o fiebre entre otros. La misión de los pacientes estará en vigilar estos síntomas de alerta y consultar en el momento oportuno y por su parte, la misión del médico será la de no bajar la guardia y prestar una correcta atención.
Vivimos en una sociedad que cada vez está más contaminada y enferma a nivel mental. Hay estudios que demuestran que 1 de cada 3 españoles toma ansiolíticos para intentar combatir la ansiedad. Parece que estamos acostumbrados a vivir en el alambre y que cada vez metemos más piedras en la mochila que cargamos día a día. Puede parecer un recurso fácil por parte del sanitario, pero muchos de los problemas que se llegan a la consulta tienen su origen en la cabeza, en el estado anímico. Todos de pequeños podíamos somatizar cuando estábamos nerviosos y tener el vientre suelto o dolores abdominales tipo cólico…pero actualmente, es tan el nivel y la carga de estrés que muchas de los síntomas tienen su origen a este nivel. Pérdidas de peso, procesos reumatológicos como la fibromialgia, predisposición a ciertas enfermedades ante la pérdida de capacidad inmunológica por parte de nuestro organismo…Y es que la cabeza puede ser la barrera de entrada de muchas enfermedades. Si descuidamos su cuidado, perderemos un filtro natural y viviremos además de enfermos, angustiados. Más que medicinas tenemos que intentar acudir a la raíz de nuestros problemas mentales para intentar cortarlos de raíz o al menos aprender a convivir con ellos. Una higiene en la salud mental es básica para que el resto de funciones corporales actúen de manera correcta. No debemos avergonzarnos por recurrir a profesionales o pedir ayuda. No es más valiente el que no la necesita, sino el que se atreve a pedirla.
Nunca hubo tanta gente apuntada a gimnasios, pero también nunca hubo tantas personas obesas. Vivimos en un mundo paradójico. Si echan una ojeada rápida por la calle verá que casi todas las personas que la transitan están pasadas de kilos. Puede parecer un mal menor, pero las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en los países desarrollados y España no iba a ser menos. Centramos la atención en los accidentes de tráfico, en el cáncer…pero estamos ignorando algo tan básico como los hábitos de vida que harían disminuir la aparición de enfermedades mortales como los ictus o los infartos de miocardio y la alta morbilidad y pérdida de calidad asociada que viene de la mano de enfermedades como la diabetes o la hipertensión mal controlada, la obesidad, la insuficiencia cardiaca o venosa…
Parecemos empeñados en delegar toda responsabilidad a la medicina y a las píldoras. Es como si tomar la pastilla para la tensión nos quitara responsabilidad y poder comer toda la grasa y el colesterol que queramos ya que creemos equivocadamente que estamos cubiertos por la pastilla de turno.
Debemos cuidarnos: perder peso, mejorar la alimentación, hacer algo de deporte, dejar el sillón y andar, prescindir tanto del coche y caminar. El tabaco y el alcohol está demostrado que aumentan la probabilidad de sufrir un evento adverso.
Al final, enfermar es una lotería, pero en nuestra mano está escoger con cuantos números queremos jugar a ver si nos toca
Estoy convencido y asumo sin que me de vergüenza que muchos pacientes saben más de su enfermedad que los profesionales. ¿Quién le va a decir a un diabético tipo 1 o a un paciente con fibrosis quística algo sobre su enfermedad que ellos no sepan? Normalmente este tipo de pacientes suelen ser responsables con su patología. Los profesionales de la salud debemos tener la humildad para aprender de estos pacientes ya que tienen mucho que decirnos.
En Medicina, lo más frecuente es lo más probable. Lo normal es que un paciente con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica se asfixie por un empeoramiento de su patología en vez de pensar de entrada en otro diagnóstico. Y es que esa frase de “eso es de lo suyo” puede resultar una coletilla para solventar la consulta, pero en la mayoría de los casos es verdad
Hora de entonar el mea culpa si eres varón. Los hombres en consulta muchas veces quedamos mal. Es cierto que parece claro que tenemos un umbral al dolor más bajo. Y es que la coletilla: tenías que ser mujer y dar a luz, te ibas a enterar de lo que es dolor. Pero también parece demostrado que los hombres nos desmayamos más cuando nos sacan sangre. Y es que está demostrado que parece que estos desmayos durante la extracción de sangre se relacionan con la hemofobia, donde la visualización o pensamientos sobre la sangre hacen que se desencadene miedo que active al organismo a intentar huir o afrontar el miedo y finalmente estas personas se decantan por la sensación de no tener escapatoria por lo que se produce el colapso.
Según un estudio, el 96 % de los que se marearon en 88.000 donaciones fueron hombres. En términos generales, uno de cada 81 donantes desencadenaron síntomas como mareos o sudor.
La edad también parece influir en esto de los desmayos y la sangre.
El 71,7 % de los que las padecen, tanto hombres como mujeres, tenían menos de 30 años.
Parece demostrado que la forma de vencer al miedo es enfrentarnos a él. Pero también parece eficaz que cuando sintamos los primeros síntomas nos tumbemos y elevemos las piernas para favorecer el retorno de la circulación.
El famoso chequeo. Que conste que yo soy un defensor de la importancia de una historia clínica ya que con una buena entrevista y una buena exploración se pueden conseguir altas tasas de una buena orientación que haga todo más fácil. Y es que escuchar al paciente nos da casi tanta, igual o incluso más información que los meros resultados de las pruebas solicitadas.
Pero también debo de reconocer que el típico chequeo, la analítica y el EKG de turno son un recurso útil para que el médico intente reorientar sus orientaciones diagnósticas y le ayude a hilar bien el diagnóstico o el seguimiento evolutivo del famoso colesterol, triglicéridos o la diabetes
Saber conjugar con maestría tanto la clínica, como la exploración y las pruebas complementarias es un arte que los sanitarios deben intentar saber equilibrar
Los Médicos de Cabecera son los peor parados en los últimos años. Las personas parecen haber olvidado la importancia de construir la casa con unos buenos cimientos y parecen que le tienen más fe al tejado. Nadie conoce a un paciente como su médico de familia, el de cabecera….El que conoce su historia desde hace años y le ha ido acompañando en todo este tiempo.
Es básico intentar recobrar la confianza en estos profesionales, que recuperen la autonomía y las competencias que han ido perdiendo en los últimos años. Una Atención Primaria fuerte es el músculo de un sistema sanitario de calidad.
La gente que va a Urgencias quiere salir con el cambio de medicación hecho, pero se equivocan en la mayoría de los casos. Debe ser su médico el que supervise la medicación, el que lleve el control ya que va a ser el que le haga el seguimiento.
Las Urgencias y los especialistas, tendrían que estar para lo que deberían estar, pero últimamente todo se ha desvirtuado un poco. Desde el hospital se debe orientar y potenciar, pero el trabajo bien hecho, los deberes deben hacerse desde el Centro de Salud
En las fechas en las que estamos, no se me ocurre mejor forma para terminar la entrevista que con un consejo. Y es que en ocasiones, unas vacaciones también pueden ser curativas
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Si te ha gustado, puedes escuchar las dos entrevistas en La Mañana de Cope Gran Canaria donde hablamos sobre esto
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